Mike Huckabee, ex-gobernador de Arkansas, canditado a la presidencia de los Estados Unidos por el Partido Republicano y ahora conductor de televisión en la cadena Fox, ha tenido una intervención muy comentada respondiendo a la pregunta de muchos periodistas y opinadores han formulado en estos días y que se podría resumir así: ¿Dónde estaba Dios en la matanza de la escuela de Sandy Hook?
Huckabee analiza desde la Fox (transcribimos solo una parte de su intervención de tres minutos) los sucesos que ocurrieron en la escuela de Connecticut donde un joven mató a 20 niños y seis adultos:
«He dicho cosas controvertidas de vez en cuando, pero ninguna que provocara tal reacción negativa como cuando dije que la terrible masacre de niños y maestros en Connecticut no podría atribuírsele a Dios, puesto que hemos marginalizado a Dios, sistemáticamente, fuera de nuestra cultura, removiéndolo en todo aspecto, de la vida pública. Los comentarios maliciosos que llegaron como respuesta, muchos de los cuales ignoran lo que en realidad dije, de hecho, han validado mi punto. pero estoy seguro de que esa no fue la intención de los críticos profesionales y aficionados que han exigido que se me prohiba hablar en público, o que me han deseado una muerte lenta y dolorosa.
»Respecto a esto quiero reconocer que la izquierda ha demostrado nuevamente que define la tolerancia y la diversidad como ser tolerante solo con lo que se está de acuerdo, y ser diverso incluyendo solo tonos sutiles de la ortodoxia del liberalismo a la que se adhiere. Aborrecen la censura de su propia irreverencia, obscenidad, o violencia gráfica, pero son los primeros en exigir que la voz que invoca el nombre de Dios sea callada. Un acto de violencia específico es rara vez el resultado de un solo acto específico de la cultura que lo propicia.
»En otras palabras, nunca diría que el retirar la oración y la lectura de la Biblia de nuestras instituciones , o que silenciar los villancicos navideños es la causa directa del asesinato en masa. Eso sería ridículo y simplista. Pero la causa y el efecto que vemos en los cambios dramáticos de los que nuestros hijos son capaces son parte de un cambio cultural que va de una cultura centrada en Dios a una cultura que se centra en el individuo. Hemos glorificado la expresión personal desinhibida y el individualismo y nos sorprendemos de tener una generación de misántropos.
»Hemos insistido en tener una sociedad en la que todos obtienen un trofeo y nadie pierde y actúa con sorpresa al ver que tantos niños tienen baja autoestima y se sienten perdedores. Descartamos el concepto de la ley natural y la noción de que hay verdades morales absolutas y parecemos impresionados cuando algunos niños hacen de matar a otros niños su concepto de moralidad.
»Disminuimos e incluso despreciamos a la familia natural de padre y madre procreando y luego criando responsablemente a la próxima generación, y luego expresamos consternación cuando los niños no sienten un verdadera conexión con sus familias o incluso con el concepto de familia. Nos burlamos de la necesidad de madres y padres que hagan de su prioridad educar a sus hijos para que sean fuertes de alma y espíritu y responsables del bien y el mal que cometen , y en lugar de éso exaltamos la virtud de tener cosas y darles juguetes, juegos y aparatos electrónicos caros que sustituyen nuestra paternidad y luego no entendemos por qué nuestros hijos prefieren tener los auriculares en los oídos, y los dedos pegados al teléfono celular, y la cara frente a la pantalla de la computadora que tener una larga conversación con su familia a la hora de la cena. Y no les enseñamos que existe un Dios Creador que pone reglas inmutables, un Dios que es conocible, a quien le somos básicamente responsables.
»En vez de eso, enseñamos que Dios no estuvo involucrado en nuestro origen, que nuestras vidas son casualidades biológicas y que son desechables en caso de que nos sean inconvenientes, y que cualquier tipo de comportamientos extravagantes o escandalosos no son pecado, sino desórdenes de los cuales debemos ser disculpados y adaptados. Me doy cuenta de que mi punto de vista suena anticuado, pero cuando esa visión del mundo era el fundamento del contrato social de nuestra nación, nos metíamos en problemas en la escuela por hablar durante clase, mascar goma, jalarle el cabello a alguna niña, o por quedar dormidos sobre el pupitre. Llevábamos las armas a la escuela, seguro, pero estaban en el estante para armas de nuestras camionetas y las usábamos para cazar antes y después de escuela. Nunca se nos ocurrió utilizarlas para asesinar a nuestros maestros o compañeros. Así que sí, puedo soportar el desprecio y la crítica de la izquierda. Aceptaré con gusto su desdén mientras que ellos sustituyen el lenguaje creativo con un firme torrente de diatribas obscenas diciendo que soy un idiota, un anticuado, y una persona que debería callarse para siempre. Pero cuando, como nación, tuvimos temor de Dios, no temimos que un veinteañero con un rifle de alto poder asesinara a nuestros hijos en sus salones de clase».
El vídeo ha sido traducido Alex Reyes y Lorena Tabares
de Catholic-link.com