Su documental Medjugorje ya ha superado los 140.000 espectadores en cines de todo el mundo. Y mientras aquel trabajo hace su camino, Jesús García y su equipo de la Fundación Gospa Arts, ya están inmersos en un nuevo trabajo que verá la luz el próximo 2023. 

El autor y director español reflexiona desde el punto de vista de un católico acerca del éxito rotundo de Medjugorje, la película, y explica a Religion en Libertad la génesis y el desarrollo de su siguiente trabajo. 

—Un año después de su estreno en España, ¿qué nos dice el éxito de Medjugorje, la película?

—Para empezar, que tanto yo como Borja Martínez-Echevarría, codirector y coguionista de Medjugorje, la película, hace un año nos quitamos un peso de encima. Fue un trabajo que nos desgastó mucho por su complejidad, actualidad y controversia. Pero que, finalmente, nos dejó absolutamente satisfechos. A día de hoy, ver los impactos que ha tenido y que, por ejemplo, ya la han visto 40.000 espectadores en Polonia, o que en Colombia va camino de su sexta semana en cartelera, es una inmensa satisfacción que ahí queda. Sencillamente, hicimos lo que teníamos que hacer. 

—¿A qué impactos se refiere?

—Hemos sabido, por ejemplo, de alguien que llevaba 44 años sin confesarse y lo hizo al día siguiente de ver la película. O dos casos de parejas que la vieron, no tenían bautizados a sus hijos, y decidieron bautizarlos después de verla. 

—¿Podemos llamarlo un éxito?

—No me gusta la palabra éxito. Como más de una vez dijo Borja en alguna reunión, “aunque solo sirviera para tocar un alma, ya ha merecido la pena…”. Y en ese sentido, tenemos multitud de testimonios de personas a las que, efectivamente, la película les ha acercado a Dios.

»Desde un punto de vista de la industria del cine, hay dos lecturas. Una es la del número de espectadores y fue una de las películas españolas más vistas de 2021, y diría que el documental español más visto en todo el mundo este 2022. Sin embargo, esto no siempre se traduce en recuperar la inversión.

» El cine es caro. No me refiero solo a hacer la película, sino a que una vez hecha, repartes los ingresos con salas de cine, distribuidores, etc… Pero nosotros lo hemos dicho desde el principio: aunque necesitamos financiación, no lo hacemos por dinero, se trata de dar la batalla cultural y de evangelizar, y eso no es rentable, porque siempre que ingreses algo, te lo vas a gastar en evangelizar aún más. No se puede enfocar la evangelización desde la rentabilidad. 

—Entonces, ¿cuál es el fin de todo esto?

—Se trata de dar la batalla cultural, que desde un punto de vista católico, los nuestros no es que la hayamos perdido, es que la hemos abandonado hace muchos años, demasiados. Mientras, los enemigos de la fe no se han medido a la hora de financiar todo tipo de iniciativas que, económicamente, no rendían, pero sí culturalmente. Han creado una sociedad nueva en la que no cabe Dios. Esa es la cuestión de todo esto de la batalla cultural. Siendo caro, el cine te da una proyección mediática y cultural y una presencia que no alcanzas de otra manera. A mí me apasiona que la fe ocupe espacios culturales públicos.

—Hablemos ahora de su próximo trabajo... 

—Llevamos todo 2022 trabajando en un documental que se titula Madre no hay más que una y, como podréis imaginar, de nuevo la protagonista es la Virgen María.

—¿Cual es la trama?

—Muy sencillo: Se trata de explicar qué es la maternidad de la Virgen María, de presentarle a muchos hijos perdidos quién es su Madre, con mayúscula. Lo que pasa que no vamos a explicar la maternidad de la Virgen María desde la Teología, sino desde la maternidad. Y para eso necesitamos, indiscutiblemente, madres. Ellas son las que nos van a explicar qué es ser madre, primero, y qué es ser hija, después. Hija de María.

