La película franco-belga Fortuna ganó en el Festival de Cine de Berlín en año 2018 los dos premios principales: el Oso de Cristal y el Gran Premio del Jurado Internacional. En enero se estrenará en España. Es una película hermosa, de contundente fotografía en blanco y negro y con momentos de gran espiritualidad. Una niña etíope de 14 años, refugiadada en un monasterio suizo, en la nieve, reza ante su compleja situación. (Una reseña de la película y su trama se puede leer aquí en ReligonEnLibertad)
Pero ¿cuánto entiende el director, Germinal Roaux, de lo que su propia historia le lleva a contar? Como un poeta visual, deja caer muchas cosas hermosas y reales que en realidad él apenas entiende, en parte porque pertenece ya a una generación de artistas visuales que no conocen bien ni la religión ni la tradición simbólica en la que se fundó Occidente. Cuando la película proclama Juan 3,8 ("El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu") el mismo director admite que no es algo que entienda mucho aunque le fascine.
"El viento sopla donde quiere"... "me llegó de forma misteriosa"
Germinal Roaux explica a ReL que aunque su familia no era religiosa ni le formó en la fe sí se considera "de tradición cultural cristiana, me interesa lo humano". "Es difícil explicar qué es para mí el misterio de la Creación, con expresiones precisas. Quizá la poesía es capaz de expresarlo mejor. Descubrí ese versículo del Evangelio de Juan, llegó a mí de forma misteriosa y me impactó profundamente. Lo releí muchas veces, sin comprenderlo del todo. Pero sentí en él una verdad que creo que está en la película. Uso este texto como una poesía que hace pensar más allá del texto".
Para ver cine espiritual hay que detenerse, contemplar
Germinal Roaux cree que para hacer cine espiritual es necesaria una actitud contemplativa, un detenerse, tanto en el cineasta como en el espectador. "Un cine contenplativo nos tiene que sacar de nuestras vidas ajetreadas y ser un espacio casi de meditación. Yo le dije a mi técnico de sonido que lo que esperaba era que el público entrase en un proceso de meditación. ¡En la vida nos cuesta mucho dedicar tiempo a contemplar! Quiero ofrecer esa posibilidad al espectador".
Eso forma parte de su definición de "cine espiritual". "¿Qué es una película espiritual? Si es usar el arte cinematográfico para crear un espacio de reflexión y poner en movimiento al espectador, hacerle actor, activo, no sólo receptor, ya me vale. Yo critico que en las películas actuales sus montajes, rápidos, trepidantes, nos hacen rehenes de la velocidad, del ritmo y de la música, y no nos permiten tener un espacio para pensar, para reflexionar lo que vemos".
Si usa simbología cristiana, es por instinto, no por código
El espectador cristiano de "Fortuna" puede buscar la simbología cristiana del Espíritu Santo en el fuego, en el viento... pero no siempre acertará, porque en realidad el cineasta no conoce los símbolos tradicionales del Espíritu Santo, ni muchos otros códigos habituales de la pintura cristiana en Occidente. Hacer visible lo invisible, plasmar en imágenes el Espíritu (que no es material) ha sido un gran reto para los pintores (y cineastas) de todas las épocas. Germinal Roaux lo aborda casi por casualidad, por instinto.
"Las personas religiosas ven en el film cosas que yo no he hecho conscientemente. Pero las ven. Muchos símbolos no están ahí de manera intelectual, son inspiraciones profundas. Algunos quizá vengan de mi trasfondo cultural, de origen cristiano. Si están, no los he colocado de manera intelectual. Intento estar muy abierto a la inspiración y me resulta difícil fiarme de cosas intelectuales, fuera de la inspiración. Son como capas de pintura, con miradas muy personales, gestos que no deben intelectualizarse. No doy respuestas cerradas, hay muchos signos abiertos, también para mí. Creo en la fuerza de la poesía para ofrecer diversas interpretaciones", explica a ReligionEnLibertad.
Uno de esos momentos es una escena en que la niña sueña con la Virgen, una Virgen ataviada como una reina africana, una Reina de Saba de piel negra. ¿Qué significa? El mismo cineasta no lo sabe. "Es como una llave que busca abrir puertas en el espectador, una escena que para mí tiene sentido, pero que no puedo explicar al espectador con palabras. El cine se hace con imágenes, y esas imágenes abren puertas en la sensibilidad", explica el director.
Fortuna es una niña cristiana etíope que le reza con devoción a la Virgen
La espiritualidad de la niña es real, es la de la actriz
La película tiene dos puntos fuertes: la fotografía hermosa y la interpretación de la joven actriz etíope Kidist Siyum, especialmente sus momentos de oración sencilla pero devota. Tienen sabor a autenticidad porque el director, que no sabe sobre oración, dejó a la actriz, cristiana devota, hacer las oraciones a su estilo.
"Fuimos a Etiopía a hacer un casting, a buscar a la actriz. Kidist Siyum me gustó porque se parece a Fortuna, el personaje protagonista. También Kidist es huérfana, y es muy religiosa, cristiana ortodoxa, todos los días intenta ir a la iglesia. Integramos en la película su forma de rezar, algo muy personal. Era imposible para mí decirle cómo tenía que rezar el personaje. Kidist reza así todos los días: sus gestos, palabras, la forma en que toca la imagen de la Virgen y después se toca el corazón..."
Germinal Roaux da instrucciones a Kidist Siyum en el rodaje de "Fortuna"
Un documentalista impactado por un caso real
"Yo parto de la fotografía, yo empecé como documentalista", explica Germinal Roaux. "Necesito siempre una base real que me conmueva. Mi compañera trabaja con menores en un centro de acogida, incluyendo chicas etíopes como Fortuna. Una de ellas, de 13 años, estaba embarazada y estaba enamorada de un chico mayor que ella. Él se fue y la dejó. Leí además la historia de un gran monasterio en la parte germanohablante de Suiza que acogía refugiados. Mezclé mis preguntas personales con esa vocación de los monjes: retirarse del mundo pero acoger".
Sobre el personaje de Kabir, el hombre que abandona a la pequeña Fortuna, dice: "para muchos espectadores es un hombre muy inmoral, pero yo conocí a la chica real del caso que me inspiró, y ella estaba enamorada de su hombre mayor, y no sólo era un enamoramiento adolescente; habían pasado cosas duras, la había ayudado a mantenerse viva al cruzar el Mediterráneo. La gente no es binaria, sólo buena o mala. Y yo no quise imponer mi moral. Yo ofrezco mi fotografía para reflexionar, no juzgo".
¿Y la escena del baño de Fortuna con Kabir, una niña de 14 años con un adulto? No se ve ningún desnudo en pantalla, pero es un baño conjunto. "No es necesariamente una escena sexual. Han pasado momentos duros y se relajan juntos. Puede ser una escena de ternura, de relajación, no necesariamente hay sexo", dice el cineasta.
En la película hay un mensaje final de confianza y apertura a la libertad, que da el abad del monasterio. "Él anima a tener confianza en Fortuna, en la vida, como debe hacer un padre con sus hijos: al final has de confiar en que usarán bien su libertad", explica el director.