Menos traducido al francés que Evelyn Waugh y Graham Greene, contemporáneos suyos, las novelas de Bruce Marshall (1899-1987) están pobladas de sacerdotes.
Cuatro de sus libros, ambientados en París, nos ofrecen una crónica insólita de la vida de la capital entre 1914 y 1971. En la situación actual, sería de gran interés releer algunas de sus novelas... George Daix nos aproxima a su obra en L'Homme Nouveau:
A finales de 1954 Gallimard publicaba una novela extraordinaria, A cada uno un denario, en la que ofrecía, a través de la historia del padre Gaston, el humilde vicario auxiliar de un gran parroquia parisina, un fresco asombroso de Francia en el periodo que va de 1914 a 1948. A decir verdad, dos novelas del mismo autor ya habían sido traducidas al francés: cada una de ellas relataba la historia de un sacerdote, pero en parroquias escocesas.
Bruce Marshall nació en Edimburgo en 1899, en una familia perteneciente al episcopalismo anglicano. Tras acabar la universidad, y antes de partir para la guerra [1917], se convirtió al catolicismo, afianzándose en una fe tranquila de la que estaba orgulloso y de la que siempre dio testimonio con alegría y un humor corrosivo. "Sólo los que tienen una fe perfecta pueden bromear sobre su religión", dijo.
Bruce Marshall convirtió en bestsellers muchas de sus novelas, y varias de ellas conocieron adaptaciones teatrales, televisivas y cinematográficas.
Figuras de sacerdotes
Sus dos primeras novelas traducidas al francés, El mundo, la carne y el padre Smith (1946) y El milagro del padre Malaquías (1948) nos presentan, en el primer caso, a un tal padre Smith luchando contra el mundo y la carne; en el segundo, a un sorprendente benedictino. Son dos sacerdotes que no son ni santos, ni mártires, ni profetas sino que son, como el propio autor, hombres de sentido común y de una profunda religiosidad.
En primer término, Horst Bollmann, quien interpretó al padre Malaquías en la versión cinematográfica de El milagro del padre Malaquías, dirigida en Alemania en 1961 por Bernhard Wicki.
Bruce Marshall participó en las dos guerras mundiales. Perdió una pierna en la primera y fue designado coronel en el Servicio de Información en la segunda, de tal manera que esta experiencia le proporcionó el tema de varios de sus libros, como Los veteranos no mueren, El Danubio rojo o El conejo blanco, que no es una novela, sino la verdadera historia de un agente secreto británico en la Francia ocupada. Bruce Marshall, que vivió de 1926 a 1940 en París, donde era perito contable al servicio de sociedades inglesas, dedicó cuatro novelas a París y a Francia.
El Danubio rojo fue llevada al cine en 1949.
La primera es A cada uno un denario, que podemos decir que es una ilustración de la parábola de la undécima hora. El padre Gaston, en el metro que le aleja de la parroquia que debe abandonar a causa de su ancianidad y sus dolencias, descubre por qué todos los obreros de la viña reciben un denario, hayan sufrido o no el peso de la jornada de trabajo y el calor: "Es porque el trabajo es, en sí mismo, su recompensa, del mismo modo que el mundo es, en sí mismo, su propio castigo. Y el padre comprendió, de golpe, que su vida de sacerdote había sido muy feliz".
Una crónica del siglo XX
La segunda novela parisina de Bruce Marshall, The Accounting (también llamada The Bank Audit), no tiene como protagonista a un sacerdote, sino... a un perito contable. Estamos en 1934, cuanto estalla el affaire Staviski [muerte en circunstancias misteriosas de Alexandre Stavisky, alias El bello Sacha, un conocido estafador de origen ruso bien relacionado con la clase política; la crisis llevó a la caída del gobierno de Camille Chautemps y al desencadenamiento de los disturbios antiparlamentarios del 6 de febrero de 1934]. El protagonista es pillado entre la tentación de corrupción y el deseo de hacer feliz a su ambiciosa esposa.
La tercera novela parisina, Yellow Tapers for Paris. A Dirge, transcurre en el arco de tiempo que va desde el 6 de febrero de 1934 a la derrota de 1940 y evoca la vida diaria de los parisinos humildes y encantadores con sus cualidades y sus defectos; en el centro, un sacerdote que fue capellán militar y que ha sido nombrado párroco de la nueva iglesia Santa Juana de Chantal, el padre Pêcher [pêcher: pescar en francés, probable alusión a los sacerdotes como pescadores de hombres].
La cuarta novela parisina, Plegaría para una concubina, tiene inicio el 30 de septiembre de 1938, día en el que Édouard Daladier entra en la capital después de haber firmado los acuerdos de Múnich, y acaba en 1971, cuando muere de manera edificante la heroína del libro, una joven que se había apartado del buen camino.
Bruce Marshall (a la derecha), entrevistado por Luigi Silori para la RAI en 1959. Foto: Wikimedia.
Una de las características esenciales de las novelas de Bruce Marshall es que siempre sitúa a sus personajes en el contexto de su tiempo, ya sea que se trate de acontecimientos históricos como de la vida diaria, de manera que juntos constituyen una especie de crónica del siglo XX, en la que encontramos tanto a hombres políticos como a las canciones de moda en la época. Ha sido así como ha evocado la guerra civil española (Las vacaciones del padre Hilario), una revolución sudamericana (The fair bride), el espionaje entre Este y Oeste (The Month of Falling Leaves), los ambientes cinematográficos romanos (The Divided Lady), los intercambios culturales entre países (Una chica de Lübeck), etc.
El amor a la Iglesia
Marshall amaba tanto la liturgia católica en la minuciosidad de sus ritos que salpicaba sus novelas con sus citas, la mayor parte en latín. Poco antes de morir escribió una novela policíaca que intentaba explicar la muerte del Papa Juan Pablo I después de un pontificado de 33 días, ¿Un asesino para Juan Pablo?
Antes, tras las reacciones suscitadas por la encíclica Humanæ vitæ sobre la regulación de la natalidad, había escrito una novela titulada El obispo, cuya traducción española fue publicada en 1972. Podríamos resumirla con esta afirmación del personaje imaginado por el autor: "Nuestra civilización procede directamente del cristianismo y sólo un retorno a sus disciplinas y a sus doctrinas en su totalidad puede impedir que seamos derrotados, arrastrados y oprimidos por las hordas bárbaras del este". Junto al obispo, Bruce Marshall retrata con amor a su secretario, el padre Spyers. Es éste al que volvemos a encontrar, convertido en Papa, en una novela de ciencia y ficción: Urban the Ninth [publicada en español bajo el título El Papa].
En sus novelas de los años 70 y 80, Bruce Marshall encaró los graves problemas de la crisis postconciliar de fe y autoridad.
Estas dos novelas fueron seguidas por otras dos: Marx the First y Peter the Second, en las que el autor relata sus miedos y su esperanza por la Iglesia, que debe protegerse de los falsos profetas que quieren que siga la corriente [dominante], cuando lo que la Iglesia debe ser es "un escudo contra dicha corriente".
Traducción de Helena Faccia Serrano.