Terrence Malick, que ya ganó en 2011 el Gran Premio del festival de cine de Cannes con El árbol de la vida, ha ganado en esta ocasión el premio del jurado ecuménico del festival, con "A hidden life" ("Una vida escondida"), la historia del beato Jägerstätter, un campesino que murió mártir de la fe en 1943 porque se negó a jurar fidelidad a Hitler por sus principios católicos.

Lo que le ha gustado al jurado ecuménico

“La irresistible historia de Franz Jägerstätter, un granjero austriaco que con el apoyo de su esposa Fani rechaza prometer lealtad a Hitler, presenta un profundo dilema humano”, ha subrayado el jurado ecuménico en una declaración. “La película explora y expresa los complejos retos de la integridad de la persona frente al gran mal”, señala el jurado.

(La historia completa de este mártir la contamos en ReL aquí)

La película, han explicado, contiene “valores cinematográficos elevados, una dirección, una edición y un guión que expresan y exploran los complejos retos de la integridad de la persona en el nivel de conciencia frente al gran mal”. “Esta es una historia universal sobre las decisiones que tomamos y que trascienden cada preocupación terrenal para seguir la propia conciencia”, añaden.

¿Qué es el Jurado Ecuménico?

Desde 1974, el jurado ecuménico es invitado cada año a Cannes para premiar una de las películas que se presentan al festival. Los miembros que lo componen son escogidos por la Asociación Católica Mundial para la Comunicación (SIGNIS) y por la Organización Internacional Cinematográfica Intereclesial (Interfilm), que seleccionan a “profesionales del campo del cine, como periodistas, críticos, teólogos y profesores de diferentes países y culturas”.

Para la edición de este año, el jurado ha estado compuesto por el reverendo protestante francés Roland Kauffmann, que ha actuado como presidente del grupo, el periodista francés Xavier Accart, la periodista y productora italiana Lucia Cuocci, el portavoz de la Archidiócesis católica de Berlín, Stefan Förner, la periodista cinematográfico estadounidense Rose Pacatte, y el crítico de cine griego Konstantin Terzis.

El jurado está abierto al diálogo interreligioso”, dice su página web. "Distingue los trabajos por sus cualidades artísticas y humanas, que reflejan la profundidad del alma y la complejidad del mundo, que muestran justicia, dignidad humana, respeto por el medio ambiente, paz, solidaridad, reconciliación, todos ellos valores del Evangelio que son ampliamente compartidos entre las diferentes culturas”.

Las películas premiadas por este jurado se convierten en referentes para cualquier persona, festival o institución interesado en el cine espiritual.

Malick y el beato en Cannes

A Hidden Life fue "aplaudida con entusiasmo en el pase más multitudinario para la prensa", escribió el enviado de La Vanguardia a Cannes. La describe como "una bella narración que visualmente provoca el asombro desde el primer fotograma. El paisaje montañoso y exuberante de las regiones de Austria, Alemania e Italia elegidas para el rodaje es una base consistente".

"El uso prodigioso de la cámara; el gusto de la fotografía; la rápida sucesión de planos en contraste con la lentitud de la acción; la explotación de la luz en todas sus intensidades y temperaturas... La obra de Malick es una bella y monumental lección de cine a manos de un maestro de vocación artesanal pero con claro dominio de las posibilidades técnicas de la óptica. Todo ello sin menosprecio del trabajo de los actores, con August Diehl como Franz y Valerie Pachner como su esposa Franzisca. Y sin olvidar la música de aires sacros bajo responsabilidad de James Newton Howard, siete veces candidato al Oscar".

"La cinta presenta el drama de la gran barbaridad nazi desde un punto de vista tan poco frecuentado como el de las víctimas del propio bando; tal vez de una de las más heroicas y solitarias de esas víctimas. Pues Franz está completamente solo en su decisión de desafiar al peligroso poder nazi en una pequeña población de Austria. Suerte que su mujer, con las dos pequeñas de ambos al lado, le apoya hasta el final y sobre todo en el final", añade el crítico.

El crítico de El País lamenta el excesivo metraje de la película, pero aún así queda atrapado en ella. 

"A Hidden Life me embruja durante mucho rato. Ambientada en un precioso paisaje de las montañas austriacas, narra el nacimiento del amor entre una pareja de campesinos, su comunión con la naturaleza, su esfuerzo trabajando la tierra, el nacimiento de sus hijas, la compenetración de esta gente que se ha puesto de acuerdo con la vida con sus familiares y el trato cálido y solidario con los vecinos de la aldea, un presente feliz sin amenaza de nubarrones", escribe.

"Todo se vendrá abajo cuando el nazismo exija el reclutamiento del marido para combatir en la II Guerra Mundial. Este tipo nada locuaz se niega, sin hacer aspavientos. La objeción de su conciencia es inflexible. No quiere matar a nadie ni exponerse a que le maten, no quiere separarse de los suyos, es incapaz de responder al saludo ritual de Heil, Hitler! Y los habitantes de su entorno que tanto le querían antes le llamarán antipatriota y le acosarán, el ejército le enviará a prisión y le torturará, será ejecutado sin que consigan que este héroe sin atributos abjure de sus convicciones ni se muestre arrepentido. No hace filosofía con sus principios, no lanza discursos para justificarse. Simplemente sabe que su cerebro y su corazón no pueden ni quieren embarcarse en la guerra. Cuenta una escueta nota al principio de la película que este señor existió, que no es ficción. Y sientes mucha pena. También indignación. Y bendices que pueda haber alguien así en la vida real", escribe el crítico.

La pregunta teológica sería... ¿a Quién bendice usted que pueda haber alguien así, un santo, otro Cristo?

En español, la vida y martirio del beato Jagerstatter se puede leer en el libro Cristianos contra Hitler (LibrosLibres), de J.M. García Pelehrín (aquí en Ociohispano)

Fragmento de "A hidden life" publicado en Cannes; el joven Jagerstatter, que pronto será mártir y beato, y su esposa, se quieren mucho... si se le aplica simbolismo bíblico (el mártir es otro Cristo, la esposa es la Iglesia o el alma que ansia a Dios, el camino lleva al Cielo, etc...) los significados son muy evocativo