Queridos amigos:
Os saludo a todos con gran alegría y os agradezco la cordial acogida. Tras los hermosos encuentros en Berlín y Erfurt, me alegra estar ahora con vosotros en Friburgo. Doy las gracias especialmente a Monseñor Robert Zollitsch por su invitación y amables palabras de bienvenida.
"Donde está Dios, allí hay futuro"; así reza el lema de esta Visita Pastoral. Como Sucesor del Apóstol Pedro, al que el Señor encomendó el encargo de confirmar a los hermanos (cf. Lc 22,32), vengo gustoso a estar con vosotros para rezar juntos, para proclamar la Palabra de Dios y celebrar la Eucaristía. Os pido que recéis para que estos días sean fructíferos, de modo que Dios confirme nuestra fe, fortalezca nuestra esperanza y acreciente nuestro amor. Que en estos días, lleguemos a ser nuevamente conscientes del amor que Dios nos tiene y de su bondad, de forma que, con fe plena, nos pongamos a nosotros mismos en sus manos, así como todo lo que motiva nuestro corazón y es importante para nosotros. En Él, nuestro futuro está asegurado. Él da sentido a nuestra vida y puede llevarla a plenitud. El Señor os acompañe en la paz y os haga mensajeros de la alegría.