Fueron nada menos que el jamaicano Usain Bolt y la etíope Meseret Defar los primeros atletas que desafiaron las normas durante los pasados Juegos Olímpicos de Londres 2012.
El Comité Olímpico, en aras de la presunta corrección política, se empeñó en prohibir –como si fuera tan sencillo amordazar el espíritu– la exhibición de signos religiosos en público durante los Juegos.
Bolt, con la medalla de la Virgen Milagrosa al cuello, hizo la señal de la cruz y miró al cielo antes de iniciar la carrera que le haría campeón olímpico.
Meseret ganó el oro en los 5.000 metros mientras cruzaba la meta mostrando a la cámara una imagen de la Virgen que llevaba oculta en el pecho.
Inolvidable también es la imagen del equipo femenino de voleibol brasileño, de rodillas en la cancha junto a todo el equipo técnico, rezando un emotivo padrenuestro en agradecimiento por su victoria en la final olímpica.
Y entre los futbolistas de élite de la Liga Española hay también quien no se avergüenza a la hora de mostrar su fe en el terreno de juego, como Falcao, Kaká o Di María, que en diversas ocasiones han lucido mensajes de alabanza a Dios en sus camisetas.
Pero han sido los norteamericanos los que se han atrevido a cuestionar la relevancia sociológica de estos gestos y han elaborado una encuesta sobre la relación entre fe y deporte y sobre la recepción de las muestras de fe de los deportistas en público.
El primer resultado que arroja el estudio, realizado por Grey Matter Research and Consulting, es que a la mayoría de los estadounidenses les agrada o no les importa que los atletas profesionales expresen su fe dentro y fuera del campo: el 49 por ciento de los norteamericanos ve favorablemente las expresiones públicas de fe de los deportistas; al 32 por ciento no les importa, mientras que el 19 por ciento tiene una visión negativa.
A los participantes en la encuesta, procedentes de los 50 estados y de diversas edades, razas y confesiones, se les preguntó sobre las acciones específicas religiosas mostradas por los deportistas, como rezar antes o después de los partidos, hablar de su fe en entrevistas o realizar abiertamente signos como persignarse o señalar hacia el cielo cuando marcan un gol o ganan una medalla.
Un 55 por ciento se muestra favorable a que los jugadores se apoyen rezando juntos antes o después de los partidos. Sin embargo, lo que menos les gusta es que “los atletas sugieran que Dios ayudó a su equipo a lograr una victoria”, o que utilicen respuestas como “Dios realmente me dio fuerzas en aquel momento” o “tuve confianza y Dios permitió que ganara aquel punto”, que son vistas negativamente por el 26 por ciento de los encuestados.
En general, los que no son aficionados a los deportes son los más neutrales o negativos con las expresiones religiosas de los jugadores, mientras que los aficionados y amantes del deporte son los que ven mejor los gestos de atletas y deportistas.
La reacción del público a estas expresiones no varía mucho en función de factores demográficos como el género, el origen étnico, la edad, la educación o los ingresos familiares, pero, como era de esperar, esa reacción varía considerablemente según las creencias religiosas.
Así, las personas creyentes son más propensas a apoyar estas muestras que los no creyentes. Aun así, vale la pena señalar que, incluso entre los estadounidenses que no asisten a los servicios religiosos, el 38 por ciento en general tiene una actitud positiva ante las expresiones religiosas de los atletas profesionales, mientras que sólo el 25 por ciento reconoce albergar una actitud negativa.
Es curioso cómo en general prefieren que se mencione o se agradezca a Dios por los logros conseguidos antes que a Jesucristo; Dios es más genérico y común a todos los creyentes, mientras que el nombre de Jesucristo suelen utilizarlo más los cristianos evangélicos. Josh Canales, directivo de la Fellowship of Christian Athletes, la Asociación de Atletas Cristianos que desde 1954 trabaja para formar a entrenadores y atletas para evangelizar en el mundo del deporte a través del anuncio de Jesucristo, ha afirmado: “Como cristiano, es muy alentador el resultado de esta encuesta porque creo que es muy importante reconocer la influencia que pueden tener los atletas cristianos, especialmente en un país tan mentalidad deportiva”.
Protestantes
Favorable 66%
Indiferente 22 %
Negativo 12%
Católicos
Favorable 57%
Indiferente 31%
Negativo 12%
Otras religiones
(musulmanes, budistas, judíos, mormones, cristianos ortodoxos…)
Favorable 25%
Indiferente 52 %
Negativo 23%
Ateos y agnósticos
Favorable 12%
Indiferente 38 %
Negativo 50%