La crisis de la familia, adicciones -especialmente a la pornografía-, el eclipse de la razón o la persecución de la fe: para José Ignacio Munilla, estos son solo algunos frutos de una "existencia mortecina" que solo la celebración de la Pascua de Cristo puede sanar. En un artículo publicado tras celebrar su primera Vigilia Pascual como obispo de Orihuela Alicante, detalla cómo esta fiesta puede traducirse en tres claves concretas de sanación de los males de nuestro tiempo.
1º Sanación de heridas interiores
Y el primero, explica, es "la proliferación de heridas interiores y afectivas" como consecuencia de la quiebra familiar y psicológica capaces de "arrastrarnos a la decepción y la desconfianza".
"La familia se ha desestructurado hasta límites nunca vistos, la sociedad del bienestar nos ha hecho frágiles y vulnerables, y lo cierto es que nunca habíamos alcanzado un índice tan grande de fracturas psicológicas", menciona.
Sin embargo, pese a que las "nuevas ideologías" traten de convertir estas "heridas en pulmones", la larga experiencia de Munilla le permite constatar que de ellas "solo se respira desencanto y frustración". El narcisismo se muestra, por último, como "la consecuencia inevitable generada por la carencia de un amor maduro y estable".
¿Puede la Resurrección sanar estar heridas? Para Munilla, este sufrimiento colectivo encuentra su origen en que "no somos capaces de amar desde la cruz" y precisamente por ello, la Pascua de Jesucristo "se convierte en la escuela divina del amor humano".
"No es casualidad que el Evangelio nos pida el amor al prójimo yal enemigo; ya que nuestro enemigo suele ser nuestro prójimo. Por ello, el perdón a nuestros enemigos se convierte en la condición para poder amar a fondo perdido. ¡Solo la gracia del resucitado nos permite amar como si nunca hubiésemos sido heridos!", explica.
2ºLiberación de adicciones
Pero puede ocurrir que las heridas interiores no sean identificadas. Es entonces cuando "recurrimos a aliviarnos en algún refugio placentero" que degenera en adicciones como el alcohol, las drogas o los videojuegos.
En este sentido, se refiere especialmente a la pornografía, una "pandemia adictiva" a la que 7 de cada 10 adolescentes están hoy "enganchados" y que muchos ven por primera vez a los 12 años o antes.
"La Pascua de Cristo nos otorga el don del amor maduro, así como la verdadera libertad que se traduce en la capacidad de ser dueños de nuestra voluntad y siervos de nuestra conciencia", menciona.
3º Iluminación frente al eclipse de la fe y la razón
Para Munilla, el último de los signos reveladores de la presente crisis es "el eclipse de la fe y de la razón" surgido en el momento en que Occidente "dio la espalda a la revelación cristiana".
Consecuencia de ello es, como muestra "el currículo de una nueva Ley de Enseñanza", que "el aprendizaje de la historia es trastocado desde la llamada `memoria democrática´, que la filosofía es suplida por `valores cívicos´ y que la religión es arrinconada".
Solo abriéndonos a la Revelación contenida en las Sagradas Escrituras, concluye, "descubrimos la superioridad de la Verdad frente al relativismo, de la Bondad frente al mero emotivismo y de la Belleza frente a la crisis estética. ¡Feliz Pascua de Resurrección a todos!".