¿Una denuncia contra las grandes tecnológicas por la crisis de salud mental que sufren los jóvenes? Es lo que se ha atrevido a hacer un distrito de escuelas públicas de Seattle (EE.UU) al presentar una novedosa demanda contra TikTok, Instagram, Facebook, YouTube y Snapchat.
"El demandante no alega que los demandados sean responsables de lo que los terceros han dicho en las plataformas, sino más bien amonesta la propia conducta de los demandados", dice la denuncia. "Los acusados recomiendan y promueven contenido nocivo para los jóvenes, como pro anorexia y contenido sobre trastornos alimentarios", se asegura en el texto de 91 páginas y presentado el pasado 6 de enero en el Tribunal de Distrito de la ciudad de Seattle.
Tristes y desesperanzados
"Los acusados han explotado con éxito los cerebros vulnerables de los jóvenes, han enganchando a millones de estudiantes en todo el país en un uso excesivo de las plataformas de redes sociales", dice la denuncia. "Peor aún, el contenido que los demandados seleccionan y dirigen a los jóvenes es con demasiada frecuencia dañino y explotador...", se atreven a señalar los denunciantes.
La demanda dice que de 2009 a 2019 un 30 % más de estudiantes de las escuelas públicas de Seattle informaron sentirse "tristes o desesperanzados casi todos los días durante dos semanas seguidas".
Las escuelas públicas también solicitan al tribunal que ordene a las empresas que dejen de crear daños y paguen la educación preventiva y los tratamientos por el uso excesivo y nocivo de las redes sociales.
Lo novedoso del caso es que, si bien cientos de familias están interponiendo demandas contra las tecnológicas por los daños que sus hijos han sufrido a causa de las redes sociales, no se tienen noticias de que otro distrito escolar haya presentado una queja como la de Seattle.
Ansiedad, acoso, anorexia...
La ex empleada de Facebook Frances Haugen denunció en 2021 que la compañía sabía que Instagram afectaba negativamente a los adolescentes al dañar su imagen corporal y empeorar los trastornos alimentarios y los pensamientos suicidas.
Entre los trastornos de los que se acusa a las grandes tecnológicas están la ansiedad, la depresión, los trastornos alimentarios y el ciberacoso. Dichos problemas dificultan seriamente la educación de los alumnos y obligan a las escuelas a contratar más profesionales de salud mental, desarrollar planes de prevención sobre los efectos de las redes sociales y brindar capacitación adicional a los maestros.
En este sentido, Proyecto Hombre alertó en 2021 de que en los jóvenes de entre 11 y 16 años ha crecido "el uso compulsivo de redes sociales". Por su parte, un estudio realizado por el investigador de la Universidad de Trinidad y Tobado Troy Smith demostró que "la adicción a TikTok es sin duda algo muy real" y sacó a la luz algunos de los principales síntomas aparejados.
Smith destacó que los usuarios se ponían nerviosos, irritables, ansiosos o mostraban fuertes sentimientos de tristeza cuando se le privaba del acceso a la red social. Dos años después del confinamiento, el doctor comprobó la relación que tiene el aumento de la adicción a las redes sociales con la pandemia y cómo sus efectos persisten entre la población.
"Subidón" de dopamina
"Nos hemos visto forzados a entrar en un mundo solo online, tanto en nuestra vida laboral como en la personal. Las redes sociales como TikTok se convirtieron en una forma de evasión para muchos, especialmente para la generación más joven, pero lo que empieza como un disfrute inofensivo puede convertirse rápidamente en algo más serio", comentó en su día a los medios Nuno Albuquerque, del Grupo de Tratamiento de Adicciones del Reino Unido.
La psiquiatra de niños y adolescentes del Hospital Universitario Clínico San Carlos (Madrid, España), Sara Yamamoto, mencionó conclusiones semejantes en La Tarde de COPE. "El poder del enganche" de la red social no es solo por la brevedad, sino también por la inmediatez. Hay indicios que apuntan que podría estar relacionado con "el aumento de un neurotransmisor, la dopamina, que se relaciona con un circuito de recompensa".
TikTok es la reina de las aplicaciones móviles, con 656 millones de descargas en 2021, muy por delante de Instragram, Facebook y Whatsapp. Cada día son visionados en ella mil millones de vídeos, cifra que se ha multiplicado por mil desde su lanzamiento global en 2018. Pero el dato más relevante es la edad de sus usuarios: a nivel mundial, el 60% tiene entre 16 y 24 años, y en Estados Unidos el 32,5% tienen entre 10 y 19 años.
El secreto de este ingenio de fabricación china reside en su algoritmo, perfectamente diseñado para adivinar, estructurar y satisfacer los gustos del usuario. Cuando un niño o adolescente se estrena con TikTok, al crear su perfil ya entrega a ese algoritmo una cantidad enorme de información personal. Al ver uno tras otro los breves vídeos de Tiktok, cada perfil seguido, cada like, cada visionado, cada tiempo de visionado, cada repetición de visionado, cada comentario, cada compartición, son recogidos y analizados para ser devueltos en forma de nuevos vídeos perfectamente adaptados a sus gustos.
Aquí puedes ver un vídeo sobre el peligro de las redes sociales y las pantallas.
En cuestión de muy pocas horas, la aplicación ha recogido más datos sobre las preferencias del niño o adolescente de las que sus padres soñarían nunca tener, y empieza a actuar sobre ellas para, simplemente, engancharle. No necesariamente con contenidos inadecuados, pero sí incontrolables. Eso sí, si el usuario cae o busca algo inapropiado y demuestra su interés en ello, casi sin esfuerzo TikTok pondrá a su disposición el ingenio y la creatividad de cientos de millones de tiktokers al servicio de sus apetencias.