En muchos lugares del mundo (entre ellos, España) las leyes educativas y las disposiciones administrativas "antidiscriminatorias" incluyen ya un adoctrinamiento en las posiciones del lobby LGTB (Lesbiano-Gay-Transexual-Bisexual). Sin embargo, la ley firmada por el gobernador demócrata de California, Jerry Brown, en su recién estrenada segunda etapa al frente del estado (ya ocupó el cargo entre 1975 y 1983) va un paso más allá: las escuelas públicas incluirán en sus currículos el estudio de las aportaciones del movimiento LGTB a la historia del país.
De esta forma, camuflado en las asignaturas de Historia y ciencias sociales, dicho adoctrinamiento sorteará los obstáculos que encuentra en otras áreas bajo el amparo de la libertad de enseñanza de los padres y de cátedra del profesor.
Así lo están denunciando los críticos de la normativa, como William B. May, presidente de la asociación Católicos por el Bien Común de San Francisco: "La ley no va de enseñar la historia gay. Eso es lo que sus defensores están contando. Pero ése no es el lenguaje de la ley, ni lo que ordena, ni lo que pretende", explicó a la agencia CNA. De lo que se trata es de asegurarse de que las distintas opciones sexuales "son todas ellas presentadas favorablemente". Es pues "una ley de adoctrinamiento y tanto los políticos como los medios de comunicación están tergiversando su contenido".
En efecto, la ley dice literalmente (sección 51204.5) que "la enseñanza en ciencias sociales incluirá el estudio del papel y las contribuciones de [entre otras minorías] lesbianas, gays, bisexuales y transexuales al desarrollo económico, político y social de California y los Estados Unidos, con particular énfasis en destacar el papel de estos grupos en la sociedad contemporánea".
No se trata, pues, solamente de destacar las aportaciones de esos colectivos a la historia del estado y del país (al modo en que ya establecen las leyes respecto a los afroamericanos o los americanos nativos u otras minorías), sino de instruir a los niños en valorar positivamente la actuación social del lobby LGTB.
La ley, promovida por el senador Mark Leno, abiertamente homosexual, incluye además sanciones antidiscriminatorias que en la práctica pueden condenar la simple exposición de la doctrina moral católica. "Contribuirá", sostiene May, "a atacar al cristianismo en las aulas como intolerante y opuesto al progreso; todo esto es parte de una agenda más amplia para redefinir el amor, las relaciones, el matrimonio y la familia".
También el arzobispo de Los Ángeles, José Gómez, criticó la nueva ley como "otro ejemplo de la interferencia del gobierno en el derecho de los padres a ser los principales educadores de sus hijos".
Aunque la ley afecta sólo al territorio de California, se teme su influencia en estados vecinos que, a consecuencia de la pujanza de su industria editorial y de libros de texto, puedan calcar sus currículos del californiano.