Los lectores de ReL pudieron preparar el mes de junio, que la Iglesia consagra al Sagrado Corazón, con una meditación diaria del padre Pablo Cervera sobre cada una de las letanías del Corazón de Jesús.
Pablo Cervera es sacerdote, teólogo por la Pontificia Universidad Gregoriana y responsable de la edición española de Magnificat.
Ahora ese trabajo, en el que quienes lo siguieron advirtieron enseguida tanto sustancia teológica como la espiritual, ve la luz en forma de libro: Las letanías del Corazón de Jesús. Escuela del hombre interior (Monte Carmelo).
-La Iglesia recurre mucho a la letanía como forma de oración...
-En total son seis las letanías aprobadas por la Iglesia para su rezo público. Las más utilizadas son las letanías lauretanas, que rezamos al final del Santo Rosario. Muchos recordarán la procesión del Colegio Cardenalicio en el Cónclave, o también en los funerales de San Juan Pablo II, donde se cantaron las llamadas letanías Regias, invocando a todos los santos.
-¿Qué ventajas tiene la letanía como forma de oración?
-La letanía es una oración vocal sencilla. Según la modalidad puede ser de alabanza, de petición, de intercesión… tanto a Jesucristo como a la Virgen o a los santos. Quizá por estos motivos (la sencillez y los destinatarios), este modo de oración ha sido un recurso constante en la vida de Iglesia. No olvidemos que, ya en el Antiguo Testamento, hay salmos y cánticos que utilizan la oración litánica. Además, concentran la atención del orante, que pueden ser aprovechadas al ritmo de la respiración…
-¿Como en las técnicas orientales?
-Recordemos que entre los modos de oración que San Ignacio de Loyola enseña en sus Ejercicios Espirituales está el modo de oración por anhélitos (siguiendo la respiración). No hace falta recurrir a yogas y técnicas orientales cuando la tradición cristiana milenaria nos ofrece esa sabiduría orante. Otro de los modos enseñados por San Ignacio es la meditación de las palabras. Naturalmente esto puede también hacerse con las letanías, rezadas no de carrerilla, sino con sentido.
-La tan denostada oración vocal...
-Muchos denuestan la oración vocal y, sin embargo, es la que enseñó el Salvador a sus discípulos cuando éstos le pidieron que les enseñara a orar: Padre nuestro… Los evangelios nos transmiten también la oración vocal del Señor: «Te doy gracias, Señor de cielo y tierra…» (cf. Mt 11,25-26). Dígase lo mismo de la oración en Getsemaní (cf. Mc 14,36).
-¿Tiene sentido contraponer la oración vocal a la meditación?
-La oración vocal está al alcance de todos, empezando por los más sencillos. La gran doctora de la oración, Santa Teresa de Jesús, gran promotora de la oración vocal, nunca la dejó por alta que fuera su oración. Eso sí, invitaba a unirla a la oración mental. Somos cuerpo y espíritu y por eso la oración vocal asocia lo externo, los sentidos, a la interioridad humana, la actitud de corazón del orante ante Dios. Por ello, como dice el Catecismo, «la oración vocal se convierte en una primera forma de oración contemplativa» (CEC 2704).
-¿Cómo nacen las letanías del Corazón de Jesús tal como las conocemos?
-Las actuales letanías del Corazón de Jesús fueron aprobadas como tales por el Papa León XIII el 2 de abril de 1899 y reconocida como una oración litúrgica oficial para la Iglesia universal. Eran el punto de llegada de las que se fueron gestando desde las apariciones de Paray-le-Monial a Santa Margarita María de Alacoque.
-¿Son de ella?
-La santa, cuyo centenario de canonización estamos celebrando, ya escribió 33 salutaciones e invocaciones al Corazón de Jesús con las que ayudar a sus hermanas y novicias. En breve saldrán publicadas en un libro de escritos autobiográficos y espirituales. Son 33 invocaciones que evocan los 33 años de vida terrena de Jesucristo. Podemos decir que son casi las mismas que rezaba Santa Margarita. Tienen un rico humus bíblico que las hace especialmente aptas para la reflexión individualizada y para la meditación personal.
-¿Siguen algún orden lógico?
-Tienen una gran articulación interna. Podríamos probar esta división.
»La primera parte (1-13) centra su atención en los tiempos clave del Corazón de Jesucristo (1-3: generación eterna; Encarnación por el Espíritu santo; Unión indisoluble de lo humano y lo divino), sus consecuencias inmediatas (4-7: reflejo de lo eterno; Templo de Dios; Morada de Dios; Puerta del cielo). A ello sigue un tríptico de amor (8-10: horno de caridad; Morada de justicia, plenitud de amor). En las siguientes letanías se despliega lo humano-divino (11-13: Abismo de virtudes; Digno de Alabanza; Rey y centro de los corazones).
»La segunda parte nos adentra en el abismo sin fondo (14-18: Tesoros de la sabiduría; Plenitud de la divinidad; Complacencia del Padre; Desbordamiento de la divinidad; Anhelo del cristiano). A continuación se nos muestra la generosidad de ese corazón (19-21: Paciente; Rico y desbordado; Fuente de vida y santidad).
»La tercera parte presenta al Corazón de Cristo en sus dolores para redimir al hombre. (22-26: propicio con el pecador; Despreciado; Sin apariencia; Obediente; Traspasado).
»Por último, en una cuarta parte, aparecen los frutos de la redención y la apertura hacia el cielo. (27-33: Dios consolador; Vida y resurrección; Paz; Víctima; Esperanza; Salud; delicia).
