Una paciente con cáncer terminal le ha dicho a José María Zavala: "Quiero que sepas que ofrezco mis dolores para que la película haga mucho bien".
"La película" es El misterio del Padre Pío, dirigida por él mismo y ya en fase de montaje. Y lo cierto es que necesita mucho de toda ayuda para hacerla posible, incluida, por supuesto, la económica, que se canaliza a través de una de las productoras, Forgionefilms (puedes llamar al teléfono 689 42 67 64 para contribuir a ello).
Zavala es escritor y periodista y autor de las dos grandes obras de divulgación sobre el Padre Pío en español: la última es El Santo. La revolución del Padre Pío, del que saldrá en breve la tercera edición.
José María Zavala ha explicado a ReL el reto apasionante y asombroso de trabajar en esta película sobre el santo de Pietrelcina.
-¿Cuál es ese “misterio” sin resolver sobre el Padre Pío?
-El misterio es el propio Padre Pío. Así se definía él mismo cuando le preguntaban quién era. La película –su película más bien, porque es un instrumento suyo que hará mucho bien– desvela la misteriosa figura de este gran santo tras la cual se esconde un hombre que no dejó de sufrir ni un sólo instante de su vida por Amor a Dios y a los demás, obsesionado con salvar almas.
-Buena parte de ese sufrimiento vino de las campañas en su contra...
-Fueron atroces. ¿Cabe acaso mayor sufrimiento que sentirse perseguido por quienes están en tu mismo barco? A semejanza de Jesús, el Padre Pío sabía que iban a crucificarle pero se asoció a la Pasión de Cristo hasta su misma muerte, que constituyó su liberación definitiva. Y mientras le calumniaron e injuriaron con acusaciones terribles, prohibiéndole incluso lo más sagrado para un sacerdote como él –celebrar Misa en público y confesar, entre otras cosas–, él calló, obedeció y amó a la Iglesia con toda su alma.
-Es su primera incursión en el mundo del cine. ¿Le asusta?
-En absoluto. Es cierto que otra persona en mi misma piel podría llegar a exclamar: "¡Tierra, trágame!". Pero yo, en cambio, estoy muy tranquilo, convencido de que esta película es obra del Padre Pío, como los libros que he escrito sobre él. Confío plenamente en Jesús y, cómo no, también en el Padre Pío. No en vano, el Padre Pío encomendó nada menos que la construcción de uno de los mejores hospitales del mundo (Casa Sollievo della Sofferenza) a Federico Luppi, que no era arquitecto. Ahora él me ha elegido a mí para dirigir su película porque le ha dado la gana. Y al mismo tiempo conoce mi gran pasión por el cine desde niño. He visto mucho cine y he tenido la oportunidad de conocer y tratar a grandes cineastas. Todas esas experiencias me han servido para aprender.
-¿Cómo surgió la idea de hacer esta película?
-Ha sido un "milagro audiovisual" del Padre Pío. Cierto día, uno de los mejores productores del cine español, con cuatro Premios Goya hasta el momento en su haber, contactó conmigo empeñado en que tenía que dirigir la película del Padre Pío. "¿Por qué yo?", le repliqué una y otra vez. Y el insistió: "He leído tus libros de Historia y del Padre Pío y, créeme, debes ser tú el director". Obedecí y desde aquel instante desapareció el menor síntoma de vértigo. Desde entonces, hay muchas personas rezando por los frutos de esta película, que serán muy grandes: conventos enteros de monjas de clausura, sacerdotes, seglares... Hasta una paciente con cáncer terminal, que me ha dicho: "Quiero que sepas que ofrezco mis dolores para que la película haga mucho bien". ¿Cómo voy a asustarme, defendido por un "ejército" tan poderoso de almas en permanente oración?
-¿Cómo ha sido la experiencia de rodar en San Giovanni Rotondo?
-Ha sido una experiencia maravillosa. Extenuante de trabajo y maravillosa al mismo tiempo, durante la cual he captado el verdadero misterio del Padre Pío que la película pondrá ahora al descubierto. Hemos grabado entrevistas increíbles en lugares insospechados, y localizado imágenes, audios, fotografías y archivos de documentos que nadie conoce. También hemos compartido tertulias entrañables con hijos e hijas espirituales del Padre Pío que confesaban con él y que nos han acogido con enorme cariño en sus propios hogares. Todo lo que diga es poco...
José María Zavala, con los hermanos Iadanza, paisanos del Padre Pío e hijos espirituales suyos.
-Tras escuchar esos testimonios, ¿qué impresión le queda sobre el Padre Pío?
-El Padre Pío era un padre tierno, dulce y hasta bromista, a quien le gustaba contar chistes. Es cierto que alguna vez expulsó a penitentes del confesionario sin darles la absolución, pero lo hizo porque leía en sus almas su falta de arrepentimiento y de sinceridad... O simplemente porque sabía que se acercaban a verle por curiosidad o morbo.
-¿Qué objetivos espirituales espera alcanzar con la película?
-Esta película no está destinada sólo a los devotos del Padre Pío, sino sobre todo a quienes todavía no le conocen y necesitan a un poderoso intercesor como él para acercarse a Dios. Así lo quiere él Padre Pío, a semejanza de San Pablo, él Apóstol de los gentiles. La película está dirigida a todos los públicos. No es una película "beata" sino un thriller que dará a conocer al Padre Pío a gran escala como "uno de los grandes hombres del siglo XX", en palabras de mi amigo y novelista Javier Sierra.