Hispanidad, el decano de la prensa digital en España, acaba de cumplir 25 años. Eulogio López, su fundador y director, admirador de los escritores ingleses Chesterton y Belloc, Tolkien y Lewis, así como del italiano Guareschi, entre otros, cumple sus bodas de plata con un proyecto de periodismo independiente, y con una línea editorial engarzada en el humanismo cristiano.

Entre los colegas del gremio periodístico hay un cierto consenso en afirmar que Eulogio López, y su diario Hispanidad, son una roca ante las presiones políticas, y del gran capital, por intentan suavizar las denuncias proféticas ante ciertas injusticias, así como modificar la línea editorial. “Con Eulogio estoy en desacuerdo en muchas cosas –dice un veterano periodista madrileño- pero me admira como defiende sus convicciones y lo independiente que es ante el poder… algo, por otra parte, muy poco frecuente en nuestra profesión”.

Religión en Libertad ha entrevistado a Eulogio López, un periodista católico que trabaja en la comunicación siguiendo el consejo de Chesterton: “Al entrar en la redacción o en el parlamento hay que dejar el sombrero en la puerta, pero no la cabeza”. “Y yo añado –dice Eulogio-: tampoco el corazón”.

- Hace 25 años nadie daba un duro por tener un medio en internet, y fuiste un adelantado al lanzarte en montar el primer diario digital en España. ¿Qué es lo que te llevó a fundar Hispanidad?

- Dos razones: la una que estaba en paro y la necesidad agudiza el ingenio. La segunda, que me daba cuenta de que lo políticamente correcto había impuesto una nueva censura, especialmente para los católicos. Es decir, si quería hacer periodismo cristiano tenía que ser mi jefe, Y la única manera de que un impecune fuera editor era... Internet.  

- Más de una vez te han dicho que Hispanidad es como un perro verde: información económica y financiera, unida a actualidad religiosa. ¿Qué explicación tiene?

 - Es económico porque mi especialidad era el periodismo económico. Es cristiano porque lo hacemos cristianos que no estamos dispuesto a esconder nuestras convicciones. Una vez aconsejaron a Karol Wojtyla que promocionara a un novelista polaco por ser un "escritor cristiano".  El obispo de Cracovia respondió: “No, no es un escritor cristiano, es un cristiano que escribe”. Pues eso.

- Son muchos los que dicen que Eulogio López e Hispanidad no se venden. Que no tienen un precio y que son insobornables… y más en el difícil mundo financiero. ¿Cómo se consigue esa libertad?

- Esas palabras me parecen un poco ampulosas. Hemos intentado que la publicidad no nos condicionara pero siempre condiciona algo, ahora bien, una cosa es condicionar y otra vender tu criterio.

-  ¿Cuál es la mayor amenaza que tiene el periodismo en España?

 - El mismo que tiene la sociedad: pretender vivir al margen de Cristo. Sin él no es posible vivir, sólo sobrevivir.

- Hispanidad ha sufrido la embestida censora de las “big tech”. ¿Puedes explicar las últimas censuras sufridas? ¿Por qué las grandes tecnológicas quieren dejar sin difusión a Hispanidad?

- No van a por Hispanidad, van a por todo lo que huela a católico. La obsesión por la pensamiento único ha llevado a crear la gran mentira de las fake news, que no persiguen los bulos sino lo políticamente incorrecto, y hoy nada es más políticamente incorrecto que los cristianos. La maquinaria funcionan así: los 'verificadores', financiados parcialmente por George Soros (en España destaca Maldita.es) denuncian un bulo del medio de comunicación, Facebook hace suya la acusación y te sanciona: o bien no puedes compartir tus noticias o bien, simplemente, no puedes introducirlas en la red. El tercer escalón es el más peligroso: Google introduce en su índice de búsquedas las penalizaciones de Facebook y eso es más peligroso porque Google es el poder en la red.

- En la homilía de la Misa que conmemora el aniversario de Hispanidad, el cardenal Cañizares denunció con mucha rotundidad el Nuevo Orden Mundial y lo políticamente correcto: “Se observan movimientos reales, no imaginarios, que difunden la mentira de un pensamiento único”. ¿Ese es uno de las grandes amenazas para la libertad de expresión?

- El Nuevo Orden Mundial (NOM) es, en último término, Satán. Tenemos que darnos cuenta de que hemos pasado del tiempo del relativismo progre al tiempo de la blasfemia contra el Espíritu Santo. El progre dice que no se puede distinguir el bien del mal, ni la verdad de la mentira. O sencillamente, que la verdad es inalcanzable. El blasfemo contra el Espíritu va más allá: dice que el bien es el mal y el mal es el bien. O como reza el pasaje evangélico, llama diablo a Dios: ese expulsa a los demonios por el poder de Belcebú.

Es el mismo camino que va desde la despenalización del aborto hasta el derecho al aborto o el camino que va de tratar con respeto y afecto al homosexual a asegurar que la homosexualidad es algo estupendo. 

- Hay una alianza tácita entre el capitalismo global y la izquierda en la imposición de una agenda común, que incluye la ideología de género; la creación de delitos de odio; el control social… ¿Por qué crees que se dan esos objetivos comunes entre antiguos enemigos?

- Es que no sé si eran enemigos. Capitalismo y comunismo tiene algo en común: a ambos les gusta lo grande. Recuerden a Chesterton: “¿Qué más me da que todas las tierras del condado sean del Gobierno o que sean del Duque de Sutherland? El caso es que no son mías”. Es decir, no están repartidas. El socialismo esclaviza al hombre y el capitalismo también. El capitalismo se enfrenta al socialismo en nombre del mercado y el comunismo se enfrenta al capitalismo en nombre de lo público. El cristianismo se distancia de ambos en nombre del hombre, hijo de Dios. Por eso le gusta lo pequeño, porque el hombre es racional, libre... y pequeño.

Y sí: el Nuevo Orden Mundial (NOM) une a capitalismo y comunismo... contra el Cuerpo Místico.

- ¿Qué diría hoy tu admirado Chesterton de los realitys show que proliferan en la televisión?

- A Chesterton le gustaba lo popular, no lo vulgar: "En materia de moral, preguntad al pueblo", aseguraba. Pero la TV está a salvo: tiene muy poco de moral.