Esta actuación de la madre de Cristo, a la que cariñosamente llaman en este pueblo “la tizná” ha despertado el interés del programa Cuarto Milenio de Cuatro, dirigido por Iker Jiménez. Este espacio que se emite los domingos en horario de máxima audiencia ya ha mostrado su interés en bastantes ocasiones por el hecho trascendente de manera respetuosas aunque a veces mezcle conceptos, tal y como explicó Munilla en una ocasión.
El pasado 2 de julio, Cuarto Milenio le dedicó un reportaje de veinte minutos en el que de manera objetiva explicaron este milagro dando voz al párroco, al secretario del archivo parroquial, al alcalde del pueblo y a vecinos que aseguran haber recibido gracias de la Virgen María.
El párroco de esta pequeña localidad granadina aseguraba en el programa que “la gente tiene muy clara la intercesión de la Virgen en el día a día. Es nuestra madre. La invocamos para cualquier situación y encontramos una respuesta”. Y el alcalde, José María Beas, añadía además que “la veneración de la patrona es inmensa, es como si todos nos cobijáramos en ese manto”.
El milagro de La Tizná- Cuarto Milenio- Cuatro Tv from Iglesia en Guadix on Vimeo.
Y sabe de lo que habla pues el propio regidor habla de cómo la Virgen de la Tizná le salvó siendo niño. “No respiraba, esperaban lo peor y tras rezar a la Virgen yo volví a la vida”, cuenta.
El origen del milagro de la Virgen de la Tizná tiene a su favor la gran documentación que rodea a este hecho, recogido con todo lujo de detalles en un acta realizada en aquel tiempo.
“A diez y ocho días del mes de junio de este presente año de 1653, día de la Iglesia universal celebra los natales de los gloriosos mártires hermanos San Marcos y Marceliano, a las cuatro o cinco de la tarde se vio un espantoso trueno y vino un desacostumbrado y grande relámpago que pareció encender toda la villa con el fuego que traía y a la dicha hora cayó en la iglesia de la villa un rayo cuyos admirables prodigiosos efectos, referiré para Gloria de Dios Nuestro Señor, culto y veneración de la Reina de los Ángeles, la Virgen de la Santísima Purificación por cuya intercesión y ruegos creemos todos que esta dicha Villa no quedó hecha polvo y ceniza en este día de la ira de nuestro Padre y Señor”, comenzaba Francisco de Moya, encargado del templo en ese momento y testigo de lo ocurrido.
Cuando se acercaban tormentas o mal tiempo en aquella época subían al campanario para hacer resonar las campanas y llamar a todos los vecinos que trabajaban en el campo para que se reunieran en la iglesia. Allí rezaban y pedían a la Virgen que cuidara de sus cosechas y de su trabajo. Fue en esa situación cuando los tres niños fueron alcanzados de lleno por el rayo.
En este libro está recogido el acta de lo que ocurrió en 1653 escrito por uno de los testigos
En el acta de aquel día, que todavía se puede leer en su libro original se decía: “Alonso, hijo de Luis de Alcalá; Juan, hijo de Pedro de Sierra y Bartolo, hijo de Francisco Rabelo, que quedaron como muertos por un gran espacio de tiempo, se entendió que así lo estaban. Juan tenía abrasado el vestido, y Alonso la parte de la espalda lucía un agujero como hecho por una bala, quemado alrededor y de olor pestífero”.
Ya sin vida aparente fue cuando la Virgen intercedió e igualmente la crónica del momento relata con detalle estos hechos: “Bajaron a los niños de la Iglesia, y puestos ante la Santísima Imagen de la María de la Purificación, fueron grandes los clamores, llantos y súplicas que sus padres y otras piadosas mujeres, hacían. Todos los vecinos absortos atemorizados concurrieron a la iglesia a pedir misericordia a Dios Nuestro Señor, creciendo el llanto y las lamentaciones. Poco después su Majestad fue servido volviéndose los niños en sí, atónitos se miraron desnudos y se les halló en las carnes unas cintas moradas como sangre seca. Fueron grandes las alegrías y voces que se mezclaron en aquella confusión viendo vivos a los niños”.
Pero la cosa no quedó ahí y según quedó recogido en el acta, tras la “vuelta a la vida” de estos tres niños ocurrió otro prodigio. En la propia talla de la Virgen María que estaba en la iglesia quedó reflejada este milagro al quedar su rostro ennegrecido, tal y como habían quedado los cuerpos de los tres niños. Y es por ello es conocida como la Virgen de la Tizná.
La Virgen de la Tizná es muy querida en toda la comarca de Guadix
El autor del acta concluía su relato pensando ya en nosotros y escribía: “Por ser esta historia tan digna de memoria para los tiempos venideros, acordé escribir esta relación y certificño haber pasado los sobredicho según he referido, y lo firmé en Xerez a diez y nueve de Junio de 1653”.
La actual talla de la Virgen todavía conserva algo de aquella que obró este milagro. En la Guerra Civil, milicianos del bando republicano irrumpieron en la iglesia y tras derribar la imagen con un hacha la cortaron en trozos. Un joven católico de la localidad se jugó la vida y recogió algunas de las partes de la Virgen, un ojo y parte de un brazo. Y al hacer la nueva talla, el artesano insertó estas dos partes recuperadas para que siguiera presente aquella que fue testigo de lo que allí ocurrió en 1653.