La  Voz del Desierto, Not From This World-NFTW, cantautores como  Toño Casado... La música católica de estilo rock, pop o hip hop se va consolidando en España, con autores que acumulan ya varios discos y años de experiencia y dan ejemplo de que estas músicas también pueden servir para expresar la fe. La revista Misión ha querido acercarse  a estos músicos en un reportaje titulado  Música: llega el Rock & God firmado por José Antonio Méndez. Lo reproducimos a continuación.

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Rompemos la oscuridad de la noche con la ayuda del flash de nuestro móvil, para no rompernos la crisma al caminar a tientas por una desvencijada pasarela de losetas rotas. El GPS ha hecho que nos perdamos por el casco histórico de Alcalá de Henares antes de llegar aquí, un edificio propiedad del obispado complutense anejo a la muralla medieval, en el que resuenan de fondo una guitarra eléctrica y los acordes graves de un bajo.

No da para una película de Kubrick, pero lo cierto es que esto no es lo que uno espera encontrar a estas horas, las diez de la noche de un domingo, en un recinto episcopal. Y las sorpresas van en aumento, porque dentro nos encontramos con unos cuantos curas y un par de jóvenes guitarra en mano, pero no tocando tonadas piadosas ni canciones de misa, sino ensayando rock & roll para su inminente gira por Estados Unidos. ¿Su nombre? La Voz del Desierto (LVD) (lavozdeldesierto.es). 



Dice Wikipedia (porque LVD tiene entrada propia en Wikipedia, además de web, canal de YouTube y perfil en todas las redes sociales) que el grupo lo forman cuatro laicos –Dani, Álex, José y Pedro– y tres sacerdotes –Curry (Jesús Javier), Rapo (Alberto) y Julio–, y que han lanzado ya seis discos, el último producido por un miembro de Los Secretos. Lo que no dice la Wiki es que LVD es el exponente más claro en España de una revolución que está ensanchando el panorama de la música católica.


“En la Iglesia –explican a Misión, durante su ensayo– hay mucha música litúrgica buenísima, y música de buena calidad para escuchar en encuentros, retiros, en tu oración personal… Pero en pop rock no había casi nada cuando empezamos”.

La clave, insisten, es que sea mú­si­ca buena y que evangelice: “¿Tú qué escuchas en el coche? Buena música. Si te dan un CD del coro parroquial de tu prima, mal cantado y mal grabado, no lo pones, porque no basta la buena intención. Hay que profesionalizarse, sabiendo que no venimos a saltar en un escenario o a lucirnos, sino a dar a Jesucristo. El fin es evangelizar, el medio es la música, y si un día no evangelizamos con esto, haremos otra cosa”.

El éxito de sus conciertos, sus giras internacionales y sus discos parecen demostrar que logran su objetivo. Solo en YouTube generan más de 27.000 resultados, y algunos de sus videos acumulan 60.000 visitas.




Los curas rockeros de LVD fueron los primeros, pero no son los únicos. Cada vez más grupos ponen sus conocimientos técnicos y sus dotes artísticas al servicio de un tipo de música que se pueda escuchar en cualquier ambiente no litúrgico. Por ejemplo, el grupo de rap Not From This World (NFTW) (nftw.es), compuesto en 2015, cuando JeriAndCo, Súe, Fresh Sánchez y StelioN decidieron aunar sus voces.



Vistos desde fuera, se podrían confundir con un cuarteto de raperos de moda, y sus letras son pegadizas incluso para los no iniciados en el rap. Sin embargo, NFTW entienden su música, ante todo, como una respuesta al Espíritu Santo: “En el rap, las letras son directas y cuentan la realidad cotidiana, lo que se ve en la sociedad y se quiere denunciar. Nosotros escribimos lo que vivimos: hemos tenido una experiencia fuerte de Dios y no lo podemos ocultar. El borracho habla de alcohol; el cristiano, de Cristo”. 

Aunque otros raperos los han tachado de “frikis beatos" y algunos católicos los tildan de irreverentes por ser raperos, ellos siguen robándole horas a su tiempo libre porque “sabemos que nuestra música ayuda a que gente joven se encuentre con Dios y lo descubran cercano”.


Con siete discos a sus espaldas y sentado sobre un taburete con su guitarra y su pendiente, Toño Casado pasa por un cantautor de cualquier sello comercial..., de no ser porque es sacerdote. Tras 20 años cultivando esta faceta, su última aventura ha sido 33, un musical sobre el Evangelio que ya han visto cientos de espectadores en Madrid.  “Yo no canto como estrategia pastoral para pescar alejados o jóvenes –nos dice–; mis canciones surgen de mis experiencias, de la actualidad, o por mi manera de rezar y sentir a Dios. Luego las comparto porque Dios me lo pide”.



Casado reconoce que, hasta ahora, “los músicos católicos no siempre han contado con apoyos, medios y formación”, pero cada vez se trabaja más “para que consigan la calidad suficiente para estar a la altura de la música comercial”. Y concluye animando a descubrir esta nueva forma de cantar a Dios: “Evangelizar hoy es complejo, pero es la misión que nos ha dado el Señor, y la buena música es una vía eficiente para hacerlo”.  

(Publicado originariamente en Revista Misión)