Según la emisora CNN, el hombre que entró en un templo sij del sur de Wisconsin y mató a seis personas, antes de ser abatido por la policía, era un veterano del ejército estadounidense y posiblemente actuaba movido por motivos racistas. CNN indicó que según varios testigos el hombre llevaba tatuado los números "9/11", al parecer en alusión a los atentados contra las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2011.
Tres personas siguen en el hospital con heridas graves, entre ellos el policía que consiguió abatir al asesino. La policía ha registrado en la madrugada del lunes la casa del pistolero en busca de pistas sobre el motivo del ataque. Se trata de un apartamento en el barrio de Cudahy, cerca de Milwaukee.
Las autoridades de Oak Creek, donde se produjeron los hechos, explicaron que una patrulla de policía se desplazó al edificio de la comunidad sij tras recibir una llamada de emergencia al 911 a las 10 de la mañana hora local (15.00 GMT).
Al llegar al templo, los agentes de policía fueron recibidos a tiros por un individuo, aún sin identificar, a la entrada del aparcamiento. Uno de los agentes abrió fuego contra el agresor y logró finalmente abatirlo, aunque recibió múltiples heridas de bala en el enfrentamiento y se encuentra en "situación crítica".
"La heroica actuación del agente de policía que fue recibido a tiros por el atacante en el aparcamiento del templo evitó una tragedia que podría haber sido mucho mayor", indicó John Edwards, jefe de policía de Oak Creek, ante los periodistas en una breve comparecencia.
"En esos momentos", explicó Edwards, "había bastante gente en el lugar de oración". Entre las víctimas mortales está el presidente de la congregación local y el clérigo sij que oficiaba el culto.
La congregación sij de Oak Creek cuenta con entre 250 y 400 miembros, según su página web. Hay aproximadamente medio millón de sijs en EEUU.
El sijismo ("sikhs" en inglés) es una religión monoteísta nacida en la India en el siglo XVI, entre la hostilidad tanto del hinduismo politeísta como del islamismo. Hoy cuenta con unos 27 millones de practicantes en el mundo, entre ellos el actual primer ministro indio, Manmohan Singh, que condenó el atentado
"Que este acto violento y sin sentido esté dirigido contra un lugar de devoción religiosa es particularmente doloroso. Envío mi pésame más profundo a las familias", afirmó en un comunicado Singh. "La India -concluyó el primer ministro- se solidariza con todos los estadounidenses amantes de la paz que han condenado la violencia".
También el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, expresó su "profunda tristeza" por los fallecidos y heridos durante el tiroteo y señaló que sus "oraciones están con las familias y amigos de las víctimas". Como Singh, lamentó especialmente que "esta pérdida se produjese en un lugar de oración", y subrayó "lo mucho que ha enriquecido al país la comunidad sij, que es parte de la gran familia estadounidense".
Los sijs tienen en la ciudad india de Amritsar (norte del país) y en la región del Punjab su principal centro espiritual, y suponen en torno al 2% de la población del país asiático, aunque cuentan con comunidades de emigrantes significativas en Estados Unidos o Canadá.