Recientemente, reflexionando sobre las veces en que había salido del confesionario sin estar segura de haberlo hecho bien, decidió pedir a once sacerdotes a los que conoce, seis seculares y cinco religiosos (dominico, jesuita, paulino, legionario y agustino) algunos consejos para confesarse mejor, y los ha compartido en Aleteia:
1. Bryan Brooks, Tulsa (Oklahoma)
"Al hacer el examen de conciencia nos enfrentamos a nuestros pecados, pero cuando vamos a confesarnos nos enfrentamos al amor, la misericordia y el perdón de Dios".
2. Sean Donovan, Pawhuska (Oklahoma)
"Después de decir cuándo fue tu última confesión, dile al sacerdote brevemente algo de ti mismo. (¿Eres soltero, tienes novio, te has vuelto a casar, eres religioso o religiosa?) Conocer tu situación nos ayuda a aconsejarte".
3. Padre Gabriel Mosher, OP, Portland (Oregón)
"Los pecados son malas decisiones, no emociones desagradables; así que confiesa tus pecados, no tus estados emocionales".
4. Damian Ference, Wickliffe (Ohio)
"Los pecados cometidos son una ofensa a Dios, pero los pecados confesados son un cántico a Dios. Así que cuando confieses tus pecados a un sacerdote en el sacramento de la reconciliación, que sepas que también estás entonando un cántico a Dios por su gran misericordia".
5. Matthew Gossett, Steubenville (Ohio)
"La confesión frecuente es edificante para tu sacerdote y buena para tu alma. Los pecados, en particular los muy asentados o habituales, exigen paciencia y persistencia. Nunca te rindas, por muchas que sean las veces que has cometido el mismo pecado. La confesión es un sacramento de sanación, y al igual que con las heridas físicas, las heridas espirituales necesitan algún tiempo para curarse del todo".
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"Todos estos consejos renovaron mi amor por el sacramento de la Penitencia y por todos los sacerdotes que consagran su vida a Dios y a su pueblo", concluye sor Theresa Aletheia.