Lo de Leire Pajín y el acontecimiento planetario tenía algo de fundamento, y algunas de las políticas de Barack Obama beben junto a las de José Luis Rodríguez Zapatero de la misma fuente: la ideología de género en su versión más chusca.
Y así, en España no llegó a implantarse lo del «progenitor A, progenitor B», pero en Estados Unidos se empezará a implantar en breve una versión algo distinto: «progenitor 1, progenitor 2». Será a partir del 1 de febrero en las nuevas instancias de solicitud de pasaporte. Desde ese momento, los menores de 16 años dejarán de tener oficialmente padre y madre.
La decisión se tomó el 22 de diciembre, y el Washington Post no disimula su origen al venderla: «La nueva política es una victoria de los grupos por los derechos de los gays, un bloque de apoyo electoral demócrata financieramente generoso que ha apostado por el cambio desde que Barack Obama inició su transición presidencial a finales de 2008». Es la segunda gran medida a favor del lobby homosexual que adopta el presidente norteamericano en pocas semanas, tras la abolición de la ley «no digas, no preguntes» que respetaba la homosexualidad en las Fuerzas Armadas, pero no permitía hacerla pública, y que ha sido pésimamente recibida por los militares de a pie.
Esta vez ha sido el departamento de Hillary Clinton, vieja defensora de la ideología de género, el encargado de dar un paso que rechazan los defensores de la familia. Tony Perkins, presidente del Family Research Council, considera que esta medida refleja «el confuso y torcido mundo de la corrección política izquierdista, y está claramente dirigida a avanzar en las causas del "matrimonio" del mismo sexo y de la adopción por padres homosexuales, además de violar el espíritu, si no la letra, de la vigente Ley de Defensa del Matrimonio», ley federal que reserva esa definición para el matrimonio natural, contraído entre un hombre y una mujer.