Dos Coronas (www.boscofilms.es/dos-coronas/), una película emocionante que combina documental y dramatización y cuenta la vida y muerte de San Maximiliano Kolbe, se convirtió el pasado fin de semana en el segundo mejor estreno, en cuanto a espectadores en relación a número de salas (sólo por detrás del superhéroe gamberro y grosero Deadpool, no adecuado para niños).  

La distribuidora, Bosco Films, señala que resulta especialmente llamativo al tratarse de un documental que además, en más de la mitad de las salas se estrenaba en una única sesión al día y ha logrado mejor número de espectadores en el total del fin de semana que el  resto de estrenos que contaban con 3 o 4 sesiones.
 
La excelente acogida por parte del público ha propiciado que Dos Coronas ya esté en negociaciones para poder entrar en nuevas ciudades en España.


Esta semana puede verse la película en: 

Cines Conde Duque Goya, Conde Duque Alberto Aguilera, Conde Duque Santa Engracia, Heron City (Las Rozas), La Dehesa Cuadernillos (Alcalá de Henares); 
: Cine Olias
Cines ABC Park
Augusta

En próximas semanas se exhibirá en Canarias, Murcia, Barcelona y Lérida. Más adelante, en otras ciudades. 


El título "Dos Coronas" se explica al inicio de la película, por el testimonio del mismo santo, a partir de una experiencia que vivió a los 11 años. “Esa noche pregunté a la Madre de Dios qué sería de mí. Ella vino a mí sosteniendo dos coronas, una blanca, la otra roja. Me preguntó si estaba dispuesto a recibir alguna de esas coronas. La blanca significaba perseverar en la pureza. La roja, que sería mártir. Dije que yo aceptaría ambas“.



Es bien conocido que Maximiliano Kolbe se intercambió por un padre de familia para morir de hambre en el campo de Auschwitz. Él estaba bastante fuerte aún, porque trabajaba en las cocinas; no era un preso destinado al exterminio. De no haberse entregado, podría haber llegado vivo al final de la guerra. En el búnker de la muerte, convirtió un espacio de horror en una capilla de oración, un lugar de amor a Dios y a la Virgen. Kolbe dirigió a los condenados en el rezo continuado del rosario. Las avemarías se sucedían sin descanso. Otros presos, al pasar por delante, descubrían su cabeza.

Dos veces antes se había infligido ese castigo a presos, siempre entre gritos de odio y blasfemias. En esta ocasión, solo hubo oración. “En un sistema indigno, deshumanizante, Kolbe creó un espacio humano, digno, sagrado”, señalan los biógrafos de “Dos coronas”. 

Esa es la historia de un hombre, con Dios, frente a una máquina de poder deshumanizador.