Con Tengamos la fiesta en paz aún en cartelera en algunos cines o estrenándose en otros, Infinito+1, la productora de Juan Manuel Cotelo, no descansa. Este jueves, a las 15.00 horas, se estrena Katakumba Exit, un programa de entrevistas cuya primera invitada será la modelo colombiana Daniella Álvarez. Antes de interrogarle por sus planes al respecto, es obligado preguntar por la experiencia navideña del musical.
-¿Cómo ha ido en cines Tengamos la fiesta en paz?
-Estamos muy contentos y, sobre todo, muy agradecidos a cada persona que ha ido al cine, en España, a ver Tengamos la fiesta en paz. Y aún queda mucho partido por delante. Este mes estrenamos en Burgos, en Logroño... y pronto comenzaremos la distribución internacional de la película. Además, confiamos en que los buenos resultados en las salas españolas faciliten la entrada de la película en televisiones y plataformas, ampliando mucho su público potencial.
-Aparte del éxito en taquilla, ¿qué opiniones concretas de los espectadores le han llegado?
-Nos llegan muchos comentarios positivos, por parte de los espectadores y de la propia industria -otros productores y distribuidores que nos han felicitado por los resultados sorprendentes- lo cual es muy gratificante. Aunque lo más satisfactorio es cuando una persona nos dice que la película le ha ayudado en su propia familia. Y, gracias a Dios, esos comentarios son abundantes. Para eso hicimos la película, para que nos queramos más en las familias.
-"Un equipo de pulgarcitos, rodeados de gigantes": así se presentaron en las redes sociales...
-Porque así nos sentimos. No hay más que ver los títulos con los que hemos competido durante la Navidad, en la cartelera. ¡Son auténticos monstruos de la industria, cuyos presupuestos de producción y de publicidad son inmensamente superiores a los nuestros! Pero esto, lejos de asustarnos, nos hace sentir de maravilla. ¿Como se sentiría cualquier enanito que lograra meter algunas canastas, en un partido de la NBA? Lo celebraría por todo lo alto, ¿no?
-Esta nueva iniciativa, Katakumba Exit empezó siendo una obra de teatro, que se vio muy perjudicada por los confinamientos. ¿Hay expectativa de retomarla?
-Sí, desde luego. Pudimos representarla en teatros de Valencia, Barcelona, Madrid e Ibiza. Teníamos ya cerradas las actuaciones para doce meses... pero el confinamiento cambió los planes. No sé cuándo volveremos a los teatros. Seguramente la filmemos y la convirtamos en una producción para plataforma de visionado. De momento hemos adaptado el contenido a un formato de entrevistas online, que lanzamos esta semana a través de nuestro canal de Youtube, como hicimos con los formatos de Catequizis y de Contagiosos.
-¿Por qué ha conservado el nombre? ¿Qué tienen en común aquella experiencia y ésta?
-La obra de teatro es una invitación, en clave de comedia, a salir de las catacumbas cómodas en las que podemos vivir nuestra fe, para dar a conocer el Evangelio a todo el mundo, sin miedo, sin vergüenza, sin límites y sin ningún tipo de estrategia de camuflaje. El formato de entrevistas es la aplicación práctica de ese espíritu, pero encarnado en personas concretas que ya lo viven a diario.
-¿Quiénes?
-Son cristianos sin disfraz, que no esconden su fe, del mismo modo que no esconden nada de lo que aman y son. Su amor a Dios y a los demás asoma por todos sus poros. En ellos se cumple el deseo de Jesús: "No se enciende una luz para esconderse debajo de la cama, sino para que alumbre a todos". Ellos alumbran, sin complejo de superioridad ni de inferioridad. Con sencillez, con naturalidad, sin ostentación. No son teóricos de la fe ni del amor, sino que "por sus obras les conoceréis". Sus obras son luminosas, resplandecientes. Viven fuera de las catacumbas, asumiendo los riesgos que hoy y siempre implica ser un cristiano coherente. Y no se sienten por ello unos héroes, porque de hecho no lo son. Esa sencillez y esa sinceridad de vida es muy atractiva.
-¿Con qué criterio los selecciona?
-El criterio es muy sencillo. "Esta persona tiene luz", pienso al conocerle. Y con eso me basta. A partir de ahí, me limito a escucharles, para tratar de descubrir el origen de esa luz que cualquiera puede captar.
-¿Puede darnos nombres?
-La primera conversación es con Daniella Álvarez, una joven colombiana, ganadora de muchos premios de belleza, deportista y bailarina... que sufrió un mazazo repentino que podría haberla hundido. Una sencilla operación se complicó y tuvieron que amputarle una pierna. Alguien me envió el video en el que ella pedía oraciones, con una sonrisa y una paz sorprendentes. Al terminar la operación, grabó otro video en el que agradecía las oraciones y sonreía ante su nueva vida. ¡Cuánta luz, en mitad de la oscuridad! Después he charlado con dos "Rodríguez" muy famosos: Santi, humorista, y Pepe, cocinero. Y con otras muchas personas que no son famosas y realizan tareas cotidianas llenas de espíritu de servicio. Por ejemplo, Majo Gimeno, que puso en marcha la iniciativa "Mamás en acción". Por la "KataKumba" van a pasar todo tipo de personas, con ese único rasgo en común: no esconden su luz, ni se vanaglorían de ella. Sencillamente, la comparten.
