Los católicos en Estados Unidos son lo que puede inclinar la balanza a favor de Obama o de Romney en esta elección para la presidencia del país más poderoso del mundo. Todo gracias a la inmigración hispana (de mayoría católica), pero también gracias a una presencia pública que se ha convertido en un elemento incisivo a través de la enérgica presidencia de Dolan en el episcopado estadounidense.
Los católicos no eran tan influyentes ni siquiera cuando llegó a la Casa Blanca el católico J.F. Kennedy. Ahora como nunca tienen un peso enorme en las elecciones y en la política estadounidense en general. Lo confirma a la Radio Vaticana Robert Royal, teólogo y politólogo católico, presidente del Faith and Reason Institute de Washington.
En los Estados Unidos, la recta final de los candidatos a la Casa Blanca está marcada por el electorado católico. Los últimos sondeos dan una ventaja al actual presidente Barack Obama, pues se considera que actuó oportunamente al afrontar la emergencia del huracán Sandy, que dejó un saldo de por lo menos 98 víctimas confirmadas. Obama cuenta con el apoyo del alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, y con los elogios del gobernador de New Jersey, el republicano Chris Christie. Esta mañana, además, se dieron a conocer los datos sobre el empleo en el mes de octubre: la economía estadounidense ha creado 171 mil puestos de trabajo en el último mes, pero la tasa de desempleo aumentó del 7,8 al 7,9%.
Mientras tanto, son muchos los que se preguntan quién obtendrá la mayoría de los votos del electorado católico, si Obama o Romney. En las últimas 10 elecciones presidenciales solamente una vez un candidato logró llegar a la Casa Blanca sin conquistar el voto católico.
«No es un voto fácil el voto católico –explica Royal. Los católicos estadounidenses están cada vez más divididos entre el Partido demócrata (que hace tiempo era el partido de los inmigrantes) y los republicanos (que representan más o menos los valores católicos, en el sentido de que están en contra del aborto, en contra de los matrimonios entre personas del mismo sexo, etc...). Por ello, el voto se encuentra dividido entre los dos partidos. Cuando fue elegido, Obama ganó con el 54% de los votos de los católicos; ahora, el voto católico está dividido exactamente a la mitad entre Obama y Romney. Los católicos, así se dice aquí en Estados Unidos, son el “centro del centro” del electorado estadounidense».
La economía es el gran tema de estas elecciones presidenciales. Sin embargo, también hay otros temas llamados morales que han tenido un enorme papel, en particular el aborto, la defensa de la vida, la pobreza y la inmigración. Estos temas contarán mucho el 6 de noviembre, confirmó a la emisora vaticana el presidente del Instituto Faith and Reason: «Todos contarán, pero hay una diferencia entre los que penden más hacia el Partido demócrata y los que dicen que los republicanos representan mejor los valores católicos».
Hay otro factor importante, y es este: Obama, en el “Obamacare”, la reforma sanitaria, «aprovó una serie de disposiciones según las cuales las instituciones católicas, las universidades, los hospitales, las escuelas, deben pagar –mediante los seguros sanitarios– la anticoncepción, la esterilización y, en algunos casos, incluso el aborto». Esto ha provocado una «controversia sobre Obama, porque si él permanece en la Casa Blanca, estas disposiciones entrarán en vigor y las instituciones católicas deberán afrontar este desafío a los valores morales». Cuando fueron aprobadas, el 56% de los católicos estaba en contra de Obama; ahora que las cuestiones económicas se han convertido en un argumento más relevante, este problema, la controversia sobre el “Obamacare”, salió del ámbito de la atención de la opinión pública y «no se sabe si podrá ser un factor de importancia en la elección».
Seguramente hay muchos católicos que están preocupados por las posturas abortistas del Partido demócrata; por otra parte, también hay muchos católicos preocupados por las posturas consideradas poco solidarias con respecto a los más débiles y a los inmigrantes por parte del Partido republicano. «Pero, en relación con la solidaridad, se puede discutir al respecto; se puede apelar la necesidad de que haya seguridad social –precisó Royal. Y esta discusión se verifica en todos los países. Pero nuestros obispos han dicho muy clarament eque es necesario entender que el aborto es una cuestión absoluta en términos morales; las cuestiones que están relacionadas con la defensa de la vida no se pueden poner al mismo nivel de las demás cuestiones».