-Es su tercer documental y el tercero que tiene como protagonista a la Virgen María…

-Fue hace poco que caí en la cuenta de esto y de que es fruto de tener una relación muy especial con ella. O tal vez sea ella la que tiene una relación muy especial conmigo. Con todos, en realidad. Nos trata con el amor más maternal que haya existido jamás en el mundo. Ni una leona hambrienta defiende como ella a sus cachorros. Y, al mismo tiempo, con la mayor de las dulzuras, con una empatía y una capacidad de escucha fuera de toda lógica.

» Posiblemente la frase del Evangelio que más impacto tiene en nuestra vida cotidiana sea: “Ahí tienes a tu hijo”. Yo no soy todo lo buen hijo que me gustaría, pero sí la he conocido, he sabido de su cuidado por mí, de su amor incondicional. Lo vivo, lo noto, lo disfruto, lo comparto, lo cuento y lo quiero dar a conocer sin medida. Yo he podido conocer y vivir una brutal conexión materno filial con la Virgen María. Ella ha sido y es mi principal valedora, mi refugio, mi compañera, mi amiga, mi consejera, mi protectora y mi intercesora ante Dios, que ahí es nada…

»Ella está en todos y cada uno de los episodios más importantes de mi vida. Hubo un momento de mi vida en que yo necesitaba una madre con mucha necesidad, y fue como que Ella me cogió de los pelos y dijo: “A este ya no me lo toca nadie”. Como una madre coraje que atiende la mirada temerosa y temblorosa de su hijo. Que se harta de su dolor y desde entonces, le atiborra de cuidados, de mimos, de gracias…

» A esa Madre que yo tengo y que todos tenemos es a la Madre que quiero dar a conocer. Pero no desde mi ser hijo, sino desde el ser madre. Y como he dicho, yo eso no puedo. De modo que hemos pedido el testimonio a un grupo de madres que, te aseguro, son una bomba.

-¿En qué sentido?

-¡En todos los sentidos! Son todas madres muy de nuestro tiempo, jóvenes, trabajadoras, emprendedoras, con mucha iniciativa, con mucha imaginación, muy creativas para cosas normales, con mucho valor. Las hay empresarias, directivas, doctoras, influencers, investigadoras… Han sido madres atravesando todo tipo de dificultades, son madres felices, y que no te cuentan milongas: hablan de la dureza de la maternidad, pero es que esa dureza también la vive la Virgen María contigo y yo quiero que tú lo sepas.

»Todo nuestro elenco de madres tienen algo en común: son madres de muchos hijos y se saben hijas de la Virgen María. Tienen su vida, sus amigos, sus hobbies… son mujeres muy empoderadas, valientes, fuertes y antisistema. Esta palabra está muy maltratada porque uno lee “antisistema” y se imagina a una persona sin duchar y quemando contenedores. No, mis antisistema son bien guapas, coquetas, atractivas y van bien peinadas, muy currantas y muy responsables.

»Son antisistema porque ya se han quedado embarazadas de cuatro hijos la que menos y eso, el Sistema, no lo soporta, sino que lo aborrece, y ellas desafían al Sistema desde su maternidad y su ser mujer… Son antisistema porque forman, con sus maridos, familias que no entran en los cánones de los lobbies más avinagrados de este mundo, que pretenden destruir el modo de vivir que ellas representan. Lo quieren destruir pero con ellas no pueden. No van a poder.

»Una madre de mi película se desayuna cada mañana con las tostadas a siete vendemotos de los que hay hoy en día y que no les llegan ni al felpudo de la escalera. Ellas solas han hecho y hacen por la mujer más que el lobby este que nos da la turra noche y día con qué es ser mujer, o qué te sientes tú que eres hoy a las cinco menos cuarto de la tarde.

»Hemos entrevistado y grabado en su día a día a seis pedazo de mujeres que se te caen los ojos hacia atrás de la personalidad que tienen, lo guapas y lo femeninas que son y lo claro que tienen sus ideas. Son chicas que, en su día a día, parecen mujeres con superpoderes, pero son humanas y normales, con sus talentos y sus límites. Han decidido ser madres de muchos no porque sean idiotas, como nos vende la sociedad, sino porque son inteligentes, audaces, atrevidas. Las madres de este documental son lo más contracultural que ha visto Europa desde de los Sex Pistols. Y encima, rezan.

