En la Biblia, Sansón tiene un gran poder pero lo ejerce con poca sabiduría. Se supone que tiene que servir a Dios, ayudar a los demás y vencer a los filisteos que oprimen a los hebreos. En realidad él es mujeriego, pendenciero y le gusta apostar en torneos de acertijos. Es narcisista e inmaduro.
Cuando el Sansón bíblico se enfrenta a los filisteos es por ira y asuntos personales, porque en otras ocasiones contemporiza con ellos. No es necesariamente tonto: sus acertijos y el uso de zorros en guerras de tierra quemada son ejemplos de ingenio. El lector de la Biblia aprende varias cosas:
- la fuerza por sí sola no basta
- un hombre solo, decidido, puede poner en jaque a todo el reino filisteo, con acciones decididas
- es importante guardar tus secretos y no dejar que una mujer seductora te los sonsaque
- los poderosos se ríen de Dios y de los débiles... pero pueden caer destruídos en cualquier momento
"No debe haber secretos entre nosotros", insiste Dalila
Esta película de PureFlix es bastante fiel al texto bíblico, aunque se saltan el origen del héroe y empiezan directamente con acción en el templo de Dagon, el dios marino filisteo que inspiraría luego un cuento memorable de HP Lovecraft. Los espacios de templos y palacios son en la película bastante realistas y cercanos a lo que pensamos que debieron ser históricamente. Los trajes son adecuados, algunas barbas no tanto.
Vemos la escena del león y la miel, la de la boda, las zorras y el fuego, la lucha con la quijada, la destrucción de las puertas, la confesión del secreto de la fuerza y la destrucción del templo, como en la Biblia.
Hay elementos especialmente interesantes en el príncipe filisteo y su padre, dos tipos de políticos cínicos distintos. El padre le explica que los dioses son ficciones, engaños para manipular a las masas. Es un pragmático.
El hijo, sin embargo, ve a Sansón hacer cosas realmente sobrenaturales. En la mejor escena de la película, el héroe y los guionistas se desmelenan (nunca mejor dicho) y destroza, uno a uno, a varios cientos de filisteos. Y el príncipe filisteo no puede sino admitir: "es un dios que actúa en un hombre".
No le queda duda de que Dios y su poder existe. Pero intentará algo muy moderno, muy del siglo XXI, que en la Biblia no aparece: intentará adquirir y controlar ese poder. Para atrapar a Sansón usará el engaño y la manipulación a través de Dalila. Y después, preso Sansón, le dirá:
- "Dime el secreto de tu fuerza".
- "No hay secreto, me la da Dios".
- "Pues dile que me la dé a mí, te he derrotado, soy más fuerte y más digno", dice.
El hermano de Sansón responde:
- "humíllate y reconoce a Dios como Señor".
Pero el príncipe no piensa humillarse: no quiere al Señor, solo quiere poder. Y al Señor no se le conquista con astucias, solo con humildad.
La película bebe bastante de las recientes (desde "La Pasión" de Mel Gibson) películas sobre Jesús. Sansón tiene varias escenas crísticas. Cae al suelo y reza, adquiere fuerza y se levanta. Rompe las puertas de Gaza como Cristo, en los iconos orientales, rompe las puertas del Reino de la Muerte. De hecho, carga con las puertas como Cristo con la cruz. Se entrega por su pueblo en un par de ocasiones. Se retira al desierto.
Es el hombre, uno solo, con Dios, contra el poder político opresor. Sansón hace cosas grandes, luego es apresado, parece perderlo todo... y es su momento de humillación final, con flagelación, con elevación en lo alto, con burlas y oprobio, es donde se revelará el poder de Dios.
Con venda, pero "ve"; preso, pero dueño de sí; debilitado, pero más fuerte que nunca; en su derrota total, a las puertas de la victoria absoluta
Hay figuras crísticas, pero en la película Sansón tiene una tragedia interior. Fue consagrado a Dios desde bebé, y sabe que tiene poder de Dios, que a veces se manifiesta (los mejores momentos de la película). Pero, en realidad, Dios no le habla. Sansón no tiene intimidad con Dios. Sansón se mueve por impulsos humanos, y recurre a Dios cuando está contra las cuerdas. Sí, reza siempre para pedir su poder, pero son reacciones en crisis.
De hecho, está enfadado con Dios, que le complica la vida con sus votos y prohibiciones, sin tener, de hecho, una relación personal con Él. Solo preso, al final de la película, Sansón escuchará la voz de Dios, tendrá esa relación, recibirá instrucciones claras de Dios, por primera vez. La película no dice que Sansón recupere la fuerza mágicamente porque crezca su pelo, sino porque, humillado, se ha entregado de verdad a Dios.
El rey de Gaza realiza todo tipo de cultos a Dagon, pero explica a su hijo que los dioses no existen, son trucos para manipular a la gente
Hemos visto la película con un adolescente de 14 años al que le gustó, especialmente las escenas de "superpoderes" del héroe.
El malvado príncipe filisteo es tenaz y astuto, un contrincante digno. Dalila, en cambio, queda muy desdibujada. Es más interesante el personaje de la esposa filistea de Sansón y su intento, sincero al principio, de convivir ambos pueblos.
Un niño de 9 y una niña de 11 abandonaron la película al poco de empezar a verla. No hay niñas en la historia, y las escenas de amor no llegan a atrapar. Sansón enseña mucho músculo, pero las filisteas enseñan mucha menos piel que en las películas antiguas de Hollywood, y las hebreas aún menos. La violencia es contundente pero no sanguinolenta: las mutilaciones y acuchillamientos suceden fuera de cámara o de visión directa.
Esta película puede animar a los chicos (más que a las chicas) a abrir la Biblia buscando aventuras (que, efectivamente, están ahí). También enseña que un hombre solo, incluso cuando parece estar derrotado, puede enfrentar y derrotar al mundo, al poder político, a los que parecen triunfar y reírse de Dios. Probablemente se usará mucho en las clases de religión y catequesis de los próximos años.
Ana y Manué, los padres de Sansón, son un famoso replicante y una mujer biónica (en películas antiguas)
Los protagonistas principales son actores jóvenes poco conocidos. Más recorrido tienen los padres de Sansón: su padre, Manué, es Rutger Hauer, el famoso replicante de "Blade Runner" con su soliloquio final sobre los rayos cósmicos, la puerta de Tanhauser y las lágrimas bajo la lluvia. La madre es Lindsey Wagner, famosa por ser "La mujer biónica" en la popular teleserie de los años 70. Taylor James, que interpreta a Sansón, declaró su entusiasmo por trabajar con esos actores de cuyos personajes fue fan.