"Religiosa en contemplación", cuyo soporte es una gruesa lámina de cobre que los expertos datan en la segunda mitad del siglo XVII, es la sexta obra de Murillo con la que cuenta este museo valenciano, entre las que también se encuentran "San Agustín lavando los pies a Cristo", "San Francisco de Asís" o "San Antonio de Padua".
El cuadro, que la Colección Delgado cede al museo por un periodo de cinco años, representa a una monja de la que se muestra poco más de la cabeza y las manos, que sostienen un crucifijo de madera. El rostro de la joven monja, que parece ausente, es de "una delicada belleza" y la intensidad de su mirada transmite una "elevada fuerza interior".
El personaje revela la mística de raíces hispanas de personajes que, como santa Teresa, desarrollan su unión con Dios desde la intimidad de la contemplación, una actitud que se repite en la pintura de Murillo, quien desarrolló un código simbólico que quedó fijado en la pintura sevillana.
Asimismo, en cuanto al personaje que retrata, no se conoce con certeza su identidad, si bien la individualidad y la fuerza expresiva del rostro pueden llevar a pensar que se trate de una monja venerada por su vida de santidad. También se ha valorado la posibilidad de que fuera la séptima hija del pintor sevillano, Francisca Murillo y Cabrera, que ingresó en un convento.
Sin embargo, el conservador del Museo de Bellas Artes de Sevilla, Ignacio Cano, ha explicado que esta hija de Murillo ingresó como novicia dominica y la monja representada en 'Religiosa en contemplación' "va vestida de cualquier orden menos de dominica".
En su intervención, Ignacio Cano ha afirmado que tras el análisis de esta obra "quedan muchas incógnitas por desvelar, como la identidad de esta mujer" pero lo que sí ha evidenciado es que se trata de una monja en actitud contemplativa, que refleja "la ausencia de lo terrenal y la unión a lo espiritual".
El conservador del Museo de Bellas Artes de Sevilla ha valorado que esta pintura "transfiere sentimiento", dado que "no es un cuadro neutro", sino que mueve a quien lo contempla a "entrar en el personaje" y "comunica emotividad". "Alcanza la máxima empatía y máximo reflejo de sentimientos", ha agregado, tal y como informa Efe.
Autorretrato de Murillo
El soporte de 'Religiosa en contemplación' consiste en una gruesa lámina de cobre, cuyos extremos se encuentran arrollados, formando una elevación regular a modo de marco. Por el "excepcional uso" del formato circular, como por la similitud con algunos recursos empleados en la serie de capuchinos, puede tratarse de una obra realizada en torno a los años en los que Murillo trabajaba en los capuchinos y la Catedral de Sevilla, entre 1665 y 1670.
Según Rafael Romero, restaurador de esta pintura, se trata de la "obra de un genio", una pieza "singular en lo técnico" que "permite desplegar todas las capacidades artísticas y reflejar todas sus pinceladas" a través del material empleado. Se trata de un óleo sobre cobre que cuenta con un diámetro de 55 centímetros y un peso importante, de entre tres y cuatro kilos. "Cosa rarísima en la pintura española", ha subrayado.
Esta obra pictórica emplea una técnica pictórica e intensidad expresiva que hacen de ella una pintura de "gran personalidad y calidad", que únicamente podría haber realizado un pintor de "una particular destreza y maestría" en el panorama artístico español. La temática y el naturalismo que manifiesta, permiten situarla en la segunda mitad del siglo XVII, en los años de mayor "madurez y plenitud" de Murillo.