- ¿Qué le movió a iniciar este proyecto?

—Que soy hijo. Que tengo una Madre, a parte de la terrena, que misteriosamente pero de modo eficaz, me atiende y cuida de mí. Y que, al fin y al cabo, por dura que sea la vida, merece la pena luchar. Y, al mismo tiempo, quiero hacer ver que ser madre es un privilegio muy especial al que yo nunca optaré. Participo de él, pero no lo tengo.

» Este documental es un canto a la vida. El nacimiento de alguien es la antítesis de la muerte de alguien. Donde en la muerte hay una despedida, en un nacimiento hay una bienvenida. Contra una mala noticia, una buena noticia. La muerte frente a la vida. Ante la pena de no compartir más momentos con el ser querido que se va, la ilusión por crear tantos y tantos, de nuevo, con el que llega. Y eso lo hacen posible un padre y una madre, pero la madre con mucho mayor protagonismo e implicación natural. 

-¿Puede adelantar alguna anécdota del rodaje o de la producción?

-En marzo del año pasado le dije a Javier González Scheible, que es el director de fotografía, que había que grabar un parto y que nos pusiésemos a buscar hospitales o maternidades donde explicar el proyecto y pedir permiso. Unos días después, estaba comiendo con mi esposa en casa y caí en la cuenta de un “detalle” importante: ella estaba embarazada de nuestro quinto hijo y salía de cuentas en dos meses.

»Obviamente, yo podría entrar al parto siempre y cuando todo fuera bien. Siendo el quinto, sabría donde colocarme para grabar y molestar lo menos posible. De modo que tuvimos la suerte y el regalo de grabar el parto de mi hijo pequeño, Nicolás. Y de esa secuencia, la directora fue María, mi esposa, que me iba diciendo por donde venía ya el niño y donde colocarme sin molestar. Son cosas que te da el haber parido a cinco hijos. Ese día, mi esposa entró en el elenco de la película, obviamente. Y Nicolás lo hizo de cine, nunca mejor dicho… ¡había nacido una estrella!

-¿En qué fase está el documental “Madre no hay más que una” y qué falta para terminarse?

-Tenemos grabado tres cuartas partes del contenido, faltan algunas cosas, y ya hemos empezado con el guión y el montaje. Pero aquí digo lo que digo siempre: la industria del Cine, por ahora, en España, no se involucra en estos proyectos.

»Por otro lado, hay gente que nos dice: “Oye, ¿y por qué no os financian las diócesis, los obispos? Al fin y al cabo, estas evangelizando…”. Pero la Iglesia no se involucra de modo institucional como sí lo ha hecho, por ejemplo, con la televisión o la radio. De modo que estamos los católicos de a pie, un poco, a los pies de los caballos.

»Yo tengo una fe enorme y Dios me ha dado muestras inequívocas de qué significa la palabra Providencia. Históricamente, la Iglesia siempre ha estado a la vanguardia de la Cultura, pero ahora mismo la Iglesia está muy ausente o muy lejos de la cultura popular. Crear cultura cuesta dinero, bastante dinero si es cine. Ahora necesitamos ayuda para terminar el trabajo bien. Y ofrecemos dos vías: Por un lado, benefactores que nos ayuden a través de una campaña de Crowdfunding, gente que quiera aportar 5, 10, 25, 100 euros o más y echarnos un cable para terminar y distribuir la película.

»Por otro, inversores que quieran participar comprando una parte más importante de la producción y, de este modo, convertirse en productores. Yo aquí siempre digo lo que dijo Borja en una reunión con inversores: ¿Cuanto cuesta un alma? Y nos acordamos de la última secuencia de La lista de Schindler en la que se arrepiente de no haber comprado un judío más con su anillo de oro. Esto solo se entiende con una visión trascendente de la vida.

