Poca visibilidad, en cambio, ha tenido el pronunciamiento no menos irrespetuoso que la ex secretaria de Estado y actual pre-candidata, Hillary Clinton, ha tenido hacia otro grupo humano numéricamente más numeroso que el latinoamericano: el pro vida.
Hillary llamó "terroristas" a quienes están a favor del concebido (según los datos demoscópicos más recientes el 44% de los estadounidenses son pro vida mientras que el 50% son pro asesinato de bebés en el vientre de sus mamás: cf. Americans Choose "Pro-Choice" for First Time in Seven Years, 29.05.2015.
Para un sector de no poca consideración el posicionamiento político de los candidatos a la presidencia de Estados Unidos es, además, un factor relevante: véase Abortion Edges Up as Important Voting Issue for Americans, 29.05.2015). Las palabras de Clinton fueron pronunciadas el 27 de agosto de 2015 y han quedado recogidas en un video:
Afortunadamente hay quien le ha respondido a la sra. Clinton. Es el caso de Jeb Bush quien desde Twitter evidencia la comparación que la pre-candidata demócrata ha hecho llamando terroristas a los pro vida americanos.
No es probable que en los próximos días veamos un despliegue mediático como el que se montó a raíz del caso Jorge Ramos (véase La expulsión de Jorge Ramos de la conferencia de Donald Trump y el caso Planned Parenthood, 27.08.2015). Después de todo hay cierto consenso generalizado en el mundo mediático americano -y no sólo- en silenciar ciertos insultos y enfocarse en destacar otros. Tristemente así se hace flaco favor a quienes deberían tener mejores y más abundantes elementos para discernir a quién van a dar su voto. De seguirse la lógica de negar el apoyo a quien insulta, la señora Clinton estaría en la misma situación que Trump.