Desde que dio a conocer su testimonio de conversión el pasado mes de mayo junto al obispo de San Sebastián, María Martínez no ha parado de contar cómo pasó de ser una enfermera que trabajaba en un abortorio y aborrecía a la Iglesia a una mujer entregada por completo a Dios.
"Creíamos que íbamos a llegar a cuatro amigos. ¡Madre mía, lo que ha hecho el Señor!", exclamó considerando el impacto masivo de su historia. Lo dijo dirigiéndose a monseñor José Ignacio Munilla el pasado 16 de octubre, durante el acto de entrega de los II Premios Religión en Libertad que tuvo lugar en la Universidad CEU San Pablo de Madrid. Lo recibió, en la categoría Audacia ante el Mundo, de manos de María Hernández, del equipo de ReL, antes de evocar a todas esas "mujeres del mundo entero que son capaces de encontrarse con el Resucitado que yo vi en el Himalaya y que se sienten perdonadas".
"Me encontré con el Resucitado. Ahí comienza mi idilio de enamoramiento loco. Le dije: '¿Cómo te lo agradezco?' '¡Pues ahora vas a ver...!'. Y entonces hizo esto", continuó: "Desde ese día solo digo fiat, fiat, fiat [hágase]. ¿Cómo reparar ese corazón que en ese instante de cielo yo vi sufriente? Solo tengo palabras de agradecimiento para el cielo y la tierra".
María es ahora una defensora de la causa provida en todo el mundo. Acababa de regresar de México y Panamá para ayudar al movimiento contra el aborto en esos países: "Todo empieza a cambiar y se empieza a transformar en la verdad, en estos tiempos donde llueven piedras, llueven insultos, llueven escupitajos. ¡Gloria a Dios!"
Luego reiteró su compromiso con los más débiles: "Hasta el último de mis días, con la gracia del Espíritu Santo y de la mano de la Santísima Virgen María, mi madre, proclamaré la verdad. La verdad de la peste del aborto. La verdad de la peste de los asesinatos de todos los inocentes no nacidos" y también "de la peste de la enfermedad de nuestras familias, el divorcio".
Finalmente, María quiso hacer partícipes del premio a las personas que luchan contra el aborto mediante la oración y el testimonio ante los abortorios: "Yo soy el rostro de un montón de oraciones de personas que imploraban a Dios, de tantos cristianos que perseveraron en ver un día un miilagro. El premio es para todos ellos, para todos los que perseveraron en la fe en las puertas de los abortorios, sabiendo que algún día algo haría Dios. Éste es el resultado".
La conversión de María, bilbaína, tuvo lugar en 2017 junto a unas religiosas de la Madre Teresa de Calcuta, a quienes llegó de forma incomprensible y a su pesar, pues era en aquel momento feminista radical y anticlerical. La difusión de su historia ha tocado el corazón de muchas personas, acercándolas a Dios, y de numerosas partes del mundo la han reclamado para que acuda a hablar de su experiencia.