Se trata hoy de comparar las ofertas que realizan los dos grandes partidos sobre un tema del que se habla poco en realidad, pero con una importancia muy grande y a través del cual, muy probablemente, pase la solución a muchos de los problemas de la sociedad española, con particular incidencia en los que conciernen a la crisis atroz que nos atenaza. Nos referimos a la formación profesional.
Si hemos de comparar la importancia que cada uno de los dos grandes partidos da al problema por el número de palabras que dedican a su tratamiento, el PP aventaja al PSOE al dedicarle 797 palabras de su programa frente a las 523 que le dedica el del PSOE. Pero reconozco que éste no es el mejor sistema de aproximación al problema. Vayamos más bien a los contenidos.
Pues bien, el de la formación profesional no es un campo abierto a grandes discrepancias entre los dos grandes partidos nacionales. Admitamos que se ha tardado en darle la importancia que tiene y ha debido tener siempre, pero ninguno de los dos grandes partidos la discute en la nueva economía que ha de venir tras la crisis. Así, por ejemplo, existe plena coincidencia en el papel que en ella han de jugar las empresas. Dice el PP:
“Promoveremos un nuevo modelo de formación profesional para crear empleo, con un carácter eminentemente práctico, vinculado a las necesidades de las empresas y que haga más competitiva a la economía española. Adaptaremos a la realidad española un modelo de éxito: la formación profesional en la empresa combinada con la formación en el aula”.
Y dice el PSOE:
“Ampliaremos la participación de las empresas en las acciones de formación profesional, promoviendo la realización conjunta de proyectos de innovación aplicada que faciliten la transferencia de conocimiento entre los centros formativos y las empresas”.
Plena coincidencia también, en la reforma del sistema educativo para albergar la formación profesional dentro del ciclo de enseñanza obligatoria y gratuita. Dice el PP:
“Reformaremos la formación profesional permitiendo la posibilidad de acceso a partir de los 15 años y manteniendo el carácter obligatorio y gratuito de las enseñanzas hasta los 16 años”.
Y dice el PSOE:
“Se les facilitará [a los jóvenes] una formación intensiva para preparar una prueba que les permita obtener el título de graduado en ESO o las competencias necesarias para cursar un certificado de profesionalidad o un título de formación profesional de grado medio”.
Se está igualmente de acuerdo en el carácter permanente que ha de tener. Así, mientras el PP afirma que promoverá “un nuevo modelo que garantice la formación de los jóvenes a lo largo de toda su vida laboral, de tal forma que la economía española sea capaz de competir plenamente en un entorno en permanente transformación”, el PSOE habla de “una formación profesional flexible y adaptada a las necesidades de cualificación permanente de la población”.
En el capítulo de las diferencias, pequeñas en cualquier caso, habla el PP de impulsar “un programa de becas-salario” y de “la implantación de un bono formación” que parece referirse a ayudas públicas para la formación profesional, extremos a los que, inesperadamente, no se refiere el programa socialista. Por su parte, el PSOE, de manera no menos inesperada, abandona ciertos resabios de la casa para proponer la creación de un nuevo tipo de contrato flexible relacionado con la formación profesional:
“Con el objetivo de cualificar a los jóvenes para los nuevos sectores emergentes de nuestra economía, se contemplará un contrato a tiempo parcial que les permita compatibilizar formación y empleo en empresas de sectores en crecimiento”
Inevitable en este capítulo como en otros muchos de su programa (y por supuesto prescindible) por parte del PSOE, la referencia a una ley de la que parecen sentirse muy orgullosos en la casa, la Ley de Economía Sostenible -“desarrollaremos todas las medidas aprobadas en la Ley de Economía Sostenible para facilitar las pasarelas entre los diferentes niveles del sistema educativo”-, un verdadero sofrito de ley que recogía una larga serie de declaraciones de intenciones -las leyes no están para recoger declaraciones de intenciones, están para establecer mandatos- que para colmo, por mor de la crisis (aunque probablemente no hubiera sido muy diferente incluso sin ella), ni siquiera se convirtieron en realidad y antes al contrario, terminaron pareciéndose a las soluciones finalmente aplicadas tanto como asemeja a un huevo una castaña… y aún menos.
En definitiva pocas diferencias y muchos puntos de encuentro. Y la coincidencia básica de que es preciso, más que nunca, impulsar en España la formación profesional. Ojalá que así se haga.
©L.A.
encuerpoyalma@movistar.es
Programa PP
http://www.pp.es/actualidad-noticia/programa-electoral-pp_5741.html
Programa PSOE
http://s01.s3c.es/imag3/pdf/elecciones/Programa_PSOE_2011.pdf