Contrariamente a la línea que desde hace años se intenta imponer a los obispos estadounidenses desde la secretaría de Estado vaticana y la nunciatura, el aborto formará parte de las prioridades del episcopado norteamericano, en particular con vistas a las elecciones presidenciales y legislativas de noviembre de 2024.
Así lo decidieron este miércoles por una abrumadora mayoría de 225 a 11, con 7 abstenciones (un 93% del total de obispos presentes), durante la asamblea plenaria que están celebrando en Baltimore y concluye este jueves. Sobre este asunto, en plenarias anteriores los votos habían estado mucho más divididos.
Quedaron así aprobadas las directrices contenidas en una guía para formar la conciencia ciudadana de los fieles, algunas de las cuales serán incluidas en los boletines parroquiales.
Un millón de abortos al año
"La amenaza del aborto sigue siendo nuestra principal prioridad, porque ataca directamente a nuestros hermanos y hermanas más vulnerables y sin voz, y destruye más de un millón de vidas cada año solo en nuestro país", dice la introducción de la guía, que también menciona la eutanasia, las armas, el terrorismo, la pena de muerte, el tráfico de ser humanos, la redefinición del matrimonio y la ideología de género.
Pero el vicepresidente de la conferencia episcopal, William Lori, arzobispo de Baltimore, recalcó que "no todos los asuntos son iguales", y de ahí la importancia concedida al aborto: "No es un simple asunto político. Es un asunto muy profundamente pastoral de amar a las madres en situación de necesidad, caminar a su lado, ayudarlas a llevar a término el embarazo de sus hijos y luego darles todo lo que puedan necesitar para seguir adelante. En una cultura donde hay tanta muerte y tanto desprecio por la vida, todos los católicos tenemos que estar unidos".
El arzobispo William Lori, en una entrevista durante la asamblea plenaria.
A las afirmaciones de algunos medios de que los obispos estadounidenses no insisten lo suficiente en el cambio climático, como pide Francisco, Lori responde invitando a leer "lo que el Papa dice sobre el aborto", porque lo dice "en términos más duros que nosotros" y además "él señala el aborto como un primer ejemplo de la cultura del descarte".
De Ohio a la Casa Blanca
La cuestión del aborto sigue viva en Estados Unidos, donde a nivel estatal se modifican leyes en un sentido o en otro, tras la sentencia Dobbs que declaró que el aborto no es un derecho constitucional y deben ser los estados quienes lo regulen.
La causa provida sufrió una severa derrota en Ohio el 7 de noviembre, al ser aprobada una enmienda constitucional que introduce el aborto en la constitución del estado. El resultado fue contundente, 56% frente a 44%, pero un porcentaje tan elevado contrario a la constitucionalización del aborto, más de medio siglo después de su normalización y legalización, indica que el tema está vivo y la batalla abierta.
No protagonizará las elecciones presidenciales y legislativas del 5 de noviembre de 2024, pero sí estará presente en ella.
Joe Biden quiere una mayoría en el Congreso para imponer una ley federal que blinde el aborto frente a los estados. Por su parte, Donald Trump, el presidente más provida de la Historia, cuyos nombramientos de jueces en el Tribunal Supremo lograron lo que parecía imposible (revertir Roe vs Wade), se ha querido distanciar de las posiciones más antiabortistas porque entiende que favorecen electoralmente a los demócratas y podrían producir el efecto contrario al deseado, al impedir la elección de candidatos republicanos y por tanto una mayoría que frene dicha ley federal.
Ambos parecen abocados a disputarse la Casa Blanca, y a un año vista Trump lidera las encuestas. Por poco, pero consistentemente y empezando a abrir brecha. Cada voto en las presidenciales y cada escaño en el Congreso volverá pues a ser decisivo. Los obispos norteamericanos han dejado claro que no van a lavarse las manos obviando el tema.