Supongamos que Lucifer se aburre en el infierno y decide subir a la tierra tomando el cuerpo de un hombre guapo y atractivo que monta un club en Los Ángeles para intentar mejorar la imagen que los seres humanos tienen de él. Entre otras, cosas, se convertirá en un colaborador de la Policía para la resolución de diversos crímenes... uno por capítulo.


Porque hablamos de una serie de televisión, Lucifer, que la cadena norteamericana Fox anuncia para 2016 y ya ha desatado controversia precisamente por ese "lavado de cara" que se le hace al Príncipe de las Tinieblas. One Million Moms [Un millón de mamás], una organización cristiana que trabaja para proteger a la familia denunciando los ataques a la infancia provenientes principalmente de los medios de comunicación, ha lanzado una alerta para instar a la cadena a retirarla de su próxima parrilla.

One Million Moms alerta de que la serie "glorificará a Satanás como un ser en carne humana simpático y solidario. Las previas del programa desfiguran a Satanás, se apartan de las auténticas enseñanzas bíblicas sobre él y reflejan de forma inadecuada las creencias de la fe cristiana. Emitiendo esta serie, Fox desprecia al cristianismo y se burla de la Biblia". El apoyo a esta alerta de la influyente American Family Association [Asociación Estadounidense por la Familia] ha elevado el número de peticiones por encima de las cien mil.

En efecto, el tráiler de la serie muestra a un Lucifer involucrado en los asuntos humanos y encantado (en la última escena del promocional) de que una niña pequeña, con quien parece establecer una entrañable complicidad (la pequeña es, de hecho, parte del elenco protagonista), le reconozca como quien realmente es.

"Encantador, carismático y diabólicamente guapo, Lucifer está disfrutando de su retiro, permitiéndose algunos de sus placeres favoritos (vino, mujeres y música) cuando una hermosa estrella del pop es asesinada a las puertas de Lux [su garito]. Por primera vez en diez mil millones de años, siente que algo se despierta en él como resultado de este crimen. ¿Compasión? ¿Simpatía?": así presenta la serie el canal de televisión.



El ángel que envía Dios causa pavor y viste de negro. Viene a aguarle la fiesta a Lucifer, un tipo genial.


Las cosas se le complican aún más cuando Dios, indignado con el hecho de que Satán haya abandonado su lugar, envía a un ángel, Amenadiel (de apariencia terrorífica en el tráiler), para convencerle de que regrese.

Además, la encargada de resolver el asesinato será una bella e íntegra policía de rectos principios. La relación entre ambos en las sucesivas entregas de la serie se adivina como uno de sus grandes resortes para la audiencia.



Lucifer en ayuda de una joven policía a la caza de los asesinos.


El actor galés Tom Ellis (cuyo padre fue pastor baptista) interpreta a Lucifer y Lauren German a la detective Chloe Dancer. La serie, producida por Jerry Bruckheimer en asociación con la Warner Bros, está basada en una serie reciente de comics de la casa DC. Pero el origen del personaje del Lucifer filosófico que toca el piano en un piano bar de California nace en 1989 en el muy premiado cómic de Neil Gaiman The Sandman.



El Lucifer de Gaiman (viñeta de The Sandman, 19891991) toca el piano en el bar que abre en California, harto de gobernar su infierno; esta es la imagen de la que bebe la teleserie de 2015


Neil Gaiman, el guionista inglés que por primera vez a finales de los 80 y principios de los 90 desarrolló la historia del "Infierno" del universo DC, gobernado por el personaje Lucifer Estrella del Alba (que se cansa y prefiere irse a regentar un piano-bar en Estados Unidos) ha respondido a las críticas comentando que en 1991 ya una asociación pidió un boicot a su cómic The Sandman por presentar personajes homosexuales activos y un transexual en clave positiva. Gaiman señala que este tipo de boicots no tienen fuerza ni efectividad.



Sandman es una entidad cósmica, Señor del Sueño,
que se trata con divinidades y conceptos existenciales
y visita el Infierno del Universo DC, donde conoce a
su aburrido Lucifer

Lo que Gaiman no ha querido recordar ahora -pero sí lo hizo en la edición de lujo del cómic Sandman- es que en esa época también los lobbies gays organizaron una campaña contra él porque una entidad cósmica del cómic, la Luna, que requería sangre de mujer para un ritual mágico, se negó a aceptar la del transexual (porque era un hombre, evidentemente, aunque dijese ser una mujer). Gaiman respondió al lobby gay que la Luna era un personaje de ficción con sus propia reglas y prejuicios, y que él, como guionista, no estaba de acuerdo con la Luna. Muchos responderán que es un caso en que en la narración hay más verdad y sabiduría que en el narrador.

La base cultural de la polémica se remite a cómo se debe considerar el "Infierno" del Universo DC, que es el universo ficcional en el que transcurren las aventuras de Superman, Supergirl, Batman, Flash, Arrow (Flecha Verde)... y, de forma más marginal, la Cosa del Pantano y Sandman.

La editorial lo define como "un plano alternativo de la realidad accesible a aquellos de estirpe demoníaca, entidades de orden superior -como los personajes Sueño, Destino, deidades míticas- y las almas que no pueden entrar en la Ciudad de Plata".


Neil Gaiman (izquierda) y Alan Moore (derecha): los padres del "Infierno" de la DC.

El plano rival del Infierno en DC es esa Ciudad de Plata, habitada por seres con alas angelicales. Alan Moore fue el guionista que estableció esta mitología en 1984 y 1985 en el cómic La Cosa del Pantano, pero fue Neil Gaiman quien lo desarrolló en The Sandman en 1989 (con su Lucifer Estrella del Alba filosófico y con ganas de dejar su oficio). Un demonio enemigo de Supermán llamado Blaze llegó a ser gobernante allí en un comic publicado en 2008 y 2009.

En estas ideas se basa la actual serie de TV, que explora conceptos literarios y filosóficos como la rebelión, la predestinación, el libre albedrío, el destino, etc.