Uno de los mejores secretos para que una fiesta sea un éxito es la preparación previa y el cuidar todos aquellos detalles. Cuanto mejor sea la preparación normalmente mejor será la celebración. Y esto mismo puede extrapolarse para la venida de Jesús que los cristianos celebran en Navidad.

Una buena preparación para el nacimiento de Cristo, que es lo que se propone en el Adviento, garantiza una mejor comprensión y disfrute de la que es una gran fiesta.

De este modo, el padre Ed Broom, sacerdote oblato y habitual articulista de temas de espiritualidad, ofrece en Catholic Exchange, 10 formas claras, concretas y claras de prepararse para la llegada inminente de la Navidad, una fecha que cambió la faz de la tierra y la historia del mundo:

1. Gracias e inspiraciones

"Si hoy escucháis su voz, no endurezcáis el corazón como en Meribá y Masá”, dice el Salmo Salmo 95). A medida que uno se acerca a Dios, el Espíritu Santo envía sus inspiraciones celestiales, llamadas gracias actuales. “Nuestra libertad debe elegir seguir estas inspiraciones. Como resultado, Dios nos llenará de paz en su presencia: ‘habla, oh Señor, que tu siervo escucha’”, explica el padre Broom.

2. Silencio

Este religioso hace una clara recomendación: “apártate del estruendoso y clamoroso ruido que bombardea tu mente y tu alma y disfruta del silencio”. Dios habla al corazón contemplativo y silencioso como lo hizo con el profeta Elías en la montaña (I Reyes 19), así como con la Santísima Virgen María en la Anunciación. (Lucas 1: 26-38), recuerda Broom.

3. Luz para el mundo

En los hogares católicos y en la parroquia se encienden las velas cada semana de Adviento. Jesús es la Luz del mundo, pero este sacerdote recuerda la llamada a los creyentes de “ser luz en el mundo”. Jesús dice: “brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”.

"¿Por qué no quitar de nuestras vidas todo lo que todavía irradia oscuridad? El pecado es oscuridad. Judas dejó a Jesús y entró en la oscuridad de la noche", recuerda el padre Broom.

4. Frugalidad y sencillez

San Francisco de Asís vivió una vida de gran sencillez, desprendimiento y pobreza evangélica. De este modo, el religioso oblato pide que “la celebración del cumpleaños de Jesús no sea sofocada por compras, posesiones y materialismo excesivos. Jesús nos advierte que no podemos servir a Dios y al dinero al mismo tiempo”.

5. Jesús en los pobres

San Martín de Tours vio a un hombre pobre, semidesnudo, tiritando de frío. Movido a compasión, Martín, el soldado y futuro santo, tomó su manto y con su espada lo cortó por la mitad entregando la mitad de su manto al pobre. En su sueño esa noche, Martín vio que era Jesús quien vestía el manto que el futuro santo le había regalado.

Jesús se puede descubrir cualquier persona pero especialmente en los más pobres, abandonados, marginados y olvidados de la sociedad.

El Papa Francisco, comiendo con pobres de Roma

6. Misericordia y perdón

El padre Broom recuerda que si alguno alberga en su interior en este momento alguna forma de resentimiento hacia alguna persona sin dejar paso al perdón es ahora el gran momento de practicar la misericordia y perdonar.  “Al hacerlo, liberarás a los cautivos; ¡Ese cautivo eres tú mismo! ¿Cuántas personas en el mundo son esclavas de su propia falta de perdón?”, afirma este sacerdote.

"Sed misericordiosos como es misericordioso vuestro Padre celestial", dijo Cristo, que también en el Padre Nuestro decía: “perdónanos nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. “¡La misericordia es una calle de dos sentidos! Si deseamos el perdón de Dios, debemos perdonar a los que nos han ofendido”, agrega Broom.

7. Oración

Jesús desafía a los creyentes con estas palabras: “Orad siempre sin desfallecer”. Los tiempos de Adviento y Cuaresma deben ser momentos en los que rezar más e intensificar la vida de oración.

Para ello, es importante encontrar tiempo, un lugar y buena voluntad para entrar en diálogo y comunicación con Dios. Hay que anhelar una vida de oración más profunda. Como el aire es para los pulmones, así debería ser la oración para las almas. El salmista lo expresa así: “Como el ciervo anhela las corrientes de las aguas, así mi alma te anhela, oh Señor, Dios mío”.

8. Misa y sagrada comunión

La liturgia enseña que hay tres venidas de Jesucristo:

1) Históricamente, cuando nació en Belén.

2) Al final de los tiempos, cuando juzgará a vivos y muertos.

 3) Ahora por la gracia. Cada vez que se celebra la Santa Misa, Jesús nace en las manos del sacerdote y en el corazón de los fieles que lo reciben en la Sagrada Comunión.

“¿Por qué no hacer un esfuerzo mientras nos preparamos para la Navidad para ir a misa y recibir a Jesús en el Belén de tu corazón?”, pregunta el padre Broom.

9. Limpiar la cueva

El corazón del hombre puede compararse con una casa o incluso con una cueva. Si alguien tuviera que recibir invitados en casa, lo más probable es que la limpiase para dar una buena recepción a sus invitados. Ahora es el momento de hacer una buena confesión sacramental. “Al hacerlo, limpiarás la suciedad, las telarañas, el polvo, los escombros y la basura de tu corazón. Entonces Jesús vendrá con mayor gozo”, afirma este oblato.

10. Una pegatina mariana para el parachoques

“Una vez me cautivó un breve comentario mariano; luego lo convertí en una pegatina para el parachoques de mi coche. Dice así: ‘(Los magos) entraron, vieron al niño con María su madre, y postrándose, le adoraron’. A medida que se acerca rápidamente el día de Navidad, esperemos ansiosamente el nacimiento de Jesús con María. Llevó a Jesús en su vientre durante nueve meses. ¿Por qué no suplicar a través de la intercesión poderosa de María la gracia de disponer verdaderamente tu corazón para que Jesús realmente nazca de nuevo en lo más profundo de tu alma?”, pregunta Ed Broom.