Desde el pasado 4 de febrero Pekín acoge la celebración de los XXIV Juegos Olímpicos de Invierno, de los que el Papa Francisco reconoció "estar muy cerca". "Los Juegos Olímpicos están en el corazón del Papa y, por tanto, en el corazón de la Iglesia", expresó el español Mons. Melchor Sánchez de Toca, subsecretario del Consejo Pontificio de la Cultura, poco antes de la inauguración olímpica.
En su audiencia del pasado 2 de febrero, el Papa Francisco se dirigió a los participantes y organizadores de los Juegos. "Dirijo de corazón mi saludo a todos los participantes; deseo a los organizadores el mejor éxito y a los atletas dar lo mejor de sí. El deporte, con su lenguaje universal, puede construir puentes de amistad y de solidaridad entre personas y pueblos de cualquier cultura", expresó.
A lo largo de su carrera deportiva, algunos de los más de 2.900 participantes en los Juegos han declarado públicamente su fe y su concepción cristiana del deporte:
1º Alexa Knierim
Por el momento, la patinadora estadounidense logró una medalla de plata en la categoría de patinaje sobre hielo por equipos el pasado 4 de febrero.
La patinadora comenzó a destacar su vida de fe de manera pública cuando, poco después de sus primeros Juegos Olímpicos en 2016 sufrió una enfermedad potencialmente mortal que le obligó a someterse a varias cirugías abdominales agresivas. Por su delicado estado de salud, Alexa valoró especialmente a Dios y su fe como responsables de su clasificación para los Juegos de 2018.
"Puede que haya perdido mucha fe en mí misma, pero siempre he crecido con fe en Dios", declaró entonces Alexa a CBN News. "Ahora tengo algunas inseguridades que no tenía antes, pero puedo seguir adelante porque he cambiado mi enfoque y dirijo mi atención sobre mi fe en lugar de en mí misma".
Alexa Knierim, en una de sus competiciones con su pareja olímpica Brandon Frazier.
"Dejé de preocuparme y tratar de controlar la vida, porque no podía", añadió. "Estaba tan enferma que no sabía como terminaría todo para mí en el patinaje y en la propia vida, así que levanté las manos y dije: `Tú me mostrarás el camino´".
Desde los Juegos Olímpicos la patinadora ha reconocido que sus seguidores saben que es una "verdadera creyente en el Señor" y que hace todo lo posible "para hacer brillar Su luz y hacer saber a la gente que está bien hacer cosas por Él".
Para Knierim, los Juegos Olímpicos son una oportunidad para “glorificar a Dios. Estoy aquí viviendo mi sueño, y si esa es la forma en que tengo que hacerlo, lo seguiré haciendo”.
2º David Wise
Con 31 años, los de Pekín son sus terceros Juegos Olímpicos y en dos de ellos ya ha obtenido la victoria en la modalidad de esquí acrobático, aspirando ahora a su tercer oro olímpico.
Como recoge el periodista Brian Smith en The Gospel Coalition, Wise ha atribuido sus victorias a su fe en Dios, "no porque milagrosamente lo haga ir más rápido, sino porque fundamenta su confianza en la humidad y sabe que su identidad no se basa en sus esquís, sino en quién es para Dios".
El mismo Wise afirmó en 2018, antes de participar en los Juegos de PyeongChang: "Todo lo que tengo es un regalo de Dios, y Él me lo puede quitar cuando quiera. Estoy rodeado de personas que realmente me quieren y me apoyan por lo que soy, no por lo que hago con los esquís ni por el éxito que pueda alcanzar".
Wise, en la competición olímpica que le valió el oro en PyeongChang.
3º Elana Meyers Tylor
Iba a ser la abanderada del equipo estadounidense, pero una prueba de Covid con resultado positivo dos días después de su llegada, el 29 de enero, le obligó a confinarse.
Son los cuartos Juegos Olímpicos en los que participa y ya lleva tres medallas en su haber, dos platas y un bronce. Comenzó su carrera en bobsleigh en 2003 y desde entonces ha sido un verdadero prodigio en esta compleja disciplina. Sin embargo, más allá de sus éxitos, Elana está firmemente convencida de que la relevancia de su trabajo se encuentra en "glorificar a Dios".
"Dios me puso aquí por un motivo y no creo que sea solo ganar medallas. Estoy aquí para glorificar a Dios, y si eso significa que debo llegar en último lugar o ganar una medalla de oro, es por lo que voy a luchar", admite.
