Un Tribunal de Apelaciones estadounidense ha ratificado la ley del Estado de Texas que dictamina que antes de abortar las embarazadas deben someterse a una ecografía y escucha el sonido del corazón de su feto (sonograma) y su descripción detallada por parte del médico abortista.
La ley fue aprobada por Texas hace un año y ratificada por el gobernador y ahora candidato a las elecciones primarias republicanas Rick Perry. Sin embargo, los abortuorios del Estado interpusieron una demanda por supuesta inconstitucionalidad, y un juez suspendió la entrada en vigor de la normativa hasta que se pronunciara la instancia superior federal, Tribunal que acaba de dictaminar que la ley pro-vida texana no atenta contra la Constitución.
El poderoso lobby abortista norteamericano ha alegado de que la norma es un atentado contra la libertad de expresión porque obliga a los médicos a actuar "al dictado de las autoridades políticas". Sin embargo, los jueces del Tribunal de apelaciones señalan en su sentencia que "mostrar a la mujer el ultrasonido del latido del corazón del feto es proveerla con una información científica y oportuna".
El procedimiento les mostrará si el feto ya ha desarrollado los cuatro miembros, si tiene algún tipo de malformación y mostrará el sonido del latido de su corazón.
Sólo tendrán derecho a negarse a recibir esa información las embarazadas producto de una violación o incesto y las que tienen un feto con malformaciones.
Texas es uno de los veinte Estados norteamericanos que piden ecografías antes de la práctica del aborto, pero el único que pone como requisito escuchar una descripción del feto.
Por su parte, Perry calificó ayer la decisión judicial como “una victoria”. “Esta ley garantiza que cualquier tejana que quiera un aborto tiene todos los detalles sobre el bebé y entiende el devastador impacto de acabar con su vida”, declaró.