En la Navidad de 2021, Tengamos la fiesta en paz, el musical familiar y navideño de Juan Manuel Cotelo, dio la campanada en la cartelera española al situarse entre las diez películas más vistas en el periodo más competitivo del año, en dura lid con superproducciones como Encanto, Spiderman, West Side Story o Matrix, lanzadas también en aquellos meses.

"Fue una gran sorpresa para la industria cinematográfica", comenta Cotelo a ReL, "que una producción española, 100% independiente, financiada por crowdfunding, sin el respaldo de ninguna televisión ni subvención pública, se posicionara en los primeros puestos. Esos resultados en la taquilla española abrieron las puertas a los estrenos internacionales que ahora estamos celebrando y también a la adquisición de la película por parte de Netflix-España".

En progresión continua

Desde mediados de octubre comenzó su lanzamiento en Europa y América, en 18 países de los cuales en 14 se ha podido hacer el estreno simultáneamente, toda una hazaña para una productora pequeña como Infinito+1: "Es un hito para nosotros", reconoce su director, "porque con las anteriores películas íbamos de uno en uno. Y los resultados son, por ahora, excelentes".

En efecto, en Paraguay es la 4ª película más vista del mes, en Ecuador lleva seis semanas en cartelera, en Centroamérica ocupa el 6º lugar del ránking en los cines de toda la región, en México es el 5º mejor estreno en las salas de Cinemex... Y en Europa el ritmo es también muy bueno. En Croacia comenzaron solo con dos proyecciones aisladas y en menos de un mes ya está en 15 ciudades, el film se ha estrenado en Francia y ahora le toca a Luxemburgo.

Cada espectador, cada visionado cuenta

"Estamos felices", confiesa Cotelo, quien no duda en asociar a ese éxito a todos los espectadores que la han visto y los que la van a ver ahora en Netflix: "Esto es un trabajo en equipo, en donde cada espectador de cualquier país contribuye a la expansión de la película en todo el mundo. Son semanas muy intensas de promoción en cada país, con un enorme trabajo de campaña, en el que participan cientos de personas con mucha creatividad y generosidad. Sin tantas 'locomotoras' de Infinito+1 por el mundo, los resultados serían muy diferentes. Ellas son el motor, gracias a su entusiasmo y entrega. No se conforman con ser espectadores, sino que impulsan esta misión, que asumen como propia".

Tráiler de 'Tengamos la fiesta en paz'.

Desde hace ya unos días, los abonados de Netflix pueden ver Tengamos la fiesta en paz (pincha aquí). Por ahora, solo en España, pero la aspiración es llegar a los doscientos millones de suscriptores que tiene la plataforma: "Somos Pulgarcito en trato directo con los más gigantes del mundo. ¡Asombroso!", dice Cotelo.

El contrato es para cinco años, pero es solo un "primer paso para que pueda saltar a más países", pues -comenta- "cada visionado cuenta, cada espectador suma. Las decisiones en la industria del cine vienen influidas por los éxitos o fracasos anteriores", por lo que lograr que sea un éxito en Netflix España es el mejor pasaporte para su expansión internacional y la difusión de su mensaje, que plasma la verdadera Navidad cristiana y una auténtica apuesta por la unidad familiar. Un buen resultado económico podrá financiar los doblajes correspondientes.

Quien no tenga Netflix en España, puede verla en DVD y también on line, a través del portal de Infinito+1.

Catorce años de esfuerzo

¿Cómo ha sido posible llegar a este punto, un indudable logro que dispara el potencial evangelizador de Tengamos la fiesta en paz? Pedimos a Cotelo un resumen de su historia: "Infinito+1 nació hace 14 años en Valencia. Dos personas -mi esposa y yo- sin medios para producir ni distribuir nada. Algunos expertos nos auguraron un fracaso garantizado, analizando nuestras posibilidades en esta industria de gigantes. Juzgaban nuestras opciones, sin tener en cuenta el protagonismo de Dios en cualquier iniciativa de evangelización. Y por eso eran pesimistas. Nos pusimos a trabajar sin tener en cuenta los pronósticos, convencidos de que lo que queríamos ofrecer era bueno y atractivo para todo el mundo, especialmente para quienes no conocieran la belleza del Evangelio, y nadie lo ofrecía en salas de cine, era un contenido encerrado en círculos religiosos".

Juan Manuel Cotelo (en el centro de la imagen, con perilla), además de dirigirla, interpreta en la película al jefe del padre de familia.

"Cinco años después", continúa, "ya habíamos estrenado en cines de 40 países y Netflix compró una de nuestras películas, para América: Tierra de María. Cuando vieron los resultados en sus abonados, ampliaron el contrato a nivel mundial y compraron también nuestra película anterior: La última cima. Después compraron Footprints y ahora han comprado Tengamos la fiesta en paz, de momento sólo para España. Si mucha gente la ve en Netflix España, es muy probable que amplíen el contrato al resto del mundo. Cada visionado amplía sus posibilidades de expansión, del mismo modo que cada espectador en salas de cine ayuda a que crezcan nuestra misión por el mundo".

"Es realmente un trabajo en equipo, una misión en la que todas las personas pueden contribuir, asumiendo que cualquier espectador influye en el cine que se produce. El poder de los pequeños es grande, si se vive con espíritu de equipo, en el que toda persona es importante", concluye.