A las 5:15 de la mañana, cuando la campana llama a los norbertinos de San Miguel en Silverado (California) al rezo de laudes y maitines aún no ha salido el sol. A esta floreciente comunidad le espera un día más de oración, liturgia y adoración en un idílico monasterio neorománico del que dicen que es "el Cielo en la tierra".
La de Silverado es solo una más de las seis comunidades norbertinas presentes en Estados Unidos y otras treinta dispersas por todo el mundo. En pleno proceso de descristianización, es como un oasis de vocaciones: solo la abadía de California cuenta con medio centenar de sacerdotes, 42 seminaristas y un largo listado de espera.
La abadía, de estilo neorománico y edificada por quien erigiese la famosa abadía de Le Barroux (Francia) fue inaugurada en 2021. La de los norbertinos se trata de una de las órdenes más antiguas del mundo, pero la fidelidad a sus tradiciones y normas les hace poder afirmar que continúan abriendo nuevas comunidades: la de California es una de las más modernas que existen.
"Como el cielo en la tierra": perfecto para encontrar a Jesús
Su reciente inauguración no ha sido obstáculo para que se convierta en un nuevo imán para sacerdotes y monjes, pero también para laicos que buscan el orden, el silencio y la paz alejados del ruido urbano. (Puedes leer aquí cómo es un día de vista a la abadía)
"Es una especie de distancia perfecta entre el ajetreo de la ciudad, donde debemos hacer nuestro trabajo apostólico, y la tranquilidad del desierto, donde necesitamos encontrar a Jesús en la contemplación", contó a EWTN el padre Ambrose Criste, miembro de la abadía.
Ambrose Criste (izquierda), con uno de sus hermanos norbertinos, durante una sesión de formación online en su iniciativa apostólica "El círculo del abad".
Criste, criado en Colorado, se licenció en Historia y Política y realizó sus estudios de posgrado en Oxford antes de responder al llamado de Dios a la vida religiosa y al sacerdocio. Ingresó al monasterio en 2000, hizo profesión solemne en 2006 y fue ordenado sacerdote en 2008. Terminó sus estudios sacerdotales en Roma y desde los últimos 13 años ha desempeñado diversos cargos como director de vocaciones, maestro de novicios y director de formación de la comunidad de su abadía.
El prior, Chrysostom Baer, no titubea al mencionar que la vida en la abadía es "como el cielo en la tierra".
Los pilares: verdad, solemnidad litúrgica y muchas vocaciones
"Está lleno de la verdad católica y de la celebración solemne de la liturgia. Es un lugar para trabajar en tu salvación, crecer en la virtud, superar tus vicios y ayudar a llevar a las personas al cielo", explica.
La liturgia es uno de los pilares de la comunidad. Junto con el resplandor de la "verdad católica", el prior se refiere a la solemnidad en la celebración de la misa como un factor que convierte a la abadía "en un lugar para trabajar en la salvación, crecer en la virtud, superar los vicios y ayudar a las personas a llegar al cielo".
Lo cierto es que un simple vistazo a las imágenes del portal de la abadía de San Miguel hacen difícil pensar en la posibilidad de abusos litúrgicos en las celebraciones. Normalmente celebran el Novus Ordo en latín, aunque también tienen la posibilidad de celebración privada del rito tradicional en la cripta, según Latin Mass Directory.
El componente vocacional es una de las principales bazas de la comunidad. A los integrantes mencionados de la abadía de San Miguel, los norbertinos también destacan el nuevo priorato fundado el verano pasado en Springfield (Illinois), actualmente con siete norbertinos procedentes de Silverado.
Fidelidad a su tradición y carisma, poderoso imán de jóvenes
Los nuevos norbertinos no solo son numerosos, sino también jóvenes. A juicio de Ambrose Criste, este florecer se debe a la fidelidad de la comunidad a las tradiciones de la orden.
"Rezamos nuestras oraciones; usamos nuestro hábito religioso; vivimos de acuerdo con el carisma y las tradiciones de nuestra orden y nunca hemos renunciado a nada de eso. Por eso que los jóvenes quieren venir y ser parte de ello", comenta.
Tal y como se plasma en su página web, la comunidad estructura su jornada de más de 14 horas de oración al día en base a la santa misa y la liturgia de las horas. Junto con la vida contemplativa, los norbertinos de California llevan a cabo una intensa labor apostólica desde parroquias y escuelas, proporcionando capellanes a colegios y comunidades.
Escriben libros, acuden a prisiones, a centros juveniles, hospitales y residencias, y no es raro que su abadía acoja retiros, jornadas de estudios bíblicos o campamentos de verano para los seminaristas.
Los 900 años de tradición norbertina no son obstáculo a una potente labor evangelizadora a través de las nuevas tecnologías.
"Faro de luz y esperanza" evangelizador
Su fuerte "digital" de evangelización es sin duda El círculo del abad. Se trata de un espacio de formación doctrinal, arte música sagradas desde el que difunden su rica tradición a través de artículos, vídeos y podcast.
Junto con la fidelidad a la propia orden, Criste observa que los jóvenes están "acudiendo en masa" a "las comunidades religiosas y seminarios que representan el catolicismo tradicional auténtico". Es, a su juicio, no solo "lo que los jóvenes quieren", sino también "lo que el mundo necesita".
Con todo, las esperanzas de este norbertino radican en que la abadía "salve almas y sea un faro de luz y esperanza" en lo que define como "una tierra extraña, que piensa que ha dejado atrás a Dios y que no lo necesita". "Tratando de llenar ese vacío en el corazón del hombre con la verdad de Cristo y el amor del Esíritu Santo", agrega