Si un niño o adolescente en la escuela se empeña en usar un pronombre distinto al que le corresponde, o declara cosas sobre su orientación sexual o "identidad de género", los profesores tendrán prohibido informar a los padres de lo que sucede con su hijos.

Ese es el objetivo del Proyecto de Ley 1955 de la Asamblea (Senado) de California, que ya aprobado su primera fase por 29 votos contra 8.

Más en concreto, la norma prohíbe a los distritos escolares exigir a los maestros y funcionarios escolares que "revelen cualquier información relacionada con la orientación sexual, identidad de género o expresión de género de un alumno a cualquier otra persona sin el consentimiento del alumno". Aunque los padres pregunten sobre sus hijos.

Los defensores de la norma dicen que los adolescentes tienen que elegir cuándo y cómo "salir del armario" en sus propios términos. Pero se ve que los padres no pueden estar bien informados para saber cuándo y como ayudar a sus hijos, a los que se supone que conocen y aman mejor que el Estado, a los que cuidan y educan.

El texto dice: "Los alumnos LGBTQ+ tienen derecho a expresarse libremente en la escuela sin temor, castigo o represalias, incluido el hecho de que los maestros o administradores puedan 'declararlos' sin su permiso".

La asociación Consejo de la Familia de California dijo que representaba una “extralimitación sin precedentes por parte del gobierno” en los lazos familiares “sagrados”. "Los padres tienen la responsabilidad dada por Dios de guiar y proteger a sus hijos, especialmente en tiempos de confusión y vulnerabilidad", dijo el vicepresidente de CFC, Greg Burt. Sostiene que el proyecto de ley socava los derechos de los padres y aísla a los niños de “las personas que más los aman y cuidan”.

El Consejo de la Familia de California pide que se respeten los derechos de los padres para garantizar que “las familias, y no el gobierno, sean el centro de la crianza de nuestros hijos”.

En una conferencia de prensa organizada por el Consejo de la Familia de California antes del debate en el Senado, el asambleísta Jim Patterson (R-Fresno) no se anduvo con rodeos y calificó el proyecto de ley de “maligno” y un ataque sin precedentes a la relación entre padres e hijos.

“En los casi 12 años que llevo en la Asamblea Estatal, nunca he visto un esfuerzo como este para dañar la relación entre los niños y sus padres”, dijo Patterson. Sostuvo que el proyecto de ley crearía un “muro impuesto por el gobierno” que privaría a los niños del amor y el cuidado que sus padres pueden brindarles, particularmente cuando más lo necesitan.

La condena de Patterson a la AB 1955 fue inequívoca. “El Estado no es dueño de nuestros hijos. No tienen por qué interponerse entre padres e hijos, especialmente en algo tan potencialmente dañino como esto”, afirmó. Enfatizó que la participación de los padres es crucial en tiempos de incertidumbre y cuestionamiento, y excluir a los padres podría tener consecuencias perjudiciales para los niños involucrados.

El resto de la tramitación de la norma no está claro. Queda por ver si habrá una audiencia en el Comité de Educación de la Asamblea o si el proyecto de ley irá directamente al pleno de la Asamblea para que todos los miembros de la Asamblea lo voten. 

Rueda de prensa de las asociaciones que se oponen a la norma que quiere ocultar información a los padres: