El gobernador de Texas, Greg Abbott, de 57 años, accedió al cargo en enero tras doce años como fiscal general del llamado "estado de la estrella solitaria", en alusión a la que ondea en su bandera. Fue también juez del Tribunal Supremo del estado por designación de su predecesor y luego presidente George W. Bush.
En el años 2005 lideró con éxito la causa en defensa del derecho de Texas a lucir en el frontispicio de su capitolio los Diez Mandamientos, contra las pretensiones de un grupo laicista. Es católico, casado desde 1981 y con una hija adoptada, y lleva más de tres décadas en una silla de ruedas. En 1984, haciendo su habitual carrera matutina, un árbol se le cayó encima como consecuencia de la tormenta de la noche anterior, causándole una grave lesión medular que le dejó parapléjico, obligándole a desplazarse en silla de ruedas.
El jueves Abbott fue el invitado estrella del Desayuno Nacional de Oración Católico que se celebró en Washington, y allí afirmó que "nuestras oraciones hallan respuestas distintas a lo que esperamos", citando el accidente que tuvo cuando era un joven abogado de 27 años: "Me pasé meses rezando y esperando el mejor resultado posible. Dios me respondió poniéndome desafíos que me hicieron cada vez más fuerte".
"A posteriori, le estoy enormemente agradecido a Dios por no concederme mis deseos. Y si ustedes viesen aquello por lo que pasé, nunca volverían a cuestionar los designios del Señor", exhortó, según recoge Catholic News.
Abbott relacionó la oración con el momento actual del país: "¿Se han dado cuenta de que nuestras oraciones crecen en tiempos de gran necesidad?", se preguntó en alusión al riesgo cierto que corre la libertad religiosa en Estados Unidos. Citó tres casos: el caso judicial de las Hermanitas de los Pobres, a quienes el gobierno de Barack Obama quiere obligar a sufragar a sus empleados seguros que cubran métodos anticonceptivos y abortivos, conforme al célebre "mandato contraceptivo" del Departamento de Salud; la "eterna batalla para defender al no nacido"; y el ataque legal contra "el matrimonio definido por Dios".
Según el gobernador de Texas, la respuesta a estos problemas está en la Biblia: "Si le cerramos la puerta al Señor, no podemos hacer nada".
En el Desayuno Nacional de Oración Católico, que vivía su decimosegunda edición, también intervino el obispo de Buffalo, Richard J. Malone, quien defendió la familia ante la inminente decisión del Tribunal Supremo del país de permitir o prohibir que los estados declaren que sólo un hombre y una mujer pueden contraer matrimonio.