La Biblioteca de Autores Cristianos ha presentado el Nuevo Testamento. Versión crítica sobre el texto original griego, preparado por el jesuita Manuel Iglesias González. En el acto de presentación el pasado martes en el Colegio Mater Salvatoris de Madrid, participaron el catedrático de Nuevo Testamento Luis Sánchez Navarro y el catedrático de la misma materia y miembro de la Pontificia Comisión Bíblica Juan Miguel Díaz Rodelas, además de Manuel Iglesias, Carlos Granados (director de la BAC) y Pablo Cervera (director de la Revista Magníficat, capellán del colegio y antiguo director de la BAC).
"La Biblia no es un cuento para niños"
El traductor y autor de la edición, Manuel Iglesias, constató que la Biblia no es fácil de abordar. Él, como biblista y lingüista, es consciente. "Creo que mucha gente ignora la Sagrada Escritura porque no es un cuento para niños y tiene cosas muy duras. Jesús emplea palabras que ahora los sacerdotes apenas nos atrevemos a emplear cuando predicamos. 'Es que espantas a la clientela', nos dicen. Pero Jesús no pensó si se quedaba sin clientela. Y Él habla y dice lo que tiene que decir. Por ejemplo: 'El que quiera ser discípulo mío cargue sobre la espalda su cruz cada día y sígame'."
El editor de la traducción, el jesuita Manuel Iglesias
¿Hace falta otra traducción? Sí, siempre
Luis Sánchez Navarro planteó: ¿Por qué una nueva traducción del Nuevo Testamento? La respuesta es que esta versión es especialmente útil para quien quiera leer un texto muy cercano al griego original, para estudiar la Biblia, pero aún así en un lenguaje asequible.
Además, dijo, "la Iglesia no sólo transmite con veneración y amor los textos originales, sino que necesita actualizarlos: traducirlos. Traducirlos al contexto de cada época; traducirlos a las diversas lenguas. La traductio se manifiesta así como un elemento fundamental de la Traditio. E igual que la Tradición eclesial es una realidad viva y dinámica, así la traducción bíblica es tarea permanente para cada generación eclesial. Quien mandó “hacer discípulos a todos los pueblos” (Mt 28,19) nos estaba encomendando ya entonces la noble tarea de la traducción".
El padre Iglesias ya hizo una versión de esta traducción en 1975. "Ha conseguido, en ediciones sucesivas, conformar una edición del Nuevo Testamento que aúna el rigor filológico y una cercanía casi obsesiva al texto original griego, con la expresión sobria y elegante del castellano viejo; a ello se suma la labor a pie de página, donde además de las explicaciones de orden filológico y bíblico encontramos referencias al Magisterio eclesial así como a Padres de la Iglesia y clásicos de la espiritualidad cristiana, que iluminan el texto bíblico de modo complementario y permiten así intuir la profundidad teológica y espiritual de los textos tan cuidadosamente traducidos", explica Sánchez Navarro.
Un ejemplo de los cambios, con Mt 1,19, cuando José piensa en repudiar a la Virgen María:
Texto en griego: καὶ μὴ θέλων αὐτὴν δειγματίσαι, ἐβουλήθη λάθρᾳ ἀπολῦσαι αὐτήν
Versión de 1975: “… como era justo y no quería denunciarla, pensó repudiarla en secreto”
Versión de 2003: “…como era justo y no quería descubrirla, determinó dejarla secretamente”
Versión de 2017: “…como era justo y no quería ponerla en evidencia, determinó despedirla secretamente”
Sánchez Navarro asegura: "El traductor hace opciones de crítica textual, a veces arriesgadas, siempre con fundamento. Así en Jn 1,13, donde la lectura en singular, atestiguada por los primeros Padres de la Iglesia, es acogida como preferible: “en cambio, a cuantos lo aceptaron, a los que creen en su nombre, los hizo capaces de llegar a ser hijos de Dios el que no nació de la sangre, ni del deseo de la carne, ni del deseo del varón, sino de Dios”.
De izquierda a derecha, Pablo Cervera, Díaz Rodelas, Manuel Iglesias, Sánchez Navarro y Carlos Granados
Siempre será un viaje mental a otro mundo
Juan Miguel Díaz Rodelas explicó que leer la Biblia es viajar a otro mundo y requiere un esfuerzo mental.
"Aun quienes pudieran leer en griego las cartas S. Pablo o el Apocalipsis, deben realizar necesariamente el trayecto que los lleva desde su mundo propio a aquel otro mundo, que es un mundo muy diferente. Y lo es, no sólo en nuestro nivel cultural actual, sino en sí mismo. Por ello, incluso traducidos a la letra, Pablo y a Juan el Vidente son difícilmente comprensibles; por otro lado las paráfrasis de sus escritos resultan en ocasiones, cuanto menos, bastante extrañas. Para comprender estos y otros libros del NT, hay que dar un salto, salir de nuestro mundo y acercarse al suyo, que es otro mundo. No sé si me atrevería a decir que requiere salir de nuestro mundo y entrar en el de Dios, que es el mundo en el que se mueven Pablo y Juan el de Patmos y el del Cuarto Evangelio y el presbítero de las tres Cartas y Mateo, y Marcos y Lucas".
