Cornelius fue su pastor durante muchos años, y ahora lo volverá a ser, y sacramentalmente, y por encargo de la Iglesia católica. Antes fue pastor anglicano durante 20 años. Él y su esposa Sharyl (33 años casados) se hicieron católicos hace 2 años, y en cuanto se fundó el ordinariato anglocatólico en Norteamérica pidieron la admisión. Sus tres hijas ya crecidas (Virginia, Rebecca Maier y Sarah) asistieron a la ordenación.
Cornelius ha estudiado la teología y la disciplina católica cada sábado durante 20 meses y está entre los primeros 30 expastores anglicanos que son ordenados sacerdotes en el ordinariato de la Cátedra de San Pedro, que cubre Estados Unidos y Nueva York.
Durante todos estos meses, sus feligreses anglocatólicos acudían a la misa católica que tuvieran a mano, pero el domingo por la tarde se reunían con él para cantar el oficio de vísperas típico de la tradición anglicana con sus himnos habituales.
Ahora el padre Cornelius podrá celebrar con sus feligreses la misa católica según el “uso anglicano de la liturgia romana”, que mantiene tradiciones litúrgicas anglocatólicas.
Le ordena el obispo local de Buffalo, Richard J. Malone, pero su superior será el Ordinario anglocatólico, Jeffrey Steenson, también casado, padre de familia y antiguo obispo anglicano de Río Grande, responsable de todo el Ordinariato. Steenson no puede ordenar a sus sacerdotes porque no es obispo católico, sino sólo sacerdote católico, aunque con permiso para emplear algunos símbolos de autoridad, como el báculo, la mitra o el pectoral.
Se espera que el nuevo sacerdote ayude en las parroquias de la zona. También se espera que la pequeña comunidad anglocatólica sea misionera y atractiva para personas decepcionadas por el caos doctrinal y de autoridad del anglicanismo.
John Cornelius mantiene un blog llamado Cornelius The Roman donde explica brevemente: “fui un sacerdote episcopaliano anglo-católico hasta que me di cuenta de que no puedes ser católico –anglo o lo que sea- a menos que seas realmente un católico”.