Que la industria abortista y anticonceptiva se preocupa cada vez más del "aborto" y menos del "seguro" de las mujeres es una realidad confirmada hasta por los más elevados organismos sanitarios.
Al menos es lo que se desprende de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por las siglas en inglés), la principal agencia del Gobierno de los Estados Unidos en este ámbito: en pleno debate sobre la liberalización de la píldora anticonceptiva Opill, los asesores y miembros del comité de la FDA acaban de concluir que "los beneficios de la misma superan a los riesgos".
De esta forma, queda prácticamente confirmada la decisión de la FDA de permitir la venta de este medicamento sin receta. No obstante, habrá que esperar al mes de agosto para conocer la resolución definitiva.
Un riesgo muy reducido, según sus partidarios
Medios como el New York Times están contribuyendo favorablemente a esta campaña, asegurando que los especialistas secundan la previsible decisión de la FDA. Especialmente tras la revocación de Roe vs Wade por el Tribunal Supremo, considerando "urgente" la necesidad de ampliar la oferta de anticonceptivos.
"Sobre el equilibrio entre riesgo y beneficio, no fue fácil que justificáramos el hecho de no tomar esta medida. Los beneficios son muchos; este medicamento es sumamente eficaz”, señaló en la reunión Maria Coyle, presidenta del comité de la FDA y profesora clínica adjunta en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Ohio.
Coyle comentó que "para la gran mayoría de las usuarias, el riesgo del medicamento en sí es muy reducido, y el riesgo de un embarazo no deseado, aunque existe, es menor que con los actuales métodos anticonceptivos de venta libre".
Del cáncer a afecciones neurológicas o cardiovasculares
¿Es esto cierto? Precisamente por la relevancia del debate se pronunció al respecto la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos este 15 de mayo, denunciando lo "preocupante" de que la FDA recomiende la venta libre de la píldora "cuando existe una fuerte evidencia de los muchos riesgos nocivos para la salud de las mujeres".
"La creciente evidencia de los muchos efectos secundarios dañinos de los anticonceptivos hormonales demuestra que no son una buena medicina. Y, sin embargo, ahora la FDA se enfrenta a la decisión de permitir el acceso a la anticoncepción hormonal sin supervisión médica. Permitir que esto siga adelante es la antítesis del Juramento Hipocrático que guía a los médicos a 'no hacer daño'", declaró el presidente del Comité sobre Laicos, Matrimonio, Vida Familiar y Juventud de la Conferencia Episcopal, Robert Barron.
Precisamente en mayo de 2022, la propia FDA reconoció el incremento de los riesgos de sufrir cáncer de mama con el uso de anticonceptivos hormonales así como otros efectos secundarios, sin ofrecer unas recomendaciones concluyente respecto al uso de la misma. Junto con el cáncer de mama, organizaciones como el Centro Nacional Católico de Bioética (NCBC), la Asociación Médica Católica (CMA) y la Asociación Nacional de Enfermeras Católicas (NACN) han secundado estas advertencias ante otros efectos secundarios adversos de esta píldora, como podrían ser enfermedades cardiovasculares, afecciones neurológicas o la propia insuficiencia orgánica.