En un reciente artículo en ABC, el psiquiatra Enrique Rojas recordaba que la pornografía es hoy "una lacra terrible que tiene una enorme influencia no solo en los jóvenes, sino también en los adultos", hasta el punto de que la adicción a su consumo, "con más o menos intensidad y frecuencia, se ha convertido en una epidemia mundial". De hecho, citaba que millones de adolescentes se encuentran "atrapados" en ella desde los 12-14 años, "lo que cambia su visión de la mujer, de la sexualidad y del amor" y, lo que es peor, llena las consultas de su especialidad con problemas de todo tipo.
Existen obras que afrontan el problema de la adicción de manera eficaz y teniendo en cuenta una antropología católica, como la obra del doctor Peter C. Kleponis Pornografía. Comprender y afrontar el problema, particularmente orientada a restaurar la integridad de la persona en el entorno familiar porque, como señalan ambos profesionales, la propia vida matrimonial de millones de personas se está viendo afectada por esta plaga.
Tanto el doctor Rojas (psiquiatra) como el doctor Kleponis (psicólogo) apuntan también la vinculación entre pornografía y violencia sexual, de la que es ejemplo un asesino norteamericano que atribuyó precisamente al consumo de pornografía su iniciación en el camino del crimen:
Ted Bundy ha sido uno de los asesinos en serie más sanguinarios en la historia de Estados Unidos. Fue ejecutado en la silla eléctrica el 24 de enero de 1989 por haber violado y matado a más de 30 mujeres, algunas de ellas menores de edad. Sin embargo, la cifra total de crímenes es, según los investigadores, probablemente mucho mayor.
Su caso llenó las portadas de todos los diarios estadounidenses ante la actuación de un hombre frío que no sentía nada al acabar con una vida tras otra entre 1974 y 1978 y que utilizaba su atractivo para atraer a sus víctimas.
Una entrevista y una confesión antes de ser ejecutado
Antes de ser ejecutado, Bundy recibió cientos de peticiones de periodistas para ser entrevistado pero se negó a conceder ninguna. Sin embargo, un día antes de morir hizo llamar al psicólogo y entonces presidente de la organización profamilia Focus on the Family, James Dobson, para concederle a él una entrevista que no le había pedido.
Quería decirle algo antes de morir, algo que pudiese servir para el futuro. Y en ella habló del importante papel que tuvo la pornografía desde su adolescencia para forjar al asesino sanguinario en el que se convirtió después. La entrevista fue muy polémica y los críticos argumentaban que Bundy intentaba justificarse antes de morir y por otro lado criticaban que el doctor Dobson fuese antipornografía, cristiano y provida. Pero en realidad en dicha entrevista, el asesino no justificó sus crímenes e incluso llegó a asegurar que merecía ser ejecutado. Yaunque claramente era un psicópata, su testimonio coincide con muchos otros casos de criminales similares.
La entrevista con el psicólogo James Dobson fue muy polémica y se produjo el día antes de que Bundy fuera ejecutado
Preguntado de los antecedentes que le llevaron a ser uno de los peores asesinos del país, Bundy aseguró que “crecí en un hogar maravilloso” en el que “regularmente asistíamos a la iglesia” y en el que “no sufrí abusos físicos”.
Pornografía y violencia, ambas unidas
“Cuando era un niño de 12 o 13 años me encontré fuera de casa en el supermercado pornografía suave. Los muchachos jóvenes mirábamos también en las cunetas y en los caminos de nuestros vecindarios y lo que tiraban a la basura. De vez en cuando, nos encontrábamos con libros de una naturaleza más gráfica”, contaba.
Según este asesino en serie, “el tipo más dañino de pornografía –y hablo de una experiencia dura, real, personal- es la que implica violencia y violencia sexual. La unión de esas dos fuerzas –como conozco bien- provoca un comportamiento que es demasiado terrible para describir”.
En su entrevista con este psicólogo, Ted Bundy afirmaba que “básicamente yo era una persona normal. Tenía buenos amigos. Llevaba una vida normal, excepto por esto, por esta muy potente y destructiva parte (la adicción a la pornografía) que mantenía muy en secreto”.
La adicción provoca la necesidad de material cada vez más duro y explícito
Empezó con revista eróticas y porno blando y poco a poco se fue volviendo adicto a la pornografía necesitando cosas más duras y violentas.
“Una vez que te conviertes en adicto buscas algo más potente, más explícito, más gráfico. Deseas algo mas difícil y que te dé una mayor sensación de excitación, hasta llegar a un punto en el que la pornografía tiene un límite”. Él lo sobrepasó porque pasó a pensar en que “tal vez tenía que hacerlo” para sentir más excitación.
La pornografía contribuyó a "moldear" su comportamiento violento
Este psicópata, que no sentía empatía por sus víctimas y amanecer tras un crimen sin tener remordimientos, aclaraba al doctor Dobson en la entrevista que “no estoy culpando a la pornografía” de hacerle cometer sus crímenes. “Asumo toda la responsabilidad por todas las cosas que he hecho. Esta no es la cuestión aquí. La cuestión es cómo este tipo de material contribuyó y ayudó a moldear y formar este tipo de comportamiento violento”.
Preguntado sobre la relación entre la pornografía y su evolución a sus prácticas más extremas tiene relación con la violencia, Bundy aseguraba que “he vivido en la cárcel mucho tiempo, y he conocido a un montón de hombres que han cometido actos de violencia. Sin excepción, cada uno de ellos era profundamente adicto a la pornografía. Un estudio propio del FBI sobre los asesinatos en serie muestra que el interés más común entre los asesinos en serie es la pornografía”.
La sociedad y su permisividad con la pornografía puede crea "futuros Ted Bundy"
Y advertía de que gente como él no nacen ya siendo “monstruos”. “Somos hijos y esposos, crecimos en familias normales. La pornografía puede meter la mano y coger a un niño de cualquier casa hoy”, aseguraba mucho antes de que internet llegara a todos los hogares, y con ella la facilidad para el acceso a material pornográfico.
Por último, Ted Bundy reconocía que “la sociedad merece ser protegida de mí y de otros como yo. Eso es seguro”. Pero además, añadía que “la sociedad merece ser protegida de sí misma” con la circulación sin problemas de todo tipo de pornografía, también de tipo violento, que puede “convertir a los niños pequeños en un futuro Ted Bundy”.
Artículo adaptado de su publicación en ReL el 22 de junio de 2017.