En el momento más inoportuno para el candidato Mitt Romney, que se alza ya como virtual candidato republicano a disputarle la presidencia al presidente demócrata Barack Obama, su hermano Park Romney le ataca en uno de sus puntos más flacos, su condición de mormón, no excesivamente bien vista en los Estados Unidos, y a la que el candidato evita referirse en la media de lo posible.

En declaraciones realizadas poco antes de la Semana Santa por su hermano Park, éste explica las razones por las que dejó el mormonismo: “Me convencí de que era un fraude”.

Park Romney cuestiona las profecías del fundador del mormonismo, Joseph Smith, cristalizadas en el Libro de Mormón y otros, que constituyen los textos canónicos del mormonismo, y se muestra muy estricto con su religión natal: “Existen pruebas abrumadoras de que los líderes de la Iglesia de Mormón de manera voluntaria y a sabiendas desvirtúan la verdad histórica de sus orígenes, así como del propósito de la Iglesia [mormona] de reducir a sus miembros a un estado mental que los convierta en fácilmente manejables”.

Una de las acusaciones que con más frecuencia reciben los mormones es la de dar la espalda a aquellos miembros de la comunidad que la abandonan. Una acusación que el hermano de Mitt no le ha ahorrado a sus correligionarios: “He sido separado de mi familia” declara, mientras añade: “yo no lo haría con mis hijos”.

Un importante porcentaje de norteamericanos no considera al mormonismo entre las religiones cristianas. Y aunque el respeto existente en Estados Unidos a la libertad religiosa hace que un 90% de los norteamericanos desconozca la filiación religiosa de Romney, según una encuesta Gallup, un 22% de ellos no votaría jamás a un mormón como presidente.

De hecho, nunca desde que la confesión mormona fuera fundada en 1820 un presidente norteamericano ha sido mormón, si bien sí ha habido quien lo ha intentado. El propio fundador de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días, Joseph Smith, el primero, aunque fue asesinado antes de que pudiera ser elegido. También inició la carrera a la Casa Blanca el padre de Mitt, George Romney, Gobernador de Michigan, que le disputó la nominación republicana a Richard Nixon en 1968. Y eso que después de todo, el mormonismo es una de las confesiones con más adeptos en los Estados Unidos, con 14 millones de fieles.