- De un tiempo a esta parte, siempre que hay un proyecto audiovisual católico, se apoyan en este tipo de iniciativas de financiación popular, los crowdfunding. ¿Por qué?

-Porque no tenemos subvenciones y no perdemos el tiempo en pedirlas. Bueno, algunas veces sí lo hemos perdido y ya sabemos lo que pasa… El cine es muy caro, pero por algo lo han utilizado tanto y tan bien los intereses de este mundo que han denigrado y destruido con perseverancia y constancia la cultura cristiana de Occidente.

»De hecho, el éxito de público de estas producciones católicas, como hemos hablado antes, lo que demuestran en realidad es una anomalía: la anomalía de la ausencia de la fe en el ámbito del cine, que es uno de los espacios de ocio más multitudinario del mundo.

»Hay películas y series de todo lo que te puedas imaginar, menos de santos. Hay producciones con personajes rarísimos, que no reflejan la realidad de la vida ni de lejos, y que, sin embargo, se han normalizado a través del cine. Desde hace décadas, muy pocos han sido los católicos —un empresario, un emprendedor— que hayan apostado con firmeza por la producción audiovisual como sí lo han hecho por un perfume, unos fondos de inversión, una constructora o una cadena de restaurantes.

Jesús García invita a los cristianos a participar y hacer posible el cine cristiano.

»Los católicos hemos perdido la batalla cultural del último medio siglo por incomparecencia. De pronto, ha venido una generación de católicos como nosotros y hemos dicho: “Oye, si nos gusta el cine de acción, el de aventuras, el romántico, el de espías, el de guerra…, ¿por qué no hay cine de santos, de conversos, de nuestra forma de vida…?”. Y nos hemos puesto a ello, pero necesitamos ayuda. Por eso acudimos a la participación popular de un modo recurrente. Mira, yo te voy a confesar algo que tal vez os desanime...

-Bueno, pero que no desanime mucho...

-Hace años yo hacía este trabajo con el fin de evangelizar, en general, y lo hacía con un ardor y un entusiasmo ilimitado. Dejé todos mis trabajos para dedicarme a evangelizar y creé la Fundación Gospa Arts. Creí que íbamos a convertir al mundo entero y hoy ya sé que esa batalla no la vamos a ganar nosotros. Pero no tiro la toalla, porque ahora tengo hijos. Tengo cinco hijos de entre 8 y cero años. Y lo sigo haciendo por mis hijos, porque tal vez no pueda salvar a los tuyos, pero sí me he empeñado en que a los míos no se los lleven ni los arrastren los enemigos de la fe, los que cuestionan mi forma de vida.

»Si queremos salvar a una generación que se enfrenta a la mayor campaña de destrucción de conciencias de la Historia, tenemos que sacarlo adelante nosotros, no van a venir otros a salvarnos.

»Y no es sólo mis hijos, sino el mundo al que se van a enfrentar en muy pocos años: son sus futuras novias, sus amigos, sus compañeros de trabajo… Occidente se va al carajo porque se ha empeñado en irse, pero yo a mis hijos les voy a dejar un legado que, ya de paso, espero también sirva a los tuyos, y a los de todos. De modo que, al final, vuelvo al principio: lo hago por evangelizar. Por mis hijos y también por los tuyos.

- ¿Cómo se puede ayudar más en concreto?

-Los benefactores, personas que quieran aportar un donativo, lo pueden hacer a través de nuestra campaña de Crowdfunding. Al ser con la colaboración de la Fundación Gospa Arts, los donativos son deducibles a la hora de hacer la declaración de la renta.

Los inversores o socios, pueden contactar con nosotros a través de contacto@gospaarts.org o a través del móvil de la Fundación Gospa Arts: +34 643149996 . Ahí pueden enviar un menaje de WhatsApp o llamar y le daremos toda la información.

También pueden hacer transferencias en: 
Bizum: 05892
Transferencia: Fundación Gospa Arts 
Cuenta Bancaria: ES82 2100 1741 7102 0020 6879