El estado norteamericano de Luisiana (4,5 millones de habitantes) ha aprobado con 79 votos a favor, 16 en contra y 10 abstenciones que cada aula de los colegios públicos exhiba un cartel de de al menos 27x35 centímetros con los 10 diez mandamientos.
La votación se hizo en mayo y ahora la ha firmado el gobernador republicano, Jeff Landry.
La republicana Dodie Horton, representante del estado e impulsora la ley, considera que los mandamientos son la “base de todas las leyes en Luisiana”. "Espero y rezo para que Luisiana sea el primer estado en permitir que el código moral vuelva a las aulas. Yo fui a un jardín de infancia en una escuela privada y siempre estaban en la pared. Aprendí que había un Dios, y aprendí a honrarlo a Él y a sus leyes”, declaró Horton.
La norma especifica una versión concreta de los diez mandamientos y señala que apartarse de esta versión “violaría la ley estatal”.
Hay distintas formas de citar los 10 mandamientos, algunas siguen distintas tradiciones protestantes y otras son variantes de los catecismos católicos. Depende, por ejemplo, de como se numeren. En los años 50 y 60, una organización llamada Fraternal Order of Eagles colocó miles de placas y monumentos con los 10 mandamientos en tribunales y escuelas, con una especie de versión ecuménica que se estandarizó, sin usar números. Así era, por ejemplo, la versión del Capitolio de Texas.
En 1956, cuando Cecil B. DeMille lanzó su película Los Diez Mandamientos, impulsó cientos de estos monumentos como parte de la campaña de la película.
No es de una religión concreta
Usar una versión "ecuménica" impide la acusación de que se está apoyando una denominación o religión concreta y violando la separación entre Estado e iglesias.
Los 10 mandamientos son valiosos para judíos, católicos, protestantes, ortodoxos e incluso musulmanes, y su valor en la historia universal del Derecho es innegable.
La Constitución norteamericana pide "la separación de la Iglesia y el Estado" y especifica que "el Congreso no hará ninguna ley respecto al establecimiento de una religión, o prohibirá la práctica libre de las mismas".
Habitualmente se ha usado esa frase para impedir la presencia de elementos religiosos en entidades con financiación pública (como las escuelas públicas). Pero un caso reciente empezó a cambiar la jurisprudencia, lo que puede haber animado a los congresistas de Luisiana.
Es el caso "Kennedy contra el Distrito Escolar de Bremerton", con sentencia de 2022: el Tribunal Supremo falló 6-3 a favor de un entrenador de fútbol americano escolar que oraba con sus jóvenes jugadores. El Tribunal valoraba su libertad de expresión y su libre ejercicio de la religión y decretó que no violaba la Constitución.
Otro precedente a tener en cuenta se dio en 1980 (caso Stone v. Graham) cuando el Tribunal Supremo rechazó una ley similar a la de Luisiana en Kentucky. En aquel Tribunal, sin embargo, estaba el juez William Rehnquist quien puntualizó que la norma sobre que ninguna religión será "religión establecida" del Estado, no significa "que el sector público esté aislado de todo lo que pueda tener un significado u origen religioso".
Así, muchos juristas creen que la norma de Luisiana puede encontrar acomodo en el actual Tribunal Supremo (por ejemplo, allí está el juez Roberts que en 1980 era un joven ayudante de este juez Rehnquist).
La acción de los lobbies laicistas
Los habituales lobbies laicistas y antirreligiosos en EEUU ya han anunciado que llevarán la medida a los tribunales (son la ACLU, el grupo Americanos Unidos por la Separación de la Iglesia y el Estado y el Southern Poverty Law Center). Las 3 asociaciones han hecho una declaración conjunta argumentando que esa ley sería inconstitucional porque "la Primera Enmienda nos garantiza el derecho a decidir personalmente nuestras creencias religiosas, si es que las tenemos, sin la presión del gobierno".
Hace décadas en los congresos de Texas, Utah y Oklahoma se intentó aprobar leyes similares a las de Luisiana, pero por miedo a largas batallas legales que llevarían a un Tribunal Supremo bastante hostil terminaron desistiendo. Pero hoy el Tribunal Supremo, con varios jueces nombrados por Donald Trump, es distinto.
Los republicanos de Luisiana argumentan que la nueva ley no se refiere solo a religión, porque los Diez Mandamientos tienen un significado histórico y los valores cristianos de justicia y libertad influyeron en la creación de los Estados Unidos. La norma de Luisiana dice que los Diez Mandamientos son "documentos fundamentales de nuestro gobierno estatal y nacional".