Según informa Peter Jesserer Smith en National Catholic Register, el homeschooling, o educación de los hijos en el hogar sin escolarizar, ha experimentado un "crecimiento masivo" en Estados Unidos en la última década, por razones que ya no son principalmente religiosas, como individualizar las necesidades de cada hijo, enseñar un plan de estudio clásico o mejorar la flexibilidad del tiempo en familia.
Según los datos del Centro Nacional de Estadísticas de la Enseñanza, entre 2003 y 2012 el número de niños educados en casa sin escolarizar entre 5 y 17 años pasó de 1,09 millones a 1,77 millones, lo cual supone un 3,4% de la población en edad escolar y un incremento del 62% en una década.
Mike Donnelly, padre homeschooler y abogado de la Asociación para la Defensa Legal de la Enseñanza en el Hogar, apunta que las razones de este crecimiento ya no son sólo religiosas.
Si se les presentan varias opciones en una encuesta, el 91% lo hacen por discrepancias con las escuelas públicas locales; el 77%, para ofrecer una educación moral a sus hijos; el 74%, por razones referidas a la instrucción académica; el 64%, para dar a sus hijos una educación religiosa; el 44%, porque quieren para ellos una forma de enseñanza no tradicional.
Si se les pide citar una sola razón, el 25% lo refiere al ambiente en otras escuelas; el 22%, "otras razones" (tiempo con la familia, razones económicas, distancia); el 19%, insatisfacción con la enseñanza académica en otras escuelas; el 16%, dar instrucción religiosa a los hijos (a veces en desacuerdo con las instituciones religiosas con colegios abiertos); y el 5%, darles instrucción moral.
Estas dos últimas, que suman ahora el 21%, sumaban el 36% en 2007.
Muchos estados lo facilitan
Según Donnelly, "la gente está muy insatisfecha con la forma institucional de abordar la educación" y prefieren para sus hijos un currículum distinto al común. En ese sentido, muchos estados han facilitado en la última década la posibilidad del homeschooling para las familias que lo deseen.
También influyen en el boom los buenos resultados académicos de los alumnos formados en casa cuando compiten con los demás en el acceso a la enseñanza superior, que le han permitido ganar credibilidad. Y, desde el punto de vista práctico, las facilidades que ofrecen las tecnologías de la información e internet para la formación en el propio hogar. Asimismo, numerosos alumnos en régimen de homeschooling participan en las actividades extraescolares de los colegios cercanos, mejorando así la socialización de los niños, que los detractores de la enseñanza en el hogar consideran uno de sus puntos débiles.
Además, allí donde el número de alumnos lo permite, se han creado actividades extraescolares de los propios niños homeschoolers: "Pueden hacerse muchas cosas con ellos, pero no sé si la mayoría de la gente se tomará la molestia de comprenderlo", lamenta Cynthia Montanaro, una madre católica que considera que la tendencia irá a más "porque gente que antes dudaba más ahora ve los beneficios educativos y sociales de este sistema". Incluso la Iglesia, que antes era más reticente ante el homeschooling porque perjudicaba a sus propios colegios, "da la bienvenida y acepta" ahora a estos alumnos por su buena formación: "Nuestros hijos han tenido ocasión de demostrar que conocen su fe", explica Montanaro.