En su nueva columna semanal, José Gómez, arzobispo de los Ángeles, destacó que el Beato Junípero Serra - que será canonizado por el Papa Francisco en septiembre en Estados Unidos - tiene un significado especial para los inmigrantes hispanos porque él también fue uno de ellos y así llegó a convertirse en el “Padre de California”.
“El Padre Serra nos ayuda a apreciar, de una manera nueva, que los misioneros fueron los verdaderos ‘fundadores’ de Estados Unidos. En él vemos que los orígenes de Estados Unidos no estuvieron en la política, la conquista o el saqueo. Los motivos más profundos del Padre Serra y de los misioneros que fundaron América fueron religiosos, espirituales y humanitarios”, señaló Mons. Gómez sobre el aporte del beato a la historia del país y a la labor misionera de la Iglesia.
Fray Junípero consideraba la vocación misionera como “la más elevada” y decidió dejar todo para viajar a América con el objetivo de “despertar al mundo para que éste emprendiera la conquista espiritual de este Nuevo Mundo, y para ofrecerle a Dios, antes de mucho tiempo, miles de almas”.
Gómez señala que el beato fue el primer misionero que llegó a Estados Unidos y que siempre tuvo amor por esa tierra y los indígenas. Además, dice el Prelado, en sus escritos se refleja “un genuino respeto por los pueblos indígenas y por las costumbres de éstos”.
“El Padre Serra rara vez usaba los términos comunes utilizados por las autoridades coloniales y por la sociedad de su tiempo. Palabras tales como ‘bárbaros’ o ‘salvajes’. En lugar de ello, se refería a la gente nativa como ‘gentiles’ - utilizando el término bíblico de uso común para aquellos que no conocen todavía al Dios vivo”, indica el Prelado.
El Arzobispo de Los Ángeles dice luego que el Padre Junípero criticaba los abusos de las autoridades contra los indígenas y que intentó mostrar al mundo que los indígenas eran “hijos de Dios” y humanos, a diferencia del resto del mundo que no los consideraba del todo humanos.
“Actualmente, como sabemos, la sociedad estadounidense está atrapada en medio de un divisivo debate político y cultural sobre la inmigración y el futuro de su identidad histórica como una nación multicultural de inmigrantes”, señala Mons. Gómez.
También cuestiona el hecho de que en un país que se proclama como defensor de la libertad de conciencia y de religión, los políticos y el gobierno apliquen reformas políticas seculares y anticristianas. Para el Prelado hay una contradicción sobre los principios y la identidad de la nación.
Por ello, Mons. Gómez considera que la canonización del Beato Junípero Serra es una respuesta a este contexto de cambios y discusiones. “Su canonización debería hacer resonar un llamado a los Estados Unidos a regresar a sus profundas raíces religiosas e interculturales, como una nación nacida de la misión universal de la Iglesia Católica y del encuentro que tuvieron con el Evangelio las primeras naciones, culturas y pueblos que se encontraban en estas tierras”.
Mons. Gómez responde a algunos que intentan difundir una imagen distorsionada del Beato Serra cuando lo presentan como el símbolo de todos los errores cometidos en la época de las misiones.
“Como sabemos, el anuncio del Papa (de la canonización de Junípero Serra) abrió viejas heridas y revivió recuerdos amargos sobre el tratamiento de los americanos nativos durante el período colonial y misionero de la historia de Estados Unidos”.
Para entender mejor la labor misionera de Fray Junípero, el Prelado describe el contexto de su época. “El Padre Serra nació en esta época de entusiasmo y expectativas misioneros, a principios de la década de 1700”.
“El lugar de su nacimiento, en Mallorca, fue un importante centro misionero franciscano. (…) Ramón Llull, un terciario de la orden franciscana, había creado una universidad misionera que envió misioneros a Tierra Santa, a África, a las Islas Canarias y a otros lugares”.
También indicó que muchos jóvenes fueron inspirados por la carta de Sor María de Ágreda, quien afirmó haberse bilocado “500 veces” para ir a misionar a los indígenas en el Nuevo Mundo.
Para concluir su mensaje, el Arzobispo de los Ángeles invita a los fieles a seguir el ejemplo del Beato Junípero Serra:
“Como hemos visto, el Padre Serra tuvo una gran compasión y amor por los pueblos nativos. Él fue un hombre de misericordia, no sólo en sus palabras, sino también en sus acciones. Y esa es la misión de la Iglesia en nuestros días: proclamar el amor y la misericordia de Dios hacia cada persona y proteger a los vulnerables y a los débiles”.