Hay cierta tradición de ver películas de terror en el fin de semana de Todos los Santos y Fieles Difuntos. Este año una magnífica opción es ver Éter, del director católico Krzysztof Zanussi, que no es de terror, pero sí es inquietante, explora el mal, juega con el desasosiego y reflexiona sobre lo mefistofélico. Hay que verla hasta el final, porque los últimos 7 minutos dan un giro sorprendente con una luz especial que lo cambia todo.
La película se acaba de estrenar online por Bosco Films, su distribuidora oficial en España e Hispanoamérica (4 euros para ver en casa durante 48 horas, aquí). Aunque la web especifica que es "para adultos", la verdad es que pueden verla con provecho adolescentes de 15 años o más. No la recomendamos para menores de esa edad.
La soberbia científica antes del horror la Guerra Mundial
La historia, ambientada entre Rusia, Austria y Polonia en el inicio del siglo XX, tiene toques "steampunk", es decir, de reflexión sobre la soberbia científica anterior a la Gran Guerra y sus gases venenosos y sus 40 millones de muertos.
Poco duran estas escenas de naturaleza verde e inocentes blusas blancas
Bordea grandes temas ligados al género de ciencia ficción o terror sutil -y gustará a quienes disfruten de ellos- sin ser nunca de verdad de estos géneros. Se parece más bien a un cuento de Robert Louis Stevenson, o a las obras de C.S.Lewis con giro final (Esa horrible fuerza, Mientras no tengamos rostro).
"La tentación del mal es omnipresente", explicaba el director, entrevistado por ReL. "El consumismo nos dice que no existe la tentación, que nuestra naturaleza es aceptarlo todo y consumir. Por supuesto, eso conduce a la catástrofe. La película da testimonio de que el mal, a escondidas, puede hacerse muy fuerte en la sociedad, por desgracia".
El protagonista es malo
Para ver la película con paciencia hay que asumir que el protagonista es malo. Es un científico que se cree afortunado o especialmente protegido para, con soberbia y descaro, saltarse límites en sus investigaciones médicas.
Piensa que el éter le dará poder y control... quizá sin entender el peligro más etéreo, pero real, que acecha detrás. "El éter es la quintaesencia, está en todas partes, le quita al hombre su voluntad y también su dolor", explica el doctor con reverencia. Podríamos pensar que el drogadicto habla así de su droga, y que lo mismo puede decirse del pecado, al menos un tiempo.
Como el doctor Frankenstein, también este doctor (bien interpretado por Jacek Poniedzialek) juega con cadáveres. Le da descargas a uno, que se sacude. "Estamos a un paso de la resurrección", afirma, entusiasmado con sus juguetes. Jugar con cadáveres es uno de los tabús que rompe. Romperá otros muchos.
Ante la sociedad, como médico, viste de blanco, pero en su laboratorio personal usa un mandil largo de cuero negro, como la sotana sacerdotal de un culto siniestro.
¿Un materialista ateo? ¿O sospecha algo distinto?
El doctor proclama ser un materialista, ateo, etc... y acude a una sesión espiritista burlón. "La gratitud te hace débil", explica a su aprendiz, un muchacho joven y bueno, un punto de luz en la vida del cínico doctor. Pero vemos al oscuro protagonista realizar actos desafiantes y sacrílegos. Desafía a Dios corriendo bajo una tormenta de rayos con una espada en alto, ¿cree?
Es cínico, nihilista, ambicioso... y los militares que le rodean en el cuartel y el burdel son similares. La película, que no muestra desnudos ni lo necesita, nos enseña que todo en el burdel en lujuria vacía y mentirosa.
¿Cómo puede ser que nos enganche tanto una película protagonizada por un corrupto o un malvado? Es por el buen hacer del director, por la fuerza de la historia y su misterio.
El inocente y el verdadero Grial
Durante toda la película suena la música del Parsifal de Wagner. Parsifal (Perceval) encontró el Grial por su inocencia. Y el Grial no es el éter. Aquí vemos inocentes que consiguen no dejarse corromper y que lograrán salpicar de luz su entorno. Esa verdad oculta se revela en los últimos 7 minutos del filme. Podemos decir que Platón tenía razón y Frankenstein no.
El espectador se asombra: "¿cómo no lo vi? Estaba todo ahí". No lo veíamos porque nos habían dicho que no existe, que no hay que buscarlo.
Si se lo permiten los confinamientos, invite a sus amigos a los que les guste el cine histórico, el de terror o el de ciencia ficción a ver esta película, especialmente si están alejados de la fe pero son de imaginación abierta. Es la película de Halloween que puede cambiar sus vidas.
Lea aquí nuestra entrevista al director Zanussi, que no revela secretos de la película
Puede ver la película online aquí por 4 euros (una vez comprado, el "ticket" dura 48 horas)