Este martes 19 de diciembre, Raad Salam Naaman presentará este libro en Madrid a las 19.30 horas. Concretamente en un acto organizado por la Fundación Tierra Santa en el salón de actos de la parroquia del Buen Suceso (entrada por la calle Tutor, 32). Allí hablará de religión, de historia y de acontecimientos ocurridos hace cientos de años que son claves para entender que pasa en el mundo actual.
ReL ha querido saber por qué para este católico iraquí es tan importante que el cristianismo sepa más del pueblo de la Biblia:
-Nací en la antigua ciudad de Nínive, en un pueblo, Telesquef, arrasado y destruido por el grupo terrorista Da’ash, cerca del pueblo judío de mi madre, Alqosh, donde nació, predico y murió el profeta judío y bíblico Nahúm (500 AC), cuyos restos todavía descansan en ese pueblo. Me crié y eduqué en el seno de una familia cristiana católica caldea, en Basora, cerca de la antigua ciudad de Ur de los caldeos, la ciudad del profeta Abraham, a su vez vecina de la ciudad antigua de Babilonia. Convencido de que mis antepasados eran judíos convertidos al cristianismo, desde siempre he sentido muy cercano al judaísmo.
Tras la toma de Jerusalén por parte de Nabuconodosor, los israelitas fueron cautivos en Babilonia
-Allí surgió Sumeria: la civilización más antigua del mundo (3500 AC). Luego los acadios (2300 AC), el pueblo del rey Nemrod (Génesis 10, 812), el primer pueblo en utilizar un código civil (Hamurabi, 1800 AC). En el año 1500 AC los asirios construyeron su imperio en Nínive, el imperio del rey Sargón y su hijo Senaquerib (Isaías 20 y 1 Reyes 10). En 722 AC Senaquerib conquistó Samaria, la capital del reino del Norte, Israel, y llevó a los israelitas del Norte como cautivos a Nínive. En 625 AC el rey Nabucodonosor acabó con el imperio asirio y formó su imperio en Babilonia cerca de Ur de los caldeos. En 586 AC Nabucodonosor conquistó Jerusalén, la capital del reino del sur, Judea, destruyó el templo de Salomón y llevó a todos los israelitas del Sur como cautivos a Babilonia, eso viene mencionado en el libro de Daniel, en la Biblia. En 539 AC el imperio medo persa, con el rey Ciro y el rey Asuero a la cabeza, conquistaron Babilonia y formaron su propio imperio en la ciudad de Susa, en la frontera Irán-Irak. En el año 537 AC y con la ayuda de la reina judía, Ester, mujer bíblica que tiene un libro a su nombre, que se casó con el rey Asuero, este dio la libertad a los israelitas para volver a su tierra Jerusalén y reconstruir su templo de nuevo.
-Según la Biblia judía Tanaj, en el libro de Ester, y según Flavio Josefo, un historiador judío del siglo I, pocos judíos volvieron a Jerusalén, porque la mayoría de ellos tenían ya su vida hecha allí. Se extendieron por toda la tierra de Mesopotamia hasta la península árabe. En 333 AC Alejandro Magno conquistó el imperio persa y gobernó la región hasta su muerte en el año 323 AC. Los reyes persas volvieron a controlar la zona de nuevo.
-Según la tradición de la Iglesia, Santo Tomás, apóstol de Jesús, pasó primero por Mesopotamia en el siglo I, para dirigirse a India, donde murió como mártir. Tomás dejó dos de sus discípulos, Addai y Mari, que eran de origen judío convertidos al cristianismo, para predicar el Evangelio en Mesopotamia. Lo más lógico que los dos predicaban los judíos de la zona, por el idioma y también porque conocían Dios. Por lo tanto, nosotros, los cristianos de Irak, somos descendientes de los judíos mesopotámicos convertidos al cristianismo.
-Los cristianos de Irak, somos los originales del país, no somos árabes, somos mesopotámicos. La presencia árabe (islámica) en Mesopotamia empezó en el siglo VII con las conquistas del segundo califa ortodoxo Omar en Irak en el año 637, Siria en el 638, Palestina en el 640, Egipto en el 641, Persia en el 642… hasta hoy día, destruyendo nuestra cultura, nuestra historia y nuestra tradición. Los verdaderos invasores son los árabes musulmanes que conquistaron nuestras tierras; Mesopotamia, Jerusalén y el Norte de África en el siglo XII, hasta hoy día.
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-En hebreo se llama el “Tanaj” al conjunto de 39 libros del Antiguo Testamento, recogidos en tres libros sagrados judíos: Pentateuco o Torá (Ley), Neviim (Profetas) y Kethuvim (Escritos). Se usa la primera letra de cada sección para formar la palabra Tanaj. Estos libros se escribieron en hebreo y arameo entre el siglo XVI y el siglo V antes de Cristo. Los judíos creían que habían sido escritos con varios grados de inspiración, de grado mayor a grado menor. Por eso, los colocaron en este orden de importancia.
-Los judíos no solo creen en la ley escrita, la Torá, dada a Moisés por Dios sino también por las explicaciones y tradiciones orales de la ley, entregadas según la creencia directamente a Moisés por Dios en el Monte Sinaí, transmitidas oralmente de generación en generación. La Mishná está redactada por Yehuda Hanasí (135-219). El Talmud o Enseñanza: explica y comenta la Torá y la Mishná. Es una obra que recoge principalmente las discusiones, los comentarios tradiciones, costumbres, leyendas e historias de los rabinos sobre las leyes judías. Hay dos Talmud: el Talmud de Jerusalén y el Talmud de Babilonia. Ambos fueron redactados a lo largo de varios siglos por los rabinos, hasta el siglo III DC. La Gemara es una colección de comentarios de rabinos a la Mishná entre el siglo IV y el VI.
-Están El Shulgán Aruj [La Mesa Servida], cuyo autor, Iosef Karo (14881575), nació en Toledo y es el más notable de los jurisconsultos judíos en los últimos cuatro siglos. Prueba de ello son los títulos que mereció: Marán -nuestro maestro- y, sencillamente, “El Autor”, denominación con la que se quiere aludir al comentarista por excelencia. Está también la Torá de Maimónides. Es el hombre que redefinió el judaísmo. “No hubo nadie de Moisés a Moisés, comparable a Moisés”: muchos judíos reconocen este dicho como un elogio a Moisés ben Maimón (11351148), nacido en Córdoba (España). Codificó y comentó el Talmud, conocido también por el nombre de Maimónides.