Richard Harris interpreta a San Juan escribiendo, en el capítulo de Apocalipsis de la serie de Lux Vide sobre la Biblia
Citando al padre Iglesias en su introducción, Rodelas recuerda que esta traducción “no pertenece a la categoría de las llamadas traducciones populares”: "La mayoría de estas pretendidas traducciones populares se alejan de tal modo del texto, que quien las lee sólo con mucha dificultad puede llegar a conocer lo que pensaba y quiso decir el autor humano (y, detrás de él, Dios)".
No es una traducción para la liturgia. El mismo Iglesias escribe que la traducción litúrgica “tiene –o debería tener- un empaque, una dignidad y una elegancia especiales”. Tanto Rodelas como Iglesias piden que no se sacrifique el texto original ante el empaque o la elegancia. "Cuando el original no se entiende, no se entiende. Y si no tiene empaque, no tiene empaque; y si no es elegante, no es elegante"... Y no hay que convertir un texto bíblico en elegancia literaria, "salvo en contadas ocasiones".
Esta traducción ofrece, sobre todo, “una traducción para el estudio personal de aquellos que desean la mayor proximidad al texto griego del NT, pero no tienen acceso directo al mismo”. Para ello, “entre” el extremo de la literalidad y el de la libertad de formulación “elige deliberadamente el primero, de modo que entre la traducción y las notas explicativas, el lector pueda llegar lo más cerca posible al original griego prout est”.
Otra característica especial es que el padre Iglesias presta mucha atención a los semitismos (construcción de las frases, giros adverbiales, etc... que suenan raros en griego y parecen venir del hebreo o del arameo). Iglesias declara con cierto orgullo defender "los semitismos del Nuevo Testamento, no precisamente escasos”
Ejemplos de palabras y traducciones
Manuel Iglesias, el editor del libro, fue presentado por Pablo Cervera como "un maestro con minúscula que nos lleva al Maestro con mayúsculas".
El jesuita explicó algunos detalles lingüísticos de su trabajo. Por ejemplo: "Yo siempre había entendido "el que persevere hasta el final se salvará"; pero perseverar puede tener un matiz pasivo, que 'aguante', 'el que aguante hasta el final', verbo 'meno', el de perseverancia, tú aguanta lo que puedas; pero con un prefijo 'hipo', que es "ponerse debajo para sostener un peso", como si en un terremoto te quedas en un rinconcito esperando, aguantando, a ver si te salvan... ¿Por qué no traducir 'hipomeno' como 'resistir'? El que resista hasta el final se salvará. Eso da un matiz activo de aguante, no pasivo. No es 'aguantarme' de un reúma, es resistirse a un enemigo que quiere vencerme".
También señaló que "en el griego neotestamentario hay dos modos de conocer: el verbo 'eida', que tiene que ver con la visión, en 'eidético', por ejemplo; es un conocer por intuición, casi por inspiración instantánea. Así el Hijo conoce al Padre. Pero Jesús usa otras veces el verbo "conocer trabajosamente".
Señaló además que "entre las palabras de casi creación nueva cristiana está la humildad como virtud. Esa palabra un pagano la despreciaría. La palabra griega para decir 'pobre' es 'el que se acurruca, avergonzado'. Hay una palabra para llamar a la felicidad que la podía decir un griego profano. Ya al traducir con San Jerónimo inventaron la palabra latina "beatitudo", para "bienaventurados los pobres", por ejemplo... Pero eso es ya otra felicidad, distinta a la de esta vida, a la de pasarlo bien y tener de todo".
Esta versión crítica y comentada del Nuevo Testamento
tiene 1.120 páginas, cuesta 42 euros y se puede adquirir
aquí en la Biblioteca de Autores Cristianos
Lo que se aprende después de una vida traduciendo
Manuel Iglesias lleva toda una vida traduciendo la Palabra de Dios, y siempre encuentra nuevos matices. Eso le ha llevado a constatar algunas enseñanzas que ha aprendido.
Recuerda que en cada nueva traducción Dios parece decir más y más cosas, de más formas: "Dios es más grande de lo que pensamos". Y citó a una niña de catequesis que hizo un dibujo muy abstracto de Dios para su catequista: "Dios es muy guapo, señorita, pero sale movido en las fotos". No tiene sentido tratar de delimitarlo mucho.
También la Iglesia se ve acrecentada al traducir. "La Iglesia es anterior al Nuevo Testamento", recordó. La Iglesia dilucidó qué libros eran fiables. Cada comunidad tenía su responsable con autoridad. Y los textos son para ser leídos y meditados en la comunidad. "Fuera de la Iglesia no vamos a entender la Biblia. Ni siquiera Lutero dijo lo de 'sola scriptura', el 'sola' lo añadieron otros después. Y a ver si dejaban hacer un desguace [análisis crítico, histórico, lingüístico] en el Corán como se ha hecho ya en la Biblia. La Biblia ha resistido pero del Corán no quedaba nada". San Juan de Ávila decía: "aprenda usted algo de griego y lea a los santos de antaño mucho más que a los no santos de ahora".
También le asombró ver una vez más que el Nuevo Testamento, escrito o pensado por semitas, enlaza con el Antiguo y su lengua hebrea, con gran unidad interna. "No hay ningún bilingüe perfecto, digan lo que digan", detalla. Y en ambos el centro es Jesucristo. "Si acabo de leer un texto y no conozco más de Jesús es que he leído mal o la traducción está falseada". Él espera que esta nueva traducción comentada acerque a muchos a Cristo.