"Los comentarios del presidente esta mañana en el Desayuno Nacional de Oración son los más ofensivos que jamás le he escuchado a un presidente en toda mi vida", comentó a la conclusión del acto Jim Gilmore, ex gobernador de Virginia: "Ha ofendido a todos y cada uno de los creyentes cristianos de los Estados Unidos".
Gilmore es de confesión metodista, y en el mismo sentido que él formuló sus críticas Russell Moore, presidente de la comisión de ética y libertad religiosa de las confesiones baptistas del Sur: "Es una expresión desafortunada en una comparación moral equivocada", pues "lo que necesitamos es un marco moral por parte de la Administración y una estrategia clara para derrotar al Estado Islámico".
Y es que sorprendió que este jueves, durante el tradicional Desayuno Nacional de Oración que reúne cada año al presidente de los Estados Unidos con diferentes instituciones y personalidades (José Luis Rodríguez Zapatero intervino en 2010), Barack Obama, mientras los cristianos son asesinados por miles y expulsados de Irak por el grupo terrorista Estado Islámico o de Nigeria por los yihadistas de Boko Haram, se acordó de que "desde una escuela en Pakistán a las calles de París, hemos visto la violencia y el terror perpetrados por quienes dicen profesar una fe, pero, de hecho, la están traicionando". Y se refirió a Estado Islámico al considerarlo como "un culto brutal y vicioso a la muerte que, en nombre de la religión, lleva a cabo actos inconcebibles de barbarie, aterrorizando a minorías religiosas como los yazidíes, sometiendo a las mujeres a violaciones como arma de guerra, y acogiéndose al manto protector de la autoridad religiosa por tales acciones".
Obama, "hombro con hombro" con las minorías: los musulmanes de Francia
En ese contexto de solidaridad con los musulmanes y de interpretación benigna del islam, Obama evocó el cristianismo: "Y para que no nos subamos a un pedestal y pensemos que esto sólo sucede en otras partes, recordemos que durante las Cruzadas y la Inquisición, la gente cometió actos terribles en nombre de Cristo. En nuestra patria, la esclavitud y Jim Crow [nombre de las leyes de segregación racial] se justificaron demasiadas veces en nombre de Cristo".
Más allá de la discusión histórica sobre la exactitud de esas afirmaciones del presidente norteamericano, sorprendió el contexto, todo él destinado a deslindar la religión musulmana del terrorismo y a solidarizarse con los mahometanos por las caricaturas de Charlie Hebdo: "Y si, en efecto, defendemos el derecho legal de una persona a insultar la religión de otra, estamos igualmente obligados a utilizar nuestra libertad de expresión para condenar esos insultos y a estar hombro con hombro con las comunidades religiiosas, en particular con las minorías religiosas que son objeto de esos ataques".