-¿Para qué momentos las considera una oración particularmente adecuada?
-Las letanías del Corazón de Jesús están indicadas especialmente para el mes de junio, pero no solo. Pueden utilizarse los viernes, como recuerdo de la Pasión de ese Corazón, ante el Santísimo cuando es adorado, y todo esto de manera individual o comunitaria.
-En su libro se ve que hay mucha teología detrás de cada invocación...
-Eso es lo grande. La ignorancia suele despreciar las letanías como si fueran algo obsoleto, o de pietismo. Para desmontar estas actitudes, en mi comentario me propuse varias cosas. En primer lugar, hacer ver la base bíblica de cada una de ellas. De ahí que haga recurso permanente en los comentarios al Antiguo y Nuevo Testamento, haciendo ver el horizonte histórico salvífico de cada letanía y centrando la atención de esa historia no sólo en Cristo, sino en su centro: su Corazón. No he querido solamente poner citas bíblica una junto a otra, sino que también he intentado (no sé si lo he conseguido) ofrecer alimento teológico-espiritual para la oración vocal y mental.
-"Reinaré en España"... Es la Gran Promesa que hizo en 1733 el Sagrado Corazón al Beato Bernardo de Hoyos). ¿Es algo cumplido o por venir?
-Hay diversas interpretaciones. Hay un reinar en España, no entendida como la nación que somos hoy, sino como las Españas que se prolongaban entonces en los pueblos hispánicos de América. El Corazón de Jesús llegó a reinar así. Más aún, en un sentido reina hoy.
-¿A qué se refiere?
-La pandemia ha hecho ver de manera providencial cómo los pueblos hispanos se sumaron a la consagración al Corazón de Jesús y al Corazón de María que el Patriarca de Lisboa hizo en Fátima en los días de confinamiento, concretamente el 25 de marzo, día de la Encarnación. Esto no puede pasar desapercibido.
-Pero "reinar" es otra cosa, ¿no?
-¿Que todavía no reina en nuestra patria y en esos países hermanos…? No hay más que verlo, al menos a título institucional y en los individuos: corrupción, mentira, aborto, infidelidad… pecado, en definitiva. Esa promesa divina, que encierra una esperanza teologal, hace que todo cristiano deba vivir en conversión permanente para que ese Corazón reine en nosotros y, por nosotros, en los demás. Como todo en la vida católica hay una gracia y una tarea. Los alemanes lo tiene en una sola palabra: Gabe y Auf-gabe.
-¿Por qué se apagó esta devoción hasta hace no muchos años?
-Esta es una buena pregunta. A decir verdad seguramente había que poner al día muchas manifestaciones externas: eso es lo que se criticaba rápida y fácilmente, pero para destruir el todo y acabar con un gran tesoro de la Iglesia. Lo más grave ha sido tanto el proceso secularizador como los serios errores difundidos en la teología postconciliar. Evidentemente hay una teología que no cree en el pecado, o que puedas «tocar» a Dios, o que pone en duda la divinidad de Jesucristo...
-Y, sin embargo, en los últimos años ha cobrado fuerza de nuevo...
-La Providencia es el gobierno del mundo a través de las causas segundas y esto también sucede con la Iglesia. Dios suscita personas, circunstancias, encuentros…. Que sirven para llevar a cabo su designio. En relación a nuestro tema podrían parecer pocos (dentro del conjunto de todos los cristianos) y, sin embargo, su irradiación ha sido formidable.
-¿Puede darnos algunos nombres?
-Ciñéndonos a España, jesuitas como Jesús Solano, Luis María Mendizábal, Cándido Pozo, Manuel Iglesias, Rafael Ceñal, David Messeguer, José Luis Urrutia, Pedro Suñer, Máximo Pérez… O sacerdotes y religiosos no jesuitas como José Antonio Sayés,Mariano Sevilla, Manuel Garrido, OSB, Alejandro Díez Macho, MSC... Evidentemente, no están todos los que son. También habría que citar a laicos como Francisco Canals Vidal, José María Petit Sullá, José María Alsina... A nivel internacional, solo en el ámbito teológico: igualmente jesuitas como Ignace de la Potterie, Tomás Spidlik, Albert Vanhoye, Charles André Bernard, Jean Galot… O no jesuitas, como Joseph Ratzinger, Marie-JosephLe Guillou, OP, etc.
-¿Y ahora?
-Ahora nos toca a nosotros coger su testigo… Hay varios obispos españoles, en este sentido, que, espiritual y teológicamente, promueven esta espiritualidad. Otros actuamos desde las plataformas editoriales: las colecciones Cor Christi (Biblioteca de Autores Cristianos) y Agua Viva (Editorial Monte Carmelo) dan buena fe de ello. Otros muchos, sacerdotes y religiosas, escondidos pero con inmenso fruto, sigue en la vanguardia evangelizadora dando Vida a muchos a través de esta «Agua Viva» que es el Corazón de Jesús.
-¿Algún ejemplo de esa vanguardia?
-Sí, una noticia notable que recoge algo todavía poco conocido. Hace breves días, el arzobispo de Toledo, monseñor Francisco Cerro, gran enamorado y apóstol del Corazón de Cristo, ha erigido en Toledo, como asociación pública de fieles, el Instituto Internacional del Corazón de Cristo . Según sus estatutos, promueve la profundización en sede académica de la Teología del Corazón de Jesús, anima la vida espiritual de los miembros del clero, vida consagrada y laicos con iniciativas que hagan entrar en contacto con el Corazón de Jesús e impulsa la obra de la evangelización con el anuncio del amor personal del Corazón de Dios.