Miles de millones de personas escucharán lo que el Papa Francisco tiene que decir en el Encuentro Mundial de las Familias en Filadelfia los días 26 y 27 de setiembre. A pocas semanas de las sesiones del Sínodo Ordinario de la Familia que se celebrará el mes de octubre en Roma, muchos querrían que el Papa desmantelara la doctrina sobre la familia. Y más particularmente, que acabara con la enseñanza evangélica sobre la indisolubilidad del matrimonio, que aceptara como matrimonio la unión entre personas del mismo sexo, o, en fin, que acabara con el mismo concepto de pecado.
Todo apunta, sin embargo, a que los cristianos escucharán la confirmación de la fe en el mensaje de Cristo de boca de un Papa que, como los demás Papas del siglo XXI y el XX anteriormente, no ha dejado de resaltar la centralidad de la familia en la vida de la Iglesia.
Comenta el padre William J Byron, S.J. este 11 de agosto en los medios de difusión de la archidiócesis de Filadelfia que “claramente hay una lectura católica del significado esencial de la familia; y de la importancia de la familia y de la naturaleza sacramental del compromiso matrimonial, que constituye la esencia de la familia católica”.
“Este Papa tiene un estilo de liderazgo que le lleva a escuchar antes de hablar. El pasado año lo ha dedicado a escuchar lo que tienen que decir los demás acerca de la familia como preparación del próximo Sínodo de los Obispos de octubre en Roma, donde la Iglesia-maestra se pronunciará sobre asuntos que afectan a la vida de la familia. Así, aunque no deberíamos esperar nada definitivo por parte del papa Francisco cuando nos hable en Filadelfia en septiembre, sí podemos esperar que escucharemos indicaciones claras a través de sus palabras de lo que seguirá en octubre”.
Es precisamente esta capacidad de escuchar una de las características que Francisco presumiblemente ha aprendido en el seno de su propia familia de sangre, comenta el padre Byron. Así, los cinco hermanos, Jorge Mario (ahora Papa Francisco) y Óscar, Marta, Alberto y María Elena, junto a los padres José Mario y Regina, que contrajeron matrimonio en 1935, fueron su escuela, junto a su adorada abuela Rosa.
Su capacidad de escucha no puede ser ajena a lo que dictaminó el Tribunal Supremo de Estados Unidos sobre el matrimonio homosexual, y lo que muchos jóvenes católicos predican de palabra o con su opción de vida en el terreno de la cohabitación y la contracepción. Para el padre Byron, las palabras más inspiradoras que escucharemos en Filadelfia serán entre otras “amor”, “alegría”, “felicidad”, compromiso”, “servicio” y “sacrificio”.
Y se espera que “nos hable de la vocación al matrimonio, y la respuesta del hombre y la mujer en libertad con compromiso, sentido de permanencia, fidelidad y apertura a la procreación. Los esposos sirven uno al otro en el hecho de facilitar el desarrollo del pleno potencial humano que cada uno trae al matrimonio. La expresión física de su amor abre el camino a la procreación. El cuidado y la educación de los hijos se contabilizarán bajo el prisma de una dedicación que durará décadas a la tarea de ayudar a su prole a madurar en sus capacidades de amar y servir y, así, de encontrar la felicidad y la plenitud en sus vidas”.
“El oyente atento", continúa el padre Byron, compañero de orden del Papa, "hallará mucho acerca del misterio y el significado de la vida en lo que el Papa Francisco nos dirá en Filadelfia. Es un momento privilegiado en la historia de la iglesia en América el poder ofrecer la plataforma para este nuevo capítulo en la enseñanza del papado”.