-¿Cuánto cambiaría el mundo si todos hiciésemos lo mismo?
-¡Sería una gran revolución silenciosa! Cuando las personas somos transparentes, cuando no escondemos nuestros amores, sino que los compartimos, provocamos de modo sencillo una oleada de amor a nuestro alrededor, que lentamente transforma el conjunto de la sociedad.
Juan Manuel Cotelo y Daniella Álvarez, en el primer programa de 'Katakumba Exit'.
»A veces exhibimos con mucha facilidad nuestras quejas, nuestras preocupaciones, nuestros odios, nuestros temores... y todo eso genera efectos negativos alrededor. Basta con firmar un pacto fuerte, con uno mismo, de compartir solamente aquello que se ama, para que comience la transformación. El amor es eficaz, es el revulsivo más potente que existe.
-¿Y todos tenemos algo luminoso que enseñar? ¿Cómo se conjuga eso con nuestra realidad de pecadores?
-El descubrimiento de la fragilidad personal es la noticia previa a la mejor noticia posible: soy amado tal como soy, de modo incondicional, por el amor infinito de Dios. ¡Wow! ¿Quién es capaz de mejorar esa noticia? ¿O quién es capaz de negarla? Todos podemos anunciar con nuestra vida esta gran verdad, especialmente las personas más pecadoras. La mayor luz que podemos compartir no procede de nuestra perfección, sino de nuestra imperfección. "¡Eh, escuchadme todos! ¡Soy amado, soy amado, a pesar de mis errores, defectos, pecados, limitaciones! ¡Soy amado incondicionalemente! ¡No estoy encerrado en mi maldad, sino que he sido perdonado y puedo cambiar!" Dan ganas de gritarlo a los cuatro vientos.
-Y usted no se queda con esas ganas...
- Quienes ya hemos experimentado la verdad de esta noticia, no tenemos derecho a guardarla en secreto, porque esta liberación es universal.
-¿De ahí el espíritu positivo que imprime a todos sus proyectos?
-La imagen clásica de ver la botella medio llena o medio vacía sigue siendo válida. Ambas visiones son verdaderas, pero una mueve a la tristeza y la otra mueve a la fiesta. El pesimismo conduce a la pasividad y a la queja estéril, mientras que el optimismo invita a la acción. Es una decisión personal: vivir en claves positivas, sin dar excesivo protagonismo a las dificultades naturales de la existencia.
-¿Cómo se consigue eso?
-Me encanta una canción de rock, cuyo estribillo dice "no importa el problema, importa la solución." Un pequeño cambio de actitud, tiene grandes consecuencias. Si la energía que aplicamos por estar "en contra" de algo negativo... la pusiéramos en "estar a favor" de su solución, el mundo cambiaría. Por ejemplo, "estar en contra" de la violencia o de la corrupción o de la mentira o de la injusticia... puede traducirse en simple ruido de queja, discusiones, enfrentamientos, palabrería inútil que sólo hace ruido. En cambio, estar a favor de la paz, de la vida, de la justicia... suele derivar en iniciativas concretas para construir algo que merezca la pena. En nuestro caso, todo lo que hacemos en Infinito+1 lleva el sello de la positividad, porque nuestra misión es anunciar la buena noticia del Evangelio. Y las buenas noticias no pueden darse con tono de queja.
-Pero proclamarlas cuesta un esfuerzo considerable. ¿Es suficiente la movilización católica para sostener ese esfuerzo?
-Nunca es ni será suficiente, a la vez que todo suma infinitamente. Esto no va de grandes movilizaciones de masa, sino de compromisos personales fuertes, para aceptar la misión individual que todos los bautizados recibimos. Ser cristiano es una misión que surge de un don recibido. El regalo de la fe nunca es para disfrutarlo a solas, ni con la puerta cerrada. Estoy convencido de que si los cristianos fuéramos realmente cristianos, el mundo cambiaría a gran velocidad, porque la presencia de Jesucristo en cada persona siempre es eficaz, si no se le encierra dentro. Cuando se dice que Jesús llama a nuestra puerta para que le abramos el corazón, yo pienso que no solamente está llamando desde fuera, para entrar, sino que una vez dentro sigue llamando para que le dejemos salir hacia afuera, a través de nuestras acciones y nuestras palabras.
»Si le encerramos dentro... podríamos tener con Jesucristo una relación de amantes secretos: "Te quiero mucho, pero que no nos vean juntos." No es así la relación que desea tener con nosotros, sino una relación de amor sencillo, que se vive en la intimidad pero no se esconde hacia los demás, del mismo modo que no escondemos nuestros amores íntimos con la esposa, los padres o los hijos. Por tanto, es una movilización individual. Todos somos convocados a la Evangelización. La respuesta es personal y práctica, nunca teórica.
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