Éste es el mensaje que ha transmitido este año la organización Catholics Come Home [Católicos, volved a casa], pero hay quien lleva haciendo lo mismo desde hace muchos años.
Como el Santa Claus del Garden Center de Merrifield (Virginia, Estados Unidos): "La foto que tomé allí aquel día [de 2008] se convirtió en una de las más populares que he hecho nunca: Santa, interpretado por un católico local, arrodillado ante un belén con las manos juntas y los ojos cerrados. Los niños, arremolinados en torno suyo, imitando sus gestos. Realmente era para verlo, y la imagen se me quedó grabada", recuerda la autora de la instantánea, Gretchen R. Crowe, en Our Sunday Visitor.
Gretchen, periodista del conocido diario católico norteamericano, cuenta que el pasado mes de octubre supo de otra persona que, desde que comienza el periodo navideño, se viste de Papá Noel con el único objetivo de transmitir esa misma enseñanza a los más pequeños. Les Johnson le escribió para explicarle que "ser católico y hacer de Santa es una buena oportunidad para que este mito mundial se arrodille ante el Rey que nos nace".
En efecto, “Santa Claus está considerado como el personajes más reconocido del mundo, y creo que si se le ve rendir homenaje al Cristo niño los niños deducirán quién es la verdadera estrella. Mi Santa asiste a misa, se arrodilla y reza, comulga y se santigua con agua bendita", dije Les.
Esas imágenes calan en los más pequeños en los breves años del cándido y chestertoniano asombro infantil: "Sé bien cuánta alegría y felicidad puede transmitir un buen Santa. Los adultos le respetan por el bien de sus hijos, porque saben que todo termina demasiado pronto. Los padres disfrutan de la inocencia de sus hijos recordando la suya propia. Los niños crecen demasiado deprisa hasta encontrarse demasiado pronto con este mundo".