Para ella, lo verdaderamente importante es evangelizar: "Una de las principales razones por las que he acabado en este trineo -en referencia a esta variante marcada por la lucha contra la gravedad que implica esta disciplina- es ayudar a las personas no solo a alcanzar sus metas, sino también a llegar a Cristo", añadió.
Su categoría, la característica disciplina del bobsleigh, no comienza hasta el 13 de febrero, por lo que las autoridades confían en que Meyers podrá competir.
4º Maame Biney
La patinadora de velocidad del equipo estadounidense y nacida en Ghana aún no ha obtenido ninguna medalla en su categoría, patinaje de velocidad en pista corta. Pasó a la historia en los Juegos de 2018 por ser la primera mujer afroamericana en participar en esta competición en el equipo norteamericano.
"Todavía estoy asombrada por ir a los Juegos", mencionó Biney antes de su primera participación olímpica. "Quiero dar gracias a Dios, estoy segura de que nada de esto habría sucedido de no ser por Él", escribió en su Instagram. "Estar aquí es un milagro. Si Dios no le hubiera dado a mi padre la fuerza para hacerme entrenar, hoy no estaría aquí", añadió.
Maame Biney espera obtener su primera medalla olímpica en los Juegos que se celebran en Pekín entre el 4 y el 20 de febrero.
5º Paul Schommer
Son los primeros Juegos para el deportista de 29 años nacido en Wisconsin, que se encuentra compitiendo en biatlón, modalidad que aúna el tiro al blanco con pruebas de fondo de esquí.
Durante su preparación para los Juegos de 2018, Schommer fue entrevistado por la Compañía de Atletas Cristianos (FCA), donde declaró que gracias a su modalidad aprendió "que la fidelidad de Dios siempre está ahí".
"Sin sentirme llamado y guiado por Dios, es muy probable que me hubiera ido nada más comenzar a entrenar en biatlón, no veía ningún éxito en mi futuro en base a los resultados de ese momento", explica. Sin embargo, el deportista admite que luchó "por ver esa fidelidad" y comprendió que su identidad "no viene de los resultados ni se basa en lo que piensen los demás, sino de Cristo", quien le da sentido.
A lo largo de sus competiciones, Schommer busca que la expresión de su fe "no sea algo consciente", porque alguien esté mirando, sino que es la misma forma en que vive. "Mis creencias se muestran a través de mis acciones todos los días, no quiero que la gente vea que soy cristiano solo desde mi perfil de Facebook. Quiero que sea una vida que haga pensar al verme: `Hay algo diferente en él´", afirmó.
También destaca el relevante papel que tiene la oración en su día a día y entrenamientos. "Implica tener una comunicación continua con Dios, me ayuda a tener una buena perspectiva de las cosas", explica.
Para el joven atleta, Dios es uno de sus "mayores entrenadores". "Él me ha ayudado a disparar más que nadie, porque lo sabe todo. Si me llama a esto, me ayudará a llegar donde quiere que esté, pero eso no va a suceder si estoy continuamente tratando de lograrlo por mí mismo", añadió.
6º Nicole Hensley
Son los segundos Juegos Olímpicos para la portero del equipo estadounidense de Hockey sobre hielo, Nicole Hensley, en los que aspira a obtener su segunda medalla de oro. Entrevistada en The Hockey Writers, Hensley destacó que gracias a sus "habilidades y el amor por el hockey" otorgados por Dios, hace de este deporte "una plataforma desde la que llegar a otros que se planteen su fe, que no la tienen o que quieren fortalecerla".
Hensley, que comparte versículos y citas bíblicas con frecuencia desde sus redes sociales, reflexiona con frecuencia sobre el fin del deporte y la competición.
"Como atleta, mi fe me ha calmado en la pista y me ha ayudado a darme cuenta de que el resultado no es lo más importante. Lo es más estar en el hielo y disfrutar de la oportunidad de jugar cuando Dios me ha dado tanta pasión y habilidades para ello", añade.
Para la olímpica Nicole Hensley, el Hockey es una oportunidad de acceder a otras personas que quieren crecer en su fe.
7º Eric Staal
También en hockey hielo, para el jugador del equipo de Canadá esta disciplina es "una oportunidad de tratar de vivir nuestras vidas para Dios y mostrarles a nuestros seguidores y compañeros de equipo que hay una vida mejor `arriba´", declaró a Promise Keepers.
Eric Staal, jugador del equipo de Hockey hielo de Canadá, ve en su trabajo una buena forma de evangelizar.