"La invasión [de Ucrania] puede haber sido el comienzo de la Tercera Guerra Mundial y nuestra civilización puede no sobrevivir a ella": con estas palabras, el magnate y filántropo George Soros anunció en la pasada edición del Foro de Davos la posibilidad de una próxima conflagración mundial a la que cada vez más personas temen.
No es el único magnate que advierte de que una próxima crisis mundial podría estar en ciernes. El cofundador de Microsoft, Bill Gates, se refirió al próximo recrudecimiento de la crisis económica mundial como resultado de los estragos de la pandemia, la guerra de Ucrania, los elevados niveles de deuda o los problemas en la cadena de suministro.
Unas afirmaciones que se asemejan a la alerta que emitieron altos funcionarios estadounidenses a finales de enero de 2023 sobre el posible estallido de una guerra entre el país norteamericano y China en los próximos dos años.
Podría no suceder ninguna de estas predicciones. Pero en cualquier caso, cada vez son más quienes por un motivo u otro sospechan que "algo terrible viene" y leer titulares en grandes medios al respecto es cada vez menos llamativo y más cotidiano.
Es precisamente esa sensación de que "algo no va bien" la que ha llevado al sacerdote Jesús Silva a indagar sobre los signos del fin de los tiempos en base a los textos sagrados. Licenciado en Teología y Teología Patrística, Silva es párroco de San Isidro, San Pedro Claver y Virgen del Castillo (Madrid). También es conocido por ser uno de los presentadores de Red de Redes, así como por otros libros publicados como El fracaso del ateísmo o Sexo: cuando y por qué. La sexualidad al desnudo, ambos en Palabra.
Que no cunda el pánico... pero mejor "no dormirse en los laureles"
Y no, no se trata de ser "catastrofistas": es una de las máximas reiteradas por Silva en La venida del Anticristo: los signos del fin (Palabra). Su objetivo, lejos de "alarmar" es otro, el de ayudar a los católicos a ser conscientes de que "no se pueden dormir en los laureles". De hecho, menciona que "el fin" y la venida de Cristo no tienen por qué estar relacionados a grandes crisis mundiales. Esta, dice, podría suceder en cualquier momento para cualquier persona, en tanto que simplemente llegue el juicio particular tras la muerte.
También matiza que saber "el día y la hora" no solo es un imposible, sino una pretensión de la que el mismo Cristo previene a sus fieles. Lo que sí es un hecho es que "sucederá en un día concreto, en un año concreto y a una hora concreta".
Sin embargo, no son pocos los signos que llevan a este sacerdote a querer "ayudar a la generación presente a estar preparada para la Venida de Cristo, por si se produce en este tiempo". Destaca algunos -"la lucha sistemática contra la ley natural, el aborto, la eutanasia o la ideología de género"- pero hay uno que llama la atención sobre todos ellos y que se incluye en el Catecismo de la Iglesia Católica al tratar el fin de los tiempos.
"No nos habla solo de un abandono de la religión -la apostasía- sino de una apostasía de la verdad. Esto significa que el Anticristo no solo nos seducirá para que abandonemos la religión. Será algo más sutil. Nos invitará a abandonar la verdad para abrazar una solución a los problemas de la humanidad", explica el sacerdote.
Y de ahí la importancia de La venida del Anticristo: los signos del fin: "No es ninguna tontería intentar conocer los signos que precederán a la Venida del Señor, para no caer en la tentación y permaneces así firmes en la fe, velando mientras otros duermen".
Puedes conseguir aquí La venida del Anticristo. Los signos del fin (Palabra).
Pero ¿qué sabemos del Anticristo, al margen de especulaciones? ¿Qué dice al respecto las Escrituras y la Teología?
Recogemos seis rasgos propuestos por el sacerdote para "reconocerlo"… si es que lo vemos algún día:
1º Ni será rojo ni tendrá cuernos: "Parecerá bueno, noble y desinteresado"
Uno de los primeros aspectos para conocer al Anticristo es el propiamente etimológico. Así, basta fijarse en buena parte de los rasgos de Cristo para conocer, por oposición, los rasgos de su "oponente", el "Anti-Cristo".
"El signo que acompañó a Cristo fue el rechazo, el del Anticristo será la universal aceptación. A Cristo le acompañó la cruz, al Anticristo le acompañará la gloria mundana. A Cristo le fueron abandonando hasta que quedaron solo cuatro personas al pie de la cruz, al Anticristo se le irán uniendo poco a poco hasta que llegue a su máximo esplendor", explica.
También, como en la propuesta de Cristo, habrá un orden social, pero será antagónico: "Cristo era la solución a los problemas de la humanidad, a precio de poner en juego la vida por la verdad. El Anticrsito ofrecerá una solución aparente a los problemas de la humanidad, a precio de renegar de la verdad. Cristo rehusó que le hicieran Rey, el Anticristo aceptará la corona que el mundo le ofrezca". Citando al escritor y sacerdote Livio Fanzaga, añade que "no se presentará con ropajes de villano, sino de héroe, y parecerá bueno, noble y desinteresado".
2º Será un hombre de carne y hueso
Otra de las preguntas frecuentes es si el Anticristo será una suerte de demonio encarnado en un cuerpo humano, o si por el contrario será la metáfora de un "nuevo orden" o de una potencia ideológica totalmente dominante": San Pablo, Juan, el Apocalipsis, San Ireneo, San Juan Crisóstomo o el mismo Cristo atestiguan que no será así.
"Será hombre real, nacido de hombre y mujer, con carne y sangre como Cristo, libre y responsable, racional, capaz de acoger la verdad y también de acoger la mentira", explica. Lo que hemos de esperar es, en resumen, la venida de un individuo concreto, de carne y hueso, un varón, en cuyas manos se pondrá el poder mundial y que reinará tratando de seducir a todos los hombres -particularmente los creyentes- para que abandonen la verdad.
3º No tendrá consciencia de ser el Anticristo
Más adelante, Silva profundiza en la naturaleza totalmente humana del Anticristo, de modo que lo que sufrirá es, como todo hombre, una tentación, pero en su caso lo será para "cometer traición contra el cuerpo de Cristo", la Iglesia. Aceptará los planes del demonio en su vida, aunque probablemente "no será consciente de ser instrumento suyo. Probablemente no pensará que él sea el Anticristo, pues sabría perfectamente cuál va a ser su destino. Sabrá que hace el mal, pero lo hará pensando que es lo que debe hacer".
¿Podría suceder, por tanto, que el Anticristo se defina más como luciferino que como satánico? Es una de las probabilidades que también se abordan a lo largo de las páginas de La venida del Anticristo.
"El Señor del Mundo", de Robert Hugh Benson, podría definirse como la versión novelada de "La venida del Anticristo": recomendada por Francisco, esta novela no solo guarda grandes paralelismos con el presente, sino con todo lo expresado por el sacerdote Jesús Silva.
4º Vendrá con todo el poder de Satanás
Siguiendo con la oposición, si Cristo fue ungido por el Padre con el Espíritu Santo, el Anticristo lo será "con el poder diabólico de Satanás", acogiendo en su persona "toda la perversa virtud del diablo" y, por tanto, estará "poseído" por el mismo.
Aunque en el sentido teológico y comparado a Cristo, "el poder" de Satanás no suponen más que "juegos de salón", obrará con una fuerza que seducirá, engañará e impresionará a las gentes para que le acojan como a su salvador.
Sin embargo, Silva ofrece una reflexión interesante al respecto y es que en un mundo donde imperan la ciencia, el racionalismo y la técnica, es razonable dudar de que se presente como un "hacedor de milagros y prodigios" en el sentido coloquial de "un mago poderoso o un superhéroe". También porque eso "le delataría a los ojos de los cristianos".
5º "El hombre perfecto para regir el mundo"
Por ello, el licenciado en Teología Patrística acude de nuevo a la sutileza y seducción descritos por el Catecismo para expresar su posible modus operandi.
"Querrá confundir y por tanto usará su poder, su carisma, su presciencia, para seducir a la humanidad y a los creyentes, no para delatarse como el Anticristo. El consejo de Satanás y su poder de previsión le convertirán en el hombre perfecto para regir este mundo según los planes del enemigo y para arrastrar a todos tras de sí", explica.
Lo que será inamovible es la "fascinación" que provocará en el corazón de los hombres, anunciada por la Escritura. "Puede que se trate de increíbles aciertos, de capacidades de unificación, de portentos de la ciencia física. No lo sabemos, pero en todo caso, hemos de estar atentos", añade.
6º Una única religión para el mundo que no admitirá disidencia
Como máximo opositor de Cristo en la tierra, el Anticristo deseará "ponerse en el lugar de Dios" y ser tratado como tal, enfrentándose a todo lo que sea objeto de culto y queriendo él mismo ser adorado, de modo que "se opondrá a Dios proponiendo una religión a la medida del hombre".
En su intento de ocupar el lugar de Dios, Silva menciona que el Anticristo no considerará que deba someterse a ninguna religión, sino que "él será quien deba dar una nueva religión a la humanidad, y lo hará pensando que es lo que debe hacer".
La persecución de los que no acepten esa religión única será una obviedad, pues "se les verá como un riesgo de divisiones, guerras religiosas, intransigencia e intolerancia".
Lo cierto es que no hay muchos estudios sistemáticos sobre la figura del Anticristo y el fin de los tiempos. A lo largo de La venida del Anticristo. Los signos del fin, el lector hallará no solo los signos para "estar prevenido", sino multitud de respuestas y explicaciones a preguntas que, cada vez más, parecen ocupar buena parte de titulares, prensa y medios de comunicación.
La "autoconsciencia del Anticristo", cómo influirá su venida en la conversión de los judíos o la situación del mundo que propiciará dicho evento son solo algunas de ellas, recordando su lectura a no pocas páginas de la icónica novela de Hugh Benson, El Señor del mundo.