Tras la fuerte oposición de la Iglesia católica (con el apoyo de baptistas, pentecostales, ortodoxos y judíos) y las duras críticas de los republicanos, el presidente de Los Estados Unidos, Barack Obama, dio este viernes marcha atrás sobre una norma con la que quería forzar a las instituciones católicas a ofrecer métodos antinatalistas a sus empleadas,
La norma, incluida en la reforma del sistema sanitario promulgada en 2010, imponía la obligación a partir de 2013 a los hospitales, los colegios y otras instituciones católicas a dotar de seguros médicos a sus empleados que contemplaran anticonceptivos, esterelizaciones y fármacos abortivos.
La norma original será modificada y esas instituciones católicas "podrán alegar objeciones religiosas" para no ofrecer estos métodos a sus empleadas, explicó Obama en una comparecencia en la Casa Blanca.
En ese caso, la obligación de ofrecer los anticonceptivos recaerá en las compañías aseguradoras, detalló el presidente, que consideró que con estos cambios "la libertad religiosa quedará protegida" y todas las mujeres tendrán acceso a anticonceptivos "sin importar